La Murga de la Estación, el teatro comunitario que nació sobre las vías del tren y que forma parte de la historia de Posadas

El Grupo de teatro “Murga de la Estación”, es un espacio creado por vecinos de Posadas con el objetivo de propiciar una propuesta cultural que apuesta a la construcción de lazos artísticos en nuestra localidad. Lo que pocos saben es el papel fundamental que cumple, rescatando las historias e hitos que lograron consolidar a nuestra ciudad en lo que es hoy en día.

 

Para viajar en el tiempo, más precisamente a sus inicios, Misiones Online entrevistó a Sara Motta, directora de la Murga “La Estación” y a Silvia Nuldeman quien forma parte del grupo desde su fundación.

 

En el año 1999, el grupo Kossa Nostra estuvo presente en uno de los espectáculos del grupo “Catalinas Sur” de Buenos Aires, quienes fueron los pioneros del teatro comunitario en nuestro país y tuvieron la idea de replicarlo aquí en Posadas.

 

El grupo comenzó a reunirse en lo que era la sala de espera de la vieja estación de trenes de la ciudad, de donde proviene su nombre. El primer gran evento que se llevó a cabo, fue la fiesta de San Juan ya que uno de los objetivos que tenían era recuperar la memoria e historia de los primeros pobladores y las fiestas populares de nuestra región.

Ex estación de trenes de Posadas (Foto: Archivo)

 

Misiones Tierra Prometida

La primera obra que se realizó llevo el nombre de “Misiones Tierra Prometida”, que contaba la historia de una pareja de inmigrantes que estaba a punto de casarse. El novio que ya estaba establecido en la tierra colorada fue a esperar a su prometida que llegaba de Polonia al Puerto de Posadas pero se  produce un desencuentro y a raíz de eso se desatan otros relatos. “Esa obra nos permitió contar muchas historias de Misiones, como las reducciones jesuíticas, los colonos de Oberá, las disputas de la Bajada Vieja”, enumeró Silvia.

 

También aseguró que el teatro permite que los relatos se entrecrucen y lograron narrar como se fue consolidando la provincia, cuáles y como eran los primeros pobladores de la zona. Si bien, Misiones Tierra Prometida no fue basada en la historia oficial, sus cuadros poseen las anécdotas y aventuras que vivieron las primeras familias que llegaron nuestro territorio.

 

120 personas formaron parte de esta gran gesta a lo que era el viejo galpón de la ex estación de trenes. En el estreno tuvieron que hacer doble función debido a que el público no entraba en la sala.

Misiones Tierra Prometida (Foto: Facebook)

 

“Teatro de vecinos para vecinos”

Así fue de a poco consolidándose La Murga que este año celebró sus 20 años, donde un grupo de vecinos que tienen en común la pasión por el teatro comunitario fueron forjando una espacio artístico de expresión y se convirtieron en una gran familia.

 

Toda la puesta en escena, vestuario, escenografía y demás son hechos por los integrantes, que colaboran entre todos para que cada espectáculo salga impecable y sea inolvidable para el público. “Hasta la reparación de un baño, lo resuelven compañeros que lo saben hacer y siempre funciono así”, explicó Silvia.

 

Las gradas que hoy funcionan en el galpón ubicado en Pedro Méndez 2260 fueron construidas 20 años atrás sobre los andenes de la estación, mientras que el “escenario” funcionaba sobre las vías del tren y una vez finalizado el espectáculo tenía que ser retirado porque el ferrocarril hacia su aparición en el lugar.

 

“Cada vez que nos presentábamos teníamos que montar y desmontar el espacio escénico, era un gran laburo, porque nosotros para presentarnos a las 9 de la noche teníamos que ir a armar todo a las 4 de la tarde”, recordó.

La Murga de la Estación cumplió 20 años.

 

El Herrero y La Muerte

Otro de los éxitos de la Murga fue la obra “El Herrero y La Muerte” que los llevó a presentarse en varios barrios de la ciudad y también a distintos puntos del interior, uno de los primeros destinos fue Oberá donde participaron de la Fiesta del Inmigrante.

A partir de esa presentación, vecinos de Oberá, se animaron también a hacer teatro comunitario y nace la “Murga del Monte” que el año que viene cumple 20 años.

 

El Parque Japonés

Y pasaban los años y el grupo iba creciendo, sumando nuevos integrantes, algunos iban y venían pero siempre con el entusiasