La esponja, el enemigo silencioso de la cocina: por qué es tan peligrosa

 

A pesar de que sea ampliamente utilizada en la higiene del hogar, hay que tener ciertos cuidados en su manipulación debido a la cantidad de gérmenes y bacterias que alberga. Un grupo de científicos alemanes determinó que en un centímetro cúbico de este elemento existe «una densidad de bacterias similar a la que se encuentra en las heces». Las mejores para comprar son las de fibra, debido a que no se agrietan ni se desgranan.

Un elemento que no puede faltar en la cocina de una casa es la esponja. De todas las marcas, colores y materiales, este elemento tiene un rol fundamental en la higiene de los utensilios utilizados para realizar las comidas, como también de las mesadas.

Pero la esponja es un arma de doble filo: ayuda en la limpieza, como también alberga una gran suma de gérmenes. Científicos alemanes investigaron el ADN de diversos microorganismos almacenados en este elemento y hallaron bacterias como la Moraxella osloensis, responsable de infecciones en personas cuyo sistema inmunológico esté débil y causa mal olor.

Desde el Instituto de Microbiología Aplicada de la Universidad Justus Liebeg en Giessen, dijeron: «Nuestro trabajo demuestra que las esponjas de cocina albergan una diversidad de bacterias mucho mayor de lo que se pensaba».

Los científicos alemanes observaron las esponjas con el microscopio y llegaron a la conclusión de que en un centímetro cúbico, estas pueden tener una densidad de bacterias similar a la que se encuentra en las heces.

Algunas personas toman ciertos recaudos para mantener sus esponjas limpias y por eso las lavan con agua y jabón o detergente, pero esto es un error, debido a que con este accionar se aumenta la concentración de gérmenes en este elemento. Otras, las hierven o las enjuagan con lavandina, pero esto tampoco tiene efecto alguno.

Un grupo de bromatólogas argentinas crearon una cuenta de Instagram llamada «Bromatología en casa», en la que explican los múltiples errores de higiene y limpieza que se cometen a diario en un hogar. También le dedicaron un apartado a las esponjas.

«Nos preguntaron muchísimo qué esponjas recomendamos», dijeron y revelaron que no son recomendables las amarillas y verdes debido a que se agrietan y se almacenan microbios allí. Tampoco las de acero, bronce o aluminio, porque se desarman y diseminan sus pedazos en los utensilios.

Las ideales para comprar son las de fibra. «Son muy utilizadas en la industria alimenticia porque no se desgranan», explicaron.

«Hay personas que tienen la costumbre de hervir en agua caliente o meter en el microondas la esponja para limpiarla. A pesar de lo que se cree, estas prácticas no son efectivas y no reducen las bacterias mucho más del 60%», especificaron.

«Las esponjas no solo actúan como un almacén de microorganismos, sino que también contribuyen a diseminarlos por todas las superficies de la cocina en las que se usen», revelaron.

La solución más fácil y económica para el problema de las esponjas es simple: reemplazarlas cada semana.

(Urgente24)

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