Buenos Aires: investigan estafas que en dos días robaron u$s600 mil con la modalidad del «cuento del tío»

La Justicia investiga una serie de hechos delictivos ocurridos en el barrio porteño de Recoleta. Las principales víctimas son adultos mayores. En sólo dos días le permitió a los delincuentes robarse u$s600 mil.

Una vez efectuado el retiro del dinero de alguna sucursal bancaria, los ladrones los desapoderan del mismo en la vía pública.Según publicó el portal Fiscales.gob.ar, en dos días los sospechosos se hicieron de un botín cercano a los 600 mil dólares, y sólo en el barrio porteño de Recoleta.

En los hechos investigados, las víctimas recibieron llamados telefónicos en los que una persona se hizo pasar por un familiar y les dijo que por la «situación del país» debían ir al banco a retirar todos sus ahorros para ponerlos a resguardo.

Además, los delincuentes les pedían información vinculada al trayecto que tenían que hacer luego de salir del banco con la plata.

De acuerdo al modus operandi detectado, la víctima, convencida de que habló con un pariente, concurre a la entidad bancaria, efectúa el retiro y emprende la vuelta a su domicilio, ocasión que es aprovechada por los delincuentes para despojarla de sus pertenencias y el dinero recién extraído.

El pasado fin de semana, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°41 a cargo de la fiscal Silvana Russi comenzó a investigar este tipo de hechos. En el año 2015, una modalidad similar fue investigada por el fiscal Carlos Velarde.

En ese momento, también eran personas mayores las que recibían llamados telefónicos y alguien que se hacía pasar por un familiar les brindaba un número telefónico al que tenían llamar mientras permanecían en línea.

Al intentar comunicarse sin éxito, el interlocutor les decía que tenían que cambiar el dinero disponible en la casa con la excusa de que pertenecían a una serie de dólares que iba a dejar de tener vigencia o billetes de cien pesos que saldrían de circulación.

Así es como los delincuentes le decían a las personas que tenían que darles esos billetes a un amigo que esperaba en la puerta de la casa para que los llevaran al banco y pudieran hacer el cambio.

De este modo, los ladrones lograban que sus víctimas se despojaran del dinero, sin darse cuenta de que se trataba de un engaño.

Fuente Ámbito

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