La mujer, de 26 años, había recibido una pena de dos años y tres meses, aunque la justicia finalmente decidió liberarla.
Un hecho insólito conmovió al Reino Unido. Marina Tilby, de 26 años, siempre había tenido problemas con las sustancias y el alcohol. Sin embargo, desde hace unos años, se encontraba en recuperación. Vivía tranquilamente en una villa de Gales con su hijo, de cuatro semanas.
Pero una recaída que sufrió terminó en tragedia. Durante una fiesta en un pub, a la que acudió con su hermana, la mujer tomó más de lo debido y terminó emborrándose. Volvió a su casa pasadas las ocho de la noche. Su hermana la dejó en su habitación y se fue. Si bien, supuso que todo estaba bien, no era así.
La mujer dio vueltas por toda la habitación y tomó a su hijo para ver cómo estaba. Minutos más tarde, se acostaron en el sillón de la sala de estar y la joven cayó rendida sobre el pequeño.
Al otro día, cuando su hermana fue a la casa para ver cómo estaba, encontró a Tilby arriba del niño, cubierta de sangre. El bebé de tan solo un mes, había fallecido producto de un paro cardíaco, causado por la asfixia.
Tilby fue condenada a cumplir dos años y tres meses en prisión por crueldad infantil y negligencia deliberada. Sin embargo, luego de 16 meses en la cárcel, la justicia galesa finalmente decidió liberarla.
El juez de la causa, Justice Fraser dijo: “Este es, sin duda, un caso muy trágico”. No obstante, también admitió que la terrible muerte del niño había dejado un “impacto significativo” en la salud mental de Tilby y que había sufrido una “depresión profunda”.
En este sentido, el tribunal ordenó a Tilby que se sometiera a la supervisión del Servicio de Libertad Condicional durante un año.
Fuente: Radio Mitre
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