Investigación a escala global coloca a Misiones en el mapa con altos índices de efectividad para inversiones en restauración y regeneración de bosques nativos

Un estudio realizado por investigadores de Brasil, Australia y Estados Unidos, identificó 4 puntos de certeza en rentabilidad y reducción de costos de estas iniciativas de acción climática en la provincia. El trabajo propone un nuevo enfoque para mapear la variación del paisaje en el éxito de la restauración forestal en biomas de bosques tropicales y templados. El desafío estará en la aplicación de las tecnologías y en las políticas públicas, señalan los expertos.

 

Misiones tiene un lugar privilegiado para aportar a estas acciones con sus paisajes forestales de bosques nativos y plantaciones. La factibilidad de estos proyectos está relacionada a la existencia del bloque continuo de la Selva Misionera, último remanente de la ecorregión del Bosque Atlántico en Sudamérica, que comparte con Brasil y Paraguay.

Acercar el financiamiento de estos proyectos al terreno es el desafío y es factible «en un 90% de certidumbre de potencial éxito de la inversión por costos-efectividad», según la conclusión de la investigación global.

El investigador brasileño Felipe Barros, profesor del Departamento de Geografía del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya y miembro del Centro de Referencia en Tecnología de la Información con Software Libre (CERTIG + Sol) de la UNaM (Universidad Nacional de Misiones), junto a una red de investigadores internacionales, presentaron recientemente a la comunidad internacional los resultados del trabajo, con un nuevo modo de mapeo, que por primera vez identifica a nivel mundial las áreas más adecuadas para la restauración forestal de bosques nativos.

La investigación se realizó focalizando en áreas de selvas tropicales y subtropicales, lo que incluyó en gran parte a Misiones, guardiana del mayor remanente continuo de Bosque Atlántico, Selva Paranaense o Selva Misionera en la Argentina, entre Brasil y Paraguay. “Con el abordaje del estudio, se pretende mejorar la toma de decisión, aminorar la incertidumbre en el proceso de restauración forestal en terreno, además de permitir la reducción de sus costos”, explicó en una entrevista con ArgentinaForestal.com el investigador.

Para ello, de la investigación surgen cuatro recomendaciones clave:

-Primero, es esencial detener la deforestación, particularmente en áreas donde la cubierta forestal en el paisaje disminuye por debajo del 30%.

-Segundo, comenzar la restauración en paisajes con niveles bajos (<10%) de variación en el éxito de la restauración forestal puede atraer los niveles de inversión financiera necesarios para financiar la restauración a gran escala centrada en la recuperación de la biodiversidad.

-Tercero, la restauración en áreas con alta variación del paisaje (> 50%) es costoso y puede no ser efectivo para restaurar la biodiversidad nativa. Sin embargo, las iniciativas de restauración del paisaje en estas áreas pueden ser de vital importancia para aumentar la oferta de una amplia gama de servicios de los ecosistemas y mejorar las condiciones socioeconómicas. Por lo tanto, la restauración en estas áreas debe ser un proceso planificado, considerando también otros factores del paisaje para aumentar la cobertura forestal en su conjunto y consecuentemente disminuye la variación en el éxito de la restauración forestal.

-Cuarto, dados los limitados recursos financieros para invertir en bosques y restauración del paisaje, los resultados de la investigación realzada pueden ayudar a guiar los esfuerzos de restauración hacia paisajes donde las intervenciones de restauración rendirán más costo-efectividad para la conservación de la biodiversidad.

 

 

El Prof. Barros (35) es oriundo de Río de Janeiro, Brasil, Licenciado en Geografía, especializado en SIG y Estadísticas, con una Maestría en Ecología, y se radicó en la ciudad Posadas hace casi dos años.

El proceso de publicación del estudio realizado les llevó casi un año. Barros es uno de los autores del trabajo por el CeRTIG+SoL de la UNaM, junto a Renato Crouzeilles, por el Instituto Internacional para la Sostenibilidad, del Centro de Ciencias de Conservación y Sostenibilidad de Río, Departamento de Geografía y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica, y del Programa de Posgrado en Ecología, de la  Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil). Además, de la investigación participaron profesionales del Centro de Ciencias de la Naturaleza, Universidad Federal de São Carlos, São Carlos Brasil; de la Universidad Veiga de Almeida (Brasil), de la Universidad de Connecticut, Storrs (EEUU), de la Universidad de la Sunshine Coast (Australia), como también de The Nature Conservancy (Brasil) y del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Agricultura «Luiz de Queiroz», Universidad de São Paulo, Piracicaba (Brasil).

Lic. Felipe Barros: «En el mapa, se observa el resultado de la investigación para Misiones: en verde, las áreas con menor valor de variación potencial en el éxito de la restauración forestal, son las más indicadas para la restauración forestal, así como para las políticas de conservación.

Desafío de Bonn

En un contexto donde ya no basta solamente conservar los bosques nativos, sino también reforestar áreas anteriormente deforestadas, preferentemente con especies nativas, surgen nuevos retos. Uno de ellos, se llama el desafío de Bonn (Bonn Challenge) y reúne distintos países compromisos de restaurar una determinada cantidad de bosque nativo, que en la sumatoria llegaría a 150 millones de hectáreas en todo el mundo hasta el 2020.

Renato Crouzeilles se refirió a un estudio de “Pacto de Restauración del Bosque Atlántico” que identificó, en el caso de Brasil, áreas de recuperación de 740.000 hectáreas de bosque. Entre los estados que más restauraron el bioma se encuentran Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais.

