Centenario de Eldorado: «Con trabajo y esfuerzo conseguimos el progreso, y queremos que esta ciudad siga siendo de verdad la Capital del Trabajo»

Raúl Wals y Rodolfo Beth (colectividad danesa) son nietos de Carlos Emilio Engwald, quien fue pionero, amigo y administrador del fundador Adolfo Julio Schwelm. Ambos viven en el exterior pero vinieron a Eldorado para celebrar el centenario de la ciudad. Recordaron su infancia y juventud en la Capital del Trabajo y solicitaron a los actuales habitantes que nunca pierdan el espíritu inmigrante y pujante que sacó adelante esta comunidad.

Raúl Wals (vive en Españahace 30 años) y Rodolfo Beth (vive hace 39añosen Dinamarca), ambos son nietos de Carlos Emilio Engwald, y pertenencientes a la colectividad danesa, la primera que llegó a poblar Eldorado en sus inicios.

En diálogo con Misiones Online, Rodolfo Beth mencionó «vinimos para el centenario porque dice que cuando la tierra roja se pega al zapato no se va más, así es que volvimos para celebrar juntos esta fiesta, una hermosa fiesta que nos da mucha emoción».

En referencia a los recuerdos de su abuelo Carlos, dijo que «la yerba fue el oro verde del abuelo, trabajó mucho para tenerlo acá en Eldorado, y aquella vez no era fácil porque no había tecnología, era todo a mano, era todo de madera y era peligroso porque si se sobre calentaba se incendiaba, y encima no había bomberos como ahora».

Cabe recordar que Carlos Emilio Engwald tuvo el primer barbacuá de Eldorado, «él trabajaba mucho e hizo mucho por la ciudad» indicó su nieto Rodolfo.

Además contó que su abuelo tuvo 5 hijos, «de los cuales Irma Engwald Beth que fue la última que falleció de sus hermanos, era mi madre» indicó.

Por su parte, Raúl Wals- primo de Rodolfo y también nieto de Carlos Engwald- resaltó «los primeros en llegar a Eldorado fueron 18 familias danesas que vinieron de Necochea traídos por mi abuelo, y Schwelm se entusiasmó mucho con eso, entonces le dijo a mi abuelo si él quería ir a Dinamarca para traer desde allá a las familias que vendrían a poblar Eldorado».

Y agregó «algo que mi abuelo no quiso, porque lo veía como un engaño, porque les vendían un trozo de tierra en el medio monte y había que venir con el machete acá y empezar de cero. Como mi abuelo no quiso, entonces Schwelm hizo la gira por Europa, por Alemania, Inglaterra y demás países, él hizo la promoción para que los europeos vengan».

Raúl dijo que las tierras del actual centro de Eldorado eran de Carlos Emilio Engwald y otros daneses. «Nosotros nacimos y nos criamos en el barrio Engwald. Yo literalmente nací en mi casa» aseveró.

En referenia al libro que Raúl Wals presentó hace 5 añosen la Casa del Fundador, el nieto de uno los pioneros destacados, explicó «la abuela Nina escribió sus primeros 20 añoscon mi abuelo en Sudamércia, (estuvieron en varios lugares además de Eldorado, La Pampa y otros), el libro relata toda esa aventura, es un relato de mi familia. Lo presenté en Eldorado hace 5 años,y en poco tiempo más me gustaría presentar un libro sobre la vida de mi madre, en el que estoy trabajando actualmente».

Vientos de cambio

En cuanto a si ven diferente a la ciudad de Eldorado, ambos respondieron que sí, Rodolfo expresó que «veo muchos cambios en este marco del centenario, por ejemplo cuando yo era chico las calles eran de tierra, me acuerdo tiempos de cuando iba a la escuela y la avenida San Martín era de tierra, los colectivos antiguos eran de madera y chapa, las ventanas tenían una loneta verde que se bajaba, se enganchaba con una tirita de cuero en un clavito si tenía el clavito, y sino nos mojabamos. Y cuando el coletivo llegaba al tope, aveces no podía subir más por el barro, entonces todos los pasajeros bajábamos y ayudábamos a empujar. Aunque éramos chicos y no teníamos mucha fuerza igual ayudábamos, el problema estaba en que nuestro guardapolvo blanco con la tierra colorada quedaba un desastre» dijo entre risas y acotó «son historias lindas que quedan por siempre. Yo he vivido mi infancia y juventud en Eldorado, estuve muchos añoscomo bombero voluntario, fueron hermosos tiempos, trabajé también en la central telefónica acá en Eldorado. Y al principio cuando me fui a Dinamarca era duro, pero ahora con la tecnología estamos muy conectados con Eldorado».

Capital del Trabajo

Para finalizar los nietos de Carlos Emilio Engwald manifestaron que «Eldorado tiene el nombre de la Capital del Trabajo, porque los pioneros hicieron un esfuerzo tremendo para trabajar la tierra y levantar esta ciudad, por eso nuestro mensaje en este centenario es que Eldorado no pierdan el carácter de ser la Capital del Trabajo, con trabajo y esfuerzo conseguimos el progreso».

Y concluyeron «deseamos y anhelamos que Eldorado siga creciendo no solo en población sino en calidad de vida, en un desarrollo urbano hermoso, funcional, con calles y veredas buenas, y eso se consigue con trabajo y esfuerzo, queremos que Eldorado siga siendo de verdad la Capital del Trabajo».

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