Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «La depresión V»

La palabra gozo aparece muchas veces en la Biblia. Los salmos están llenos de referencias al gozo (Salmos 30:4-5 y Salmos 100:1-2). De la misma manera, en el Nuevo Testamento leemos que el gozo es un fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22), lo que significa que es una virtud cristiana. Al ver este énfasis bíblico, debemos entender lo que es el gozo y practicarlo.

Isaías 61:1-3.

A menudo confundimos el gozo con la felicidad. En las bienaventuranzas (Mateo 5:3-11), de acuerdo a la traducción tradicional, Jesús dijo: “Bienaventuradoslos pobres en espíritu… Bienaventuradoslos que lloran… Bienaventuradoslos humildes” (vv. 3-5, énfasis agregado), y así sucesivamente. Algunas veces, sin embargo, los traductores adoptan el lenguaje moderno y nos dicen que Jesús dijo felizen lugar de bienaventurado.Sin embargo, la palabra griega usada en las bienaventuranzas se traduce mejor como “bendecido”, pues comunica no solo la idea de felicidad, sino también la de una profunda paz, confort, estabilidad, y grande gozo. Así que debemos tener cuidado cuando leemos el texto del Nuevo Testamento, para no leerlo con los lentes del entendimiento popular de la felicidad, y así perder el concepto bíblico del gozo.

En el Nuevo Testamento se comunica la idea del gozo como un imperativo, una obligación. En base a la enseñanza bíblica, más bien concretamente es un deber cristiano, una obligación moral, el tener gozo. Por supuesto, hay veces en que nos llenamos de dolor y tristeza. Jesucristo mismo fue llamado “varón de dolores y experimentado en aflicción” (Isaías. 53:3). ¡Pero es que Él cargo eso para que nosotros no lo tuviéramos que cargar! Es posible que el llanto del creyente esté dirigido hacia un asunto en específico, pero al mismo tiempo, posee una capacidad y una medida sobrenatural de gozo.

 

¿CÓMO PODEMOS REGOCIJARNOS SIEMPRE?

Filipenses (4:4):“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. Este es un imperativo bíblico y no deja lugar para no regocijarse. Pablo dice que los cristianos deben regocijarse siempre, no a veces, periódicamente, u ocasionalmente. Pablo escribió esta epístola desde la prisión y en ella habla de cosas sombrías, como la posibilidad de ser martirizado y derramado como sacrificio. Y aun así le dice a los creyentes filipenses que deben regocijarse a pesar de las circunstancias en las que se encontraba.

La clave para el gozo cristiano está en la fuente, la cual es el Señor. Si Cristo está en mí y yo en Él, esa relación no es una experiencia de a veces. El cristiano siempre está en el Señor y el Señor siempre está en el cristiano, y ésa siempre es una razón para tener gozo. Aun cuando el cristiano no puede regocijarse en sus circunstancias, si pasa por dolor, lamento, o tristeza, aun puede regocijarse en Cristo. Nos regocijamos en el Señor y ya que nunca nos deja ni nos abandona, podemos regocijarnos siempre.

 

EL REINO DE DIOS ES GOZO

Romanos 14:17:“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.

La sociedad está llena de placeres que dejan insatisfecho el corazón. Todo es tan artificial que la vida se nos escapa y no descubrimos la felicidad que encierra el ser espiritual.

1 Corintios 15:19-20. La resurrección produjo en el corazón de la iglesia una explosión de indescriptible alegría: Dios ha cumplido Su Palabra, la muerte ha sido vencida y nuestro final no es la nada sino la plenitud del amor en el gran Viviente.

El Reino de Dios es eterno, y la alegría cristiana está basada en la noticia de la vida eterna que significa la fe en la Resurrección. Todo aquel que la posee no tiene temor, ni angustia, ni ansiedad, sino que experimenta, ya aquí, los gozos que da la confianza en Dios. Con la mirada puesta en la eternidad vemos cómo las cosas de este mundo pasan y terminan, sin embargo, Dios permanece. Así, viviendo en el mundo, nos alegramos ya en el Señor que ha vencido la muerte.

La alegría de la resurrección marca el estado del alma del cristiano. Por muchas que sean las pruebas de la vida cotidiana, la fuerza de la fe supera las dificultades. Incluso en los momentos más oscuros contamos con la luz resplandeciente que emana de la Resurrección.

 

LA ALEGRÍA ES LA PRESENCIA DE DIOS EN NOSOTROS

Gálatas 5:22-23.El gozo, más que una alegría pasajera por las “buenas” circunstancias del momento, es una felicidad profunda y permanente, que no depende de las circunstancias exteriores, sino de la fe y la comunión con Dios.

Ester 8:15-17. En estos pasajes vemos un ejemplo del efecto de este gozo. Dios dará siempre vuelta la situación sobre nuestros enemigos.

 

EL GOZO DEL SEÑOR ES NUESTRA FORTALEZA

Dios no sólo quiere que estemos en paz con Él, sino que además, quiere que experimentemos el gozo que el Espíritu Santo produce por su presencia en nosotros, como creyentes. Este gozo del Señor es nuestra verdadera fortaleza. El gozo verdadero, es la misma presencia del Espíritu Santo en nuestro espíritu y en el corazón del creyente.

2 Samuel 6:12-16.El gozo del Señor se debe de notar en nuestra vida. El cristiano, ante la presencia del Señor, no puede quedarse impávido, ni se debe dejar amedrentar por los demás que no entienden ese gozo, porque no conocen a Dios. El que es verdaderamente espiritual y temeroso de Dios, adora a Dios con todo su ser. Vemos el ejemplo del rey David, quien danzaba con toda su fuerza delante de Jehová. Los impíos y muchos de los que se dicen creyentes, menosprecian en su corazón a los que actúan como David. Gozarse en la presencia del Señor (en alabanza y adoración, en danza y con júbilo) es muchas veces un sacrificio porque es una afrenta a nuestra reputación personal, al que dirán, pero no nos ha de importar, pues lo haremos siempre para el Señor y exclusivamente para Él.

Dios quiere que estemos gozosos y fortalecidos en Él. Esto no ha de confundirse con la alegría del alma, siendo ésta una sensación o emoción pasajera y motivada por las circunstancias.

No se puede tener el verdadero gozo del Espíritu sin experimentar su fortaleza: Es nuestra fortaleza para resistir los ataques del enemigo, y resistir las tentaciones y no sucumbir ante los ataques de este mundo.

El gozo del Señor es la prueba de la presencia y llenura del Espíritu Santo en nuestras vidas, y es indispensable para vencer en nuestra cotidianeidad.

Dios te bendiga y tengas una semana de completa victoria!

 

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

 

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