Brasil se comprometió, en el Plan Nacional de Recuperación de Vegetación Nativa, a recuperar 12 millones de hectáreas de vegetación nativa para 2030. «Los números dan la esperanza de que se puedan lograr objetivos ambiciosos de restauración, que traigan beneficios a la población y ayuden a Brasil a cumplir con sus compromisos internacionales», sostiene el investigador en declaraciones a CBN Journal.  «Además, no se trata solo de mitigar el carbono y reducir emisiones, la restauración genera trabajo, es de gran impacto social para el desarrollo local”, agregó el especialista.

Por su parte, sobre el capítulo de Misiones se refirió Barros en la entrevista con AF: “La provincia tiene las mismas oportunidades que tiene Brasil. El Bosque Atlántico, la Selva Misionera o Selva Paranaense, está en proceso de recuperación. Sensibilizar sobre la importancia de la naturaleza es una de las formas de mejorar estos índices. Hay que garantizar la persistencia de los bosques nativos y avanzar en la integración de la restauración con la conservación. Las prácticas y políticas son elementos clave para el éxito de la restauración forestal”, sostiene el investigador.

 

Misiones en el mapa global 

Argentina firmó el compromiso de restaurar 1 millón de hectáreas de bosques nativos hasta el 2020. Dicha iniciativa, viene del hecho de que la recuperación de bosques nativos tendrá efectos directos e indirectos en la economía en diversas escalas, como mejoría en la productividad agrícola, en la calidad del agua, entre otros. Se estima que para este primer objetivo, se podría generar 84 billones de dólares en dichos beneficios. El tema central pasa a ser entonces, cómo garantizar el éxito de la restauración forestal, cómo reducir sus costos y dónde realizarla. En eso se basó la investigación.

“El proceso de restauración forestal lleva tiempo y muchas veces no resulta exitoso. La variación en la recuperación de biodiversidad en paisajes durante dicho proceso se presenta, actualmente, como obstáculo a la restauración en larga escala. Por ello, usamos para el estudio distintas variables, ocupamos experiencias anteriores, y vimos que tener selva nativa bien preservada a una distancia a 5 km beneficia a generar una condición favorable al proceso de restauración”, indicó Barros.

Otro tema es el paisaje de un municipio o provincia, que se considera como unidad de planificación de restauración. “Si en esta unidad se tiene un 27% de cobertura forestal, se reduce la incertidumbre de un proyecto, hay un 90 % de posibilidad de éxito. Es decir, es una inversión de potencial de certeza costo-efectividad, y este nivel de discusión de retorno de recuperar rentabilidad ambiental es lo que se considera al momento de financiamiento internacional. Por ello, hay que mapear, calcular  cuánto es el potencial de certeza de un proyecto de restauración o regeneración, para reducir riesgos de inversión”, indicó el profesional.

La investigación desarrollada analizó datos de 135 áreas de restauración de bosques nativos en selvas tropicales y subtropicales en todo el mundo, para poder entender, predecir y mapear los potenciales resultados.

 

El estudio desarrolló un modelo único y novedoso para poder estimar las áreas donde se tendría mayor o menor riesgo para el éxito del proyecto de restauración forestal. A partir de dicho modelo se pudo identificar espacialmente en un mapa dichas áreas. “Hay dos tipos de restauración, una actividad con plantines, el abono de suelo, etcétera. La otra, es la regeneración natural del bosque, que la persona interesada o el propietario haga el mínimo de intervención para que el área se pueda regenerar en forma natural. Por eso es la importancia de mantener bosques nativos bien cuidado y conservados en la provincia”, precisó Barros.

“Una misma área de proyecto puede desarrollar restauración forestal, donde siempre la acción humana será el actor principal, pero a veces no es necesario, puede ser que tenga todas las condiciones el sitio para la regeneración natural de la selva nativa, y esto lo hace económicamente viable, no hay que invertir tanto”, remarcó el profesional.

 

 

En la Zona Norte, imagen de ayer (10/10/2019) se observa un área de plantación de pinus (la vegetación mas homogénea), un área menor de Selva Nativa (texturizado) y áreas deforestadas probablemente de forma legal o autorizada, donde probablemente serán plantados más pinus.

El resultado puede ser usado como guía en la toma de decisiones en diferentes circunstancias como por ejemplo, en la priorización de áreas a ser reforestadas, mejorando el proceso de definición de áreas a restaurar y en el cálculo del costo de la restauración ecológica.

“Se pudo estimar que, en dichos casos, podrá reducirse los costos de la implementación hasta en un 97%, ya que áreas con mayor potencial para restauración forestal son las que poseen menor variación potencial en el éxito de restauración. Estos resultados sirven para medir y establecer metas de acción climática”, asevera Barros.

Si bien el trabajo corresponde a un análisis global, el investigador brasileño radicado en Misiones conoce el potencial y la importancia ambiental de la provincia, y fundamentalmente el área de la Reserva de Biósfera Yabotí (El Soberbio, San Pedro, San Vicente) para estos proyectos de restauración y regeneración de áreas de bosques nativos. El profesional propone el servicio y el conocimiento en el uso de las tecnologías de monitoreo de estos mapas a los Estados, sean nacionales, provinciales o municipales, como también para el servicio académico de trabajos en terrenos.

«Considerando la ubicación estratégica  de Misiones en la zona de Tres Fronteras, y el hecho de compartir la Selva Paranaense con los países vecinos, que ya no tienen tantas áreas conservadas, puede desarrollar un rol importante para el éxito de la restauración en las cercanías», concluyó Barros.

 

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Por Patricia Escobar

@argentinaforest

 

 

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