El objeto estaba perdido entre los almohadones del mueble. Ahora, la afortunada piensa cómo gastará los US$ 250 mil que consiguió sin esperarlos.
Paul Altieri tiene una vasta experiencia en colección de relojes. Considerado un experto en Rolex, cuanta entre sus trabajos haber fundado y ser CEO de la compañía especializada Bob’s watches. Por su trayectoria y experiencia, podría pensarse que ya lo vio todo. Pero no fue así. O al menos de esa manera lo refleja en su última nota en el sitio Robb Report.
En un texto detallado, Altieri narra lo que considera “una de las historias más locas con las que se cruzó“. Sucede que su relato cuenta un episodio sorprendente e inusual; un hecho que llegó a sus oídos sin esperarlo y en el que tuvo participación.
Cuenta el coleccionista que algunos meses atrás recibió el llamado de una mujer desde Canadá. La consulta refería a que ella tenía un reloj en su poder y deseaba venderlo. Hasta aquí, nada raro, pero todo cambió cuando la posible clienta le contó cómo había encontrado el aparato.
Según retoma Altieri, la mujer estaba sentada en un sillón cuando accidentalmente se le cayó el teléfono de entre las manos. Inmediatamente, metió sus brazos entre los almohadones para recuperarlo. Lejos de lograr su cometido, dio con otro artefacto: el reloj. “Tras una inspección cercana”, cuenta el especialista, “vio que se trataba de un Rolex”.
La mujer descartó que el reloj perteneciera a su padre, un hombre de 92 años. Segura que no pertenecía a él, averiguó de qué se trataba el objeto que tenía en su poder. Era, nada más y nada menos que un legendario reloj Rolex Daytona 6241 Paul Newman.
Altieri cuenta que esta versión en especial es destacada por entre las demás. Tal es así que el propio Rolex Daytona que perteneció Paul Newman se vendió en una subasta por US$ 15,5 millones. Pero, antes de esa histórica venta de 2017, estos relojes ya cotizaban alto. Fueron creados entre las décadas del 60 y el 80, y fue el famoso actor quien los hizo populares al usar uno de ellos.
Para agregarle más condimentos a esta historia de suerte, la mujer quiso saber si el reloj perteneció a los antiguos dueños del sofá. Por esto, llamó a la empresa en la que lo había comprado e hizo la consulta pertinente. Sin decir lo que había encontrado, pidió datos pero había pasado mucho tiempo desde la transacción y no guardaban información sobre el o la vendedora.
Segura de que nadie reclamaría el valioso objeto que encontró en su sofá, la mujer se puso en contacto con Altieri y le pidió un encuentro. Al no poder viajar al Sur de California, donde se encuentran las oficinas del especialista, ni confiar en enviarlo por correo, un empleado de Bob’s Watches viajó a Canadá.
Certificado por el enviado, el reloj era un Rolex Daytona 6241 Paul Newman. El valor, según detalla el autor de la nota, ronda los US$ 250 mil. Al mismo tiempo, significa un cambio radical en la vida de la mujer canadiense. Un cuarto de millón de dólares, de un día para otro, dentro de su bolsillo.
Cierra el coleccionista su nota con un particular comentario. Intrigado por el destino que le daría al dinero la dueña del Rolex, le preguntó que tenía pensado hacer. La mujer le contestó: “comprar una casa y operarme los pechos”.
Fuente: Radio Mitre
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