Se camufló entre adictos para encontrar al asesino de su hijo y hace un mes que desapareció

Nélida Sérpico fue vista por última vez el 27 de octubre cuando fue a votar. El viernes radicaron la denuncia por su desaparición.

 

Nélida Sérpico, la mujer que durante siete años entró camuflada a la villa 1-11-14 del Bajo Flores para encontrar al asesino de su hijo, y hasta se sacó los dientes para simular ser adicta al paco, está desaparecida desde hace un mes. La mujer había dicho en los días previos a su desaparición que, a pesar de que el asesino de su hijo fue condenado en 2014, continuaba recibiendo amenazas.

 

La denuncia por su desaparición se radicó el viernes pasado. La realizó un allegado que se acercó a la Comisaría de la Policía de la Ciudad y contó situaciones de amenazas hacia Nélida. Además, confirmó que la última vez que se supo de ella fue en la Escuela de la Medalla Milagrosa en la calle Curapaligüe al 1100, el domingo 27 de octubre, cuando fue a votar para las elecciones presidenciales.

 

Personas cercanas a Nélida contaron que la vieron con un bolsito, lo que hizo pensar que se pudo haber ido por sus propios medios. Aunque también está versión de un mensaje que recibió uno de sus hijos y que corresponde al número de teléfono de la mujer. Allí había un pedido de llamado, pero cuando lo hicieron, nadie atendió.

 

La Policía tomó la denuncia, se activaron todos los dispositivos de búsqueda de personas y emitieron una alerta nacional. El caso recibió la calificación de averiguación de ilícito y quedó a cargo del fiscal Marcelo Ruilópez y del Juzgado N°43, que conduce Pablo García de la Torre.

 

Durante siete años, entre 2006 y 2013, Nélida Sérpico visitó los pasillos del barrio Rivadavia I y la villa 1-11-14 del Bajo Flores, en busca del asesino de su hijo Octavio ejecutado de un tiro por la espalda en diciembre de 2005.

 

Tiñó su pelo castaño a negro azabache, se vistió con un pantalón deportivo, una remera larga, una campera en invierno y zapatillas deportivas siempre.

 

Un día fue por más: sola, en la intimidad de su baño, tomó aire y empezó a cortar la encía con el filo de su uña y se arrancó dos dientes. Los de abajo y de adelante, ésos que son casi tan visibles como las paletas. Quería parecer una adicta a la que los dientes se le cayeron de tanto fumar paco. Lo hizo para encontrar a Facundo Caimo, el asesino de su hijo Octavio Damián Gómez.

 

 

Fuente: Telefe Noticias

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