Un egresado diferente: el CEP 32 de Posadas realizó ayer su acto de colación y hasta el perro “Oso” recibió una medalla por asistencia perfecta

 

Ayer fue el acto de colación de la promoción 2019 del Centro Educativo Polimodal Nº 32 de Posadas. Se trata de una escuela nocturna con la modalidad de educación para jóvenes y adultos. Además de recibir sus diplomas de egresados unos 32 alumnos, también recibió una medalla “Oso”, la mascota de uno de los estudiantes, que cada día, con asistencia perfecta acompañó a su dueño durante sus horas de estudio, y se transformó de esa manera también en parte del paisaje habitual de la escuela.

El CEP 32 es una escuela que empezó a funcionar en 2008, en un edificio que comparte con las escuelas Nº 53 y Adultos Nº 37, en el barrio Yohasá. Como todas las instituciones secundarias nocturnas, el cursado para mayores de 18 años se realiza durante tres años y en su caso los alumnos terminan como bachilleres con orientación en economía y administración. Uno de los momentos más emotivos del acto fue la entrega de su diploma a Milton, alumno que a pesar de sufrir de epilepsia y ceguera, pudo con su ejemplo mostrar que aunque a veces parezca difícil, las metas se pueden alcanzar.

Ayer egresó la décimo segunda promoción, y durante y en la colación que se realizó en el SUM de la escuela, donde estuvieron presentes docentes, directivos y por supuesto los egresados y familiares invitados, también se encontraba Oso, un perro de mediano tamaño, muy querido por todos en la escuela.

El can compartió con todos, horas y horas de clases, recreos, actos y hasta jornadas de reuniones de docentes. Porque Oso iba a la escuela incluso si su dueño Walter no asistía. Si bien se la pasaba la mayor parte del tiempo, haciéndole el aguante a su amigo en el aula, no era extraño verlo en los recreos jugando con los hijos de alumnos (escuela de adultos siempre los tiene), y visitando de seguido las oficinas de preceptoría y dirección como un integrante más del staff educativo.

Oso nunca le mostró lo dientes a nadie en el CEP 32, y se hizo querer, al punto que siempre, aunque sea de rebote, se ganaba alguna galletita, o alfajor o torta frita de parte de cualquiera, de parte de todos, para aguantar las horas.

Ayer su dueño egresó y ya el año que viene, tal como pasará con sus compañeros, seguirán sus vidas trabajando, estudiando en el mejor de los casos, o simplemente sintiendo el orgullo de haber podido concluir la secundaria al fin, después años de esforzarse con las carpetas, libros y fotocopias, aunque estén cansados por trabajar de día.

Sin embargo, los primeros días de marzo, cuando reabra la escuela, ya para el ciclo lectivo 2020, habrá grandes chances de que Oso, se vuelva a presentar, total ahí quedaron muchísimos de sus amigos, que seguro algo le van a invitar.

 

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