Quiero sí, pero no estoy dispuesto

¿Alguna vez dijiste públicamente que querías hacer algo y reconociste que lo querías a medias? Seguramente, no. Sin embargo, quizás, en repetidas veces te encontraste diciendo: “quiero comer un helado de pistacho», pero no tenías ganas de ir a buscarlo; “quiero tener un cuerpo saludable”, pero no estabas realmente dispuesto a cambiar tu alimentación o aumentar tu actividad física. O “quiero tener mi propio emprendimiento”, pero seguiste con tu empleo de siempre, ganando todos los meses un monto fijo.
¿Es verdad entonces cuando decimos que queremos resultados diferentes que estamos dispuestos a cambiar? no necesariamente. En mi trabajo como Coach y Trainer en PNL, observo que a muchos les gustaría hacer – supuestamente – un montón de cambios positivos, pero no están dispuestos a moverse de la zona conocida, aunque ésta sea desfavorable en un 100% y les resulte absolutamente incómoda. La gran mayoría, pretende hacer una especie de maquillaje ficticio en sus vidas, como si pudiera retocar la realidad a gusto y piacere – de a pedacitos no más por favor -, sin que nada alrededor se mueva de lugar.
Seguir haciendo lo mismo y esperar obtener resultados diferentes es locura y resulta completamente ilógico. Sin embargo, lo hacemos todo el tiempo. Queremos  ver manifestados resultados diferentes, pero no estamos dispuestos a hacer cambios profundos en la forma de pensar y de actuar. Y de esta manera, siempre estamos en el mismo lugar, estancados, porque pensamos igual, sentimos lo mismo y por lo tanto actuamos de la misma forma.
Les doy otro ejemplo que va en la misma línea. Si nos interesa que nuestra empresa se ordene, ¿podemos pedírselo a otros y nosotros no hacer nada al respecto? podemos, pero a la larga no va a funcionar. Si buscamos generar sentido de pertenencia, ¿podemos pretender que otros se sientan parte, y nosotros ir a medias en nuestro compromiso? No sólo es posible, sucede la mayoría de las veces! Somos incoherentes, esperamos de otros lo que nosotros no somos capaces de hacer. Queremos que los demás cambien, y algunos estarían dispuestos a ordenar a otros que lo hagan primero que ellos. Sin embargo, si queremos obtener resultados diferentes tenemos que estar dispuestos a empezar el cambio nosotros, revisar nuestras creencias disfuncionales, observar la forma en que hacemos lo que hacemos, y ajustar todo aquello que nos falta. Necesitamos ceder espacio y tiempo, y sobre todo debemos estar 100% dispuestos a dar lo mejor para lograrlo.
Entonces, la próxima vez que digamos quiero hacer ésto o aquello, revisemos primero qué tan dispuestos estamos a hacer todo lo que sea necesario para alcanzar los resultados que buscamos, – empezando por nosotros -, o será una tremenda incoherencia.
(*) Lic. Sol Jouliá 
instagram: @soljouliaok
PE

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas