#OrgulloMisionero: la historia de Valentina Martínez la Embajadora de las personas con discapacidad que no cree en límites

Cuando nació solo le dieron 72 horas de vida. Hoy tiene 14 años y sueña con pronto caminar para bailar en su fiesta de 15 años. Valentina Martínez no cree en los imposibles y en diálogo con Misiones Online, su madre Paola Paniagua nos cuenta su historia.

 

Paola Paniagua recuerda este momento como si fuera ayer. Su primera hija con su pareja, nació a las 26 semanas y no a las 40 como se esperaba. Pesó 800 gr y en su condición aún no definida (porque no le encontraban un diagnóstico claro), se afirmó que moriría a las 72 horas. La historia no termina allí. Hoy Valentina tiene 14 años y ya pronto cumplirá sus 15 y desde estos meses, junto a sus padres y hermanos, prepara una fiesta que sabe será todo un éxito por las muchas personas que la aman.

 

Y es que esta adolescente no tiene límites y no deja que se los pongan. Si bien, después de muchas investigaciones fue diagnosticada con Evolución Crónica No Evolutiva (ECNE), no ha tenido problemas. Su desempeño «es asombroso», según lo expresa su madre, ya que en su primer año en secundario no lleva ninguna materia y es una de las chicas más alegres de la clase.

 

“Valentina es muy activa, es una nena que lleva una vida normal. Estar en silla de ruedas no le da limitación alguna”, afirmó Paniagua.

La muchacha ha retomado su tratamiento y se estima que de seguir con estos notables avances, podrá caminar ad portas de sus 15 años. “Su sueño es bailar y celebrar su fiesta de 15 años”.

Embajadora

Su sentimiento por la lucha de la igualdad surgió desde muy pequeña cuando decidió aprender lenguaje de señas. Hoy es embajadora por las personas con discapacidad y recibió también un reconocimiento como Embajadora Provincial del Cordero.

 

Cuando hablamos con Paola nos dice que aunque Valentina sueña con ser psicóloga, su más grande sueño es que las personas dejen de estigmatizar como “normales y anormales” a sus pares. Por ello, para lograr esta igualdad – porque discapacidad no significa incapacidad- organizan todos los años, desde hace cinco años una fiesta cada 3 de diciembre para representar a todas aquellas personas que tienen alguna discapacidad y demostrar que tienen muchos talentos, habilidades y son felices, incluso más que muchos- mal definidos – “normales”.

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