Mirta Maidana tiene 42 años y desde el 07 de abril su madre no conoce su paradero. La policía la busca intensamente. Para su madre, Doña Elsa, ella está dominada por su pareja Antonio Cáceres, quién aprovechándose de su adicción al alcohol, la fuerza y hace uso de su dinero. La anciana, tiene a su cargo a 3 hijos de Maidana y por sus problemas de salud le es complejo cuidarlos.
Doña Elsa Espíndola (76)- Red Ciudadana
Doña Elsa Espíndola tiene 76 años y a su edad, debería estar descansando, disfrutando de su familia y de sus nietos, pero ya a su dura vida se le sumó la desaparición de su hija Mirta Estela Maidana de 42 años madre de 7 hijos y uno fallecido.
Según la anciana el 07 de abril fue la última vez que vio a su hija, cuando se disponían a cocinar algo especial para las celebraciones de Semana Santa. Sin embargo las hipótesis sobre su desaparición son muchas, Maidana tenía una grave adicción y su familia y pareja lo conocían.
Un círculo de relaciones enfermizas complica el caso. El padre de sus hijos está en la cárcel por violar a su hijastra por lo que le cuidado de los menores quedó en manos de Mirta. Lamentablemente, Mirta Maidana sufre una adicción.
“Mi hija cobraba un salario como madre de 7 hijos, sin embargo no sabemos si sigue cobrando ese dinero”. Recordó que su hija vivía en Posadas y estaba con un hombre llamado Antonio Cáceres. La madre afirmó que era un mal hombre “vago y borrachin”. “Con él se juntaba a tomar. Mi hija es tranquila, pero cuando toma es otra persona”, dijo.
Violentada
La madre sospecha que la causa de su desaparición recae sobre la pareja de Maidana. Sostiene que ella había sido víctima de constantes maltratos físico y psicológicos. Rememora cuando el patrón de su hija le había informado que su hija estaba lastimada. “Yo no la vi, pero su patrón me contó que llegó lastimada, golpeada”.
Aunque desde que ella denunció la desaparición de su hija, no se habían hecho los esfuerzos para ubicarla, señaló que ahora sí la Policía está iniciando con la búsqueda de Mirta.
Descartó que haya huido a la casa de algún familiar porque no mantenía buenas relaciones con los familiares. “Ella toma mucho, los parientes no le pasan a ella”.
A sus 76 años solo busca que sus nietos no sufran. “No quiero que mis nietos anden sufriendo. Ellos estaban en Posadas, mi hija trajo a sus hijos y los dejó y así iba y venía, luego vino para Campo Ramón, por Villa Bonita y así”.
Para la madre, Mirtha está viva, “ella no tiene celular, el de la hija más grande que tengo yo, le llamaron desde Aristóbulo del Valle y seguro que fue ella la que vendió porque no tenía para su pasaje y yo sé eso porque mi sobrino trabaja allí en un casino y Mirta le pidió plata”, acotó.
