Se realizó la Fiesta de Disfraces de Posadas: reviví la noche en imágenes

Unos 12 mil jóvenes de toda la región se dieron cita a orillas del Paraná y volvieron a revivir una de las noches más esperadas del año, que ya se ha convertido en todo un ícono de la capital misionera. 

 

El ingenio y la creatividad se pudo apreciar en cada metro del lugar. Personajes de series viejas y actuales. Protagonistas de dibujos animados clásicos y modernos. Desde el terrorífico payaso de IT, hasta el Hombre Duff de Los Simpsons. Nadie se quiso perder la cita. Desconocidos que se hicieron amigos. Amores imposibles que se volvieron posibles. Todo eso bajo la atenta mirada de las estrellas y con el Paraná como fiel testigo.

 

Con más convocatoria que en la edición anterior (el año pasado fueron 9 mil asistentes), la Playa Virgen de Fátima, ubicada en la Costanera sur de Posadas, reunió a 12 mil personas tras albergar por quinto año consecutivo la Fiesta de Disfraces (FDD), uno de los eventos más convocantes de la región.

 

La fiesta se sintió toda la jornada. Las casas de ventas de disfraces posadeñas lucieron con mucho movimiento durante todo el día, beneficiadas por los indecisos que dejaron hasta último momento para elegir el qué ponerse.

 

Las puertas del predio de la FDD se abrieron a las 22, pero el mayor caudal de personas ingresó en las primeras horas de la madrugada del domingo. Para entrar había que atravesar dos filtros. El primero de ellos se encontraba en la puerta de acceso donde se le hacía un minucioso control a cada persona. El segundo de ellos se realizaba adentro del lugar, donde para poder acceder a la pista principal había que presentar DNI y acreditar que se era mayor de edad.

Al igual que hace un año, los interesados podían ir y volver del evento en los colectivos urbanos que se colocaron para la ocasión. Los mismos salían desde la intersección de las avenidas Mitre y Costanera y tenían un valor de $160.

 

La gran mayoría de los presentes eran jóvenes que llegaron desde distintos puntos de la zona, como ciudades del interior de la provincia, localidades de Corrientes, Chaco y de Encarnación (Paraguay).

El lugar contó con un sector de barras que no dio abasto y se registraron largas filas para hacer una compra.  El agua tenía un valor de $100 la botella de 500 ml y las cervezas más económicas se comercializaban a partir de los $130 la lata. Las bebidas blancas y los espumantes arrancaban desde los $200 y $350 respectivamente y alcanzaban un máximo de $1800 (la botella con cuatro energizantes) y $1500.

 

El sitio tuvo baños químicos y una sección de “Food Trucks” con carritos de comida para quienes querían comprar un alimento. La gran novedad fue la presencia de un sector donde se hacían tatuajes con un valor que promediaba entre los $500 y los $1000 de acuerdo al diseño. La ambulancia se encontraba en la entrada y el sector VIP dispuso con WIFI que brindó Marandú Comunicaciones.

 

Los disfraces fueron los bestsellers de la noche. La mayoría optó por temáticas individuales, aunque muchos grupos de amigos/as decidieron ir iguales o representar una misma idea. Uno de los más recurrentes fue el del Joker. Entre los novedosos estuvo un simple cartel con la frase “Aeeea, yo soy Sabalero” y que sirvió para revivir la emoción del hincha de Colón en el encuentro contra Independiente del Valle bajo el compás de la –ya viral- canción de Los Palmeras. También estuvieron presentes los clásicos monjes, árabes, policía, FBI, bomberos, etc.

 

El operativo de protección estuvo compuesto por la Policía de Misiones (apostados principalmente afuera) y por personal privado que contrató la empresa organizadora. Sobre el final se registraron algunas peleas y nadie de seguridad llegó a intervenir. Las escaramuzas no pasaron a mayores gracias a la reacción del resto de los presentes, quienes apaciguaron los conflictos.

 

La salida de la fiesta tuvo sus complicaciones debido a la gran cantidad de vehículos que intentaban circular por ahí. Autos, motos, camionetas, colectivos convirtieron a la Costanera sur en un caos vehicular.

 

La FDD tuvo su tan esperada cita. Los jóvenes bailaron, se divirtieron, sintieron el peso del tiempo correr mientras hacían fila para comprar. Muchos de ellos lograron cumplir el sueño de ser otra persona, aunque sea sólo por una noche.

 

 

LD

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