Tus jaulas y sus tamaños

 

La selva misionera con sus distintos verdes, en combinación con la tierra colorada, nos invita a sumergirnos por los caminos, identificar su fauna, convivir con sus aromas, sus leyendas, sus historias, si bien podrimos destacar los colores, aromas, hay algo en sus sonidos que la hacen única y especial. La selva está colmada por una inmensidad de verdes y sonidos particulares.

El canto de las aves anunciando el nuevo día, los sonidos envueltos en canción de acuerdo a cada una de las especies. La naturaleza respeta cada sonido, cada especie y no existe una por encima de la otra sino variedades haciendo de la complejidad de la selva un lugar maravilloso.

Muchas de ellas se encuentran en la libertad de sus vuelos sumergidas en los colores y otras las podemos ver en parques adecuados donde han sido protegidas de riesgos cotidianos.

Recorrer un parque rodeado de aves nativas puede convertirme en un camino reflexivo donde mas allá de la admiración, de la alegría de encontrarme con las aves, puedo reflexionar sobre distintos elementos que conforman los parques.

Un elemento principal son las numerosas jaulas, las cuales si bien pueden ser amplias, altas y decoradas con la misma naturaleza siguen siendo jaulas y hay dos cosas que podríamos destacar, como primera medida, esas aves siguen conservando su canto, su color, independientemente de que pertenecen a una jaula con su especie determinada. Lo segundo a tener en cuenta que aunque no las veamos, las jaulas están.

Y si realizáramos una mirada introspectiva cuantas veces vivimos en nuestras propias jaulas, sin salir a nuestra propia selva a nuestra propia esencia.

¿Qué tipo de barrotes tiene tu jaula? ¿Con quién la compartís? ¿Qué te llevo a estar ahí? Muchas veces nos sentimos amenazados e ingresamos para protegernos, otras somos rescatados de situaciones y somos acogidos en una jaula como protección hasta que nos recuperemos, pero resulta que en ese recuperarnos puede ocurrir que nos quedemos ahí en estado permanente, seguros, acogidos, acompañados.

La vida a través de creencias que representan tus propias limitaciones. Tu vuelo limitado por tus propias creencias. ¿Qué tipo de vuelos te gustaría tener? ¿Cómo te ves fuera de la jaula? ¿Te gustaría salir de ahí? ¿O elegís quedarte permanecer dentro?

Salir o quedarse son posibilidades y de acuerdo a donde quieras dirigirte vas a elegir hacia dónde abrir tus alas. ¿Cuáles son los resultados que te gustaría conseguir? ¿Qué acciones necesitas realizar para alcanzar ese resultado? No siempre cambiando tus acciones vas a alcanzar esos resultados deseados, será oportuno trabajar en esas creencias que te hacen quedarte en donde estas.

Cada persona tiene su proceso personal, su elección y sabe hacia dónde dirigirse y que tipo de vuelos realizar. Quedarse en lo conocido, en la jaula a la que pertenezco con lo aprendido hasta ese momento o realizar un salto y volar en libertad. Es una elección personal.

Si eliges quedarte, no pierdas tu canto, reconoce tu jaula y disfruta.

Ahora si tu posibilidad es abrir la jaula y emprender el vuelo. Toma la decisión y dirigirte hacia el horizonte que deseas alcanzar.

Prepara tu viaje, planifica tus metas, reconoce en que emoción estas antes de romper tus barrotes, porque cada uno de ellos se reconoce en una limitación propia que podes no elegirla para el camino y será necesario afrontar todo lo que deviene de tu elección.

Antes de salir reconoce que cosas te estas conversando, que tipo de conversación estas teniendo con vos mismo y como te relacionas con las otras aves.  Quizás no desees emprender el viaje en solitario y quieras que te acompañen, pero deberás aceptar que no todos están en la misma mirada por más que pertenezcan a la misma historia y a la misma jaula. Aceptar el camino y la mirada del otro te llevara aceptar tu propio vuelo y encontraras paz en tu corazón en vez de resistencia a los cambios. Si tu tomaste una elección encontraras personas en tu propio vuelo.

Antes de tomar decisiones escucha tu corazón, como se pone tu cuerpo, prepara tu emoción adecuada que te acompañe para realizar acciones sostenidas en el tiempo. Abre tus alas, realza tus colores, canta con el sonido de tu alma y sobrevuela tu propia jaula.

 

 

 

 

 

 

(*) Por M. Natalia Ferreira, Coach Ontológica Profesional  

Contacto: [email protected]

 

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