En el recuerdo del 10 de diciembre de 1983 el dirigente Edmundo Soria Vieta rescata la figura de Raúl Alfonsín

A 36 años de la asunción de Raúl Ricardo Alfonsín, primer presidente de la recuperación de la democracia luego de la dictadura cívico militar instaurada en la Argentina en marzo de 1976, el 10 de diciembre de 1983 en el Día Internacional de los Derechos Humanos, quedaba inaugurado este período que con, la asunción de Alberto Fernández este 10 de diciembre de 2019, marca una continuidad inédita en la historia argentina.

“No me olvido nunca de aquello”, comentó el veterano dirigente radical Edmundo Soria Vieta, quien recordó que en aquella oportunidad fue candidato a concejal y finalmente electo en Puerto Libertad en ese despertar de la democracia tan ansiada, “sobre todo por la dictadura que habíamos padecido todos, nos sentíamos todos protagonistas de la historia, de la recuperación de la democracia, todos, todos”.
Agregó que era “una alegría participar y poder debatir libremente los problemas de un pueblo tan chico como Libertad donde uno veía una serie de cuestiones, tanto sociales como económicas, culturales, el pueblo no participaba, en la dictadura no te podías reunir, no podías hablar, además a mí me detuvieron, yo soy un ex preso político. La dictadura me detuvo junto a otro grupo de gente joven de Puerto Libertad en aquel momento y fuimos como muchos argentinos al presidio”.

Quien fuera por cuatro períodos diputado provincial por el radicalismo y en dos oportunidades presidente del Comité Provincia de la Unión Cívica Radical, para después pasar a militar al Frente Renovador de la Concordia, ocupando el ministerio de Derechos Humanos durante la gobernación de Maurice Closs.

Continuó Soria Vieta recordando que aquel día “para mi significo mucho. Al punto que la humilde agrupación renovadora, que tenemos con gente que todavía comulgamos en ideas, se llama 30 de octubre porque fue el día de las elecciones, donde triunfa Raúl Alfonsín, que para nosotros es un inolvidable demócrata, no solo por el protagonismo en esa etapa sino, porque demostró que realmente, hasta la entrega anticipada del poder a Menem, en el tiempo uno lo valora como un gran gesto para consolidar la democracia, más allá que muchos critiquen algunas cosas, pero hay que contextualizarlas en aquel momento”.


Otro rasgo que rescató el dirigente del ex presidente Alfonsín, fue el de pasar a la historia por juzgar a las juntas militares por violación a los Derechos Humanos, “eso lo dice todo, es un hito histórico no solamente argentino sino latinoamericano y no sé si mundial, miremos los españoles todavía ni siquiera juzgaron a los genocidas de la dictadura de (Francisco) Franco, también Chile y Brasil, el ejemplo que dio Argentina. Cuando uno rememora todo eso se da cuenta de la envergadura que tenía Alfonsín, como hombre, como pensador, como político, el ya venía desplegando una actividad que se consolida después de las elecciones, ya formaba parte de las asociaciones de Derechos Humanos y fue él que impuso a la junta militar, ya muy desacreditada y sin margen político, la fecha el 10 de diciembre para la asunción, por ser el Día Internacional de los Derechos Humanos.

“Fue el hombre del momento, en el momento histórico de los países en el mundo siempre hay personas que se destacan por estar justo en ése momento donde por sus virtudes espirituales, políticas, su capacidad estratégica de ser dirigente de otro nivel se diría, que está por arriba de la media común, de la disputa mezquina por el poder mismo, el veía más allá”, destacó Soria Vieta.

“Fue reconocido, agregó, ya en sus últimos años por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien lo condecora en la Casa Rosada, una foto muy sensible, fue un ejemplo intachable de conducta, de honestidad personal, el padre de la democracia que estamos disfrutando y tenemos que seguir cuidándola entre todos. Los que no vivieron la etapa dictatorial a veces no valoran porque nacieron en democracia”.

 

 

EP/E.J.

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