Murió Gaspar, el último rinoceronte del Ecoparque porteño

 

A pesar de los tratamientos que recibía por parte de los veterinarios que lo cuidaban a tiempo completo, murió el último ejemplar de rinoceronte que vivía en el Ecoparque, tras luchar durante un largo período contra una enfermedad renal.

Gaspar, como se lo conocía al animal, falleció durante la noche de este viernes en el recinto que habitaba dentro del establecimiento, situado en el barrio porteño de Palermo, donde antes funcionaba el zoológico de la Ciudad de Buenos Aires.

De acuerdo con lo que informaron las autoridades del lugar, “la muerte se produjo luego de una falla en su sistema renal que tenía desde hace varios meses” y que se agravó en el último tiempo, “sumado a complicaciones digestivas”. A través de un comunicado, el Ecoparque explicó que “la necropsia que le fue realizada” al animal «ofrecerá más detalles histopatológicos y cultivos microbiológicos”

“Durante los últimos meses Gaspar estuvo acompañado en todo momento por un equipo de cuidadores y veterinarios las 24 horas. El seguimiento de su salud fue constante gracias al vínculo de confianza que tenía con el personal que lo asistía. Se le realizaron todos los análisis y muestras diarias a fin de garantizarle el mejor tratamiento posible”, precisaron.

El rinoceronte tenía 28 años, nació en Sable Ranch (Sudáfrica) y llegó al antiguo zoológico de Buenos Aires el 11 de diciembre de 1995, cuando tenía tan solo 36 meses de vida. Los cuidadores informaron que su especie no se encuentra amenazada o en peligro de extinción y detallaron que en cautiverio tienen una esperanza de vida cercana a los 30 años.

“Desde el Ecoparque queremos agradecer especialmente a todo el personal que acompañó a Gaspar de forma permanente hasta el último minuto y a los especialistas internacionales y argentinos que vinieron a colaborar con su diagnóstico y tratamiento”, agregaron en el comunicado.

La muerte de este ejemplar se suma a la de Ruth, la hembra que fue su pareja durante mucho tiempo y que también falleció en julio del año pasado como consecuencia de un cuadro de malestar físico, diarrea y dificultades respiratorias.

Además este caso se suma al de otros animales del establecimiento que murieron en estos años, mientras otros continúan esperando su traslado a reservas naturales o santuarios, luego de que el Gobierno porteño decidiera cerrar el zoológico de Palermo y transformarlo en un parque sustentable, conservando solo a parte de las especies que habitaban el lugar hasta el momento.

Un caso conocido fue el de la jirafa Shaki, que en el 2018 falleció sorpresivamente a los 18 años, a raíz de una descompensación generalizada y tan solo nueve días después del deceso de Ruth. Las condiciones de cautiverio en las que se encuentran los ejemplares generó críticas por parte de especialistas y agrupaciones en defensa de los animales.

En julio de ese año, el naturalista, museólogo y conservacionista Claudio Bertonatti presentó una denuncia penal ante la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA) por las condiciones en las que está el predio de Palermo.

“El motivo de la presente es solicitar su intervención en el Ecoparque de Buenos Aires a raíz de las muertes de animales ocurridas recientemente. A mediados de abril derivaron 14 de los cuidadores más antiguos a otras áreas del Gobierno de la Ciudad. Dos de las áreas que quedaron más debilitadas fueron las de los rinocerontes y de las jirafas, dado que sólo quedó un cuidador experimentado con la asistencia de personal recientemente contratado, comprometido, pero sin la debida experiencia que este tipo de animales requiere”, señaló en aquel momento la denuncia.

(Infobae)

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