Cartón para las cajas

Hay momentos en nuestras vidas en donde nos rodeamos de elementos necesarios para determinada tarea;  así, si una pareja joven  acaba de comprar su propio departamento preguntara a sus familiares y vecinos quien puede prestarle cajas para  iniciar su mudanza, resguardar sus objetos valioso, marcar las cosas de acuerdo a la necesidad, o no, de que sean utilizadas en el nuevo hogar y sino, derivarlas a un nuevo destino, dado que todo lo que se encuentra allí ya no formaran parte de una casa individual, sino de una vida en común.

 

Podríamos identificar numerosas situaciones de nuestra vida en donde podemos ser diferentes personas, en diferentes circunstancias, con un objeto en común, cartones.

 

El cartón es un elemento más persistente que el papel que utilizamos para proteger, conservar, embalar. Es protector y contenedor de objetos valiosos.  En cada casa el lector puede que existan cajas, cajitas para todo tipo de objeto para todo tipo de evento.

 

Relacionados con las mudanzas, con los depósitos, con el orden, la cuestión es que siempre andamos en búsquedas de contenedores de algo.

 

Este cartón es un elemento que conforman entre otras cosas, cajas, es más rígido y en el cual podemos determinar que estará todo ahí, así incluso podemos etiquetar y enumerar lo que contiene dentro sin posibilidad de cambios, dado que lo que dice la etiqueta efectivamente contienen.

 

Ahora la pregunta que dispara el observar cuantos cartones nos rodean en nuestra vida cotidiana son ¿cuantas veces como adultos nos comportamos como cartones? Simplemente contenedores de objetos etiquetados.

 

¿Cuantas veces dejamos de reír a carcajadas, de salir despeinados, de vestirnos de colores simplemente porque el cartón no lo permite?

 

Nos convertimos en nuestra propia caja, con nuestras normas reglas y solo miramos lo que está dentro de ella. Y es válido, en esa cajita están nuestras historias, nuestro pasado, nuestra manera de ver la vida a través de ese material, tan fiel, tan compañero, protegiendo siempre los elementos frágiles que se guardan el interior.

 

Lo frágil debe estar resguardado, ¿para qué tiene que ser guardado y reservado; para quién? ¿Qué nos pasa cuando nos mostramos frágiles? ¿Que tenemos miedo de mostrar?

 

Dentro de cada caja, hay historias, experiencias, conocimientos, emociones, limitaciones, creencias y que pasaría si nos atreviéramos a salir de nuestra caja y nos relacionamos con algo que nunca pensamos, algo que fuera novedoso y creativo, no para el otro sino para mí mismo.

 

Dejar de medir mi conocimiento en un referente a otro y empezar a ver mis propios cartones, las medidas y la profundidad de mi propia caja y ver si lo que necesito ahora sea cartón, o necesite reciclar mis cartones y crear un contenedor más flexible, más amoldable.

 

¿Tu caja es funcional a lo que te gustaría tener? es cómoda acogedora o tiene rincones en los cuales no te gusta visitar. ¿Cuantas etiquetas te pusiste vos mismo? ¿Qué cosas podes aprender fuera de la caja? ¿Cómo reaccionaría tu cuerpo si decidieras espiar fuera de tus propios límites de cartón?

 

Miramos de acuerdo a las creencias, a los límites de nuestros propios cartones. Quizás este sea el momento de espirar, de cortar un lado, de ampliar el cuadrilátero, de dejar de depositar y empezar a compartir.

 

Reciclarnos un poco y aceptar a ser más moldeables, más permeables no significa que dejaremos de protegernos simplemente vamos a empezar a considerar que elemento es más apropiado para acompañarnos en esta etapa de tu vida.

 

La naturaleza nos enseña la permeabilidad de las cosas, empecemos a ser permeables nosotros mismos.  y si vas a guardar y etiquetar que sean logros y celebraciones que obtuviste el día que te permitiste a vos mismo desafiar tus propios límites.

 

Natalia Ferreira-                                                                                                                 [email protected]                                                  

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas