Las aguas del Río Paraná bajan limpias, claras y con la tonalidad «verde esmeralda» de la selva misionera

La postal se distingue en la Costanera de Posadas en la calurosa jornada de este sábado. Desde hace varios meses la sequía se siente en las cuencas hídricas de la región y la bajante de los ríos a falta de lluvias se hace cada vez más notoria. El particular verde del Río Paraná que se observa desde la costa posadeña es muestra de ello.

 

 

En Agosto del año pasado se confirmaba que la bajante de los principales ríos y arroyos de misiones se debía a la falta de lluvias en la meseta brasileña, duraría hasta entrada la primavera. Fue lo que ocurrió y continúa, según reportes desde el Estado de Santa Catarina porque la sequía se prolongó.

 

A la postal del río rojo que se vio en mayo de 2017, señal de falta de políticas de cuidado del suelo y deforestación, donde se dejó en claro que el color marrón rojizo se debía a la tala raza en suelos rojos profundos. “Naturalmente, cuando caen las lluvias sobre el follaje en la selva, de los bosques, las gotas tardan mucho más para llegar al suelo, porque son amortiguadas por las mismas y su caída es más bien suave, se desliza sobre el suelo. Al no estar ese follaje, las lluvias caen directamente al suelo y lo perforan, generando remoción y lavando el mismo”, explicaban.

 

 

Hoy la falta de lluvias cambia el color del agua y el panorama. En un año donde el índice de alerta de incendios se mantuvo al rojo vivo, hoy las aguas del Río Paraná se ven verdes.

 

 

A la falta de agua se suma la ola de calor que anticipa un “verano ardiente” en Misiones y la región.

 

 

Para los días que viene el pronóstico anuncia algunas lluvias que serán una tregua para las altas temperaturas, pero solamente con chaparrones aislados y poca caída de agua.

 

 

GS

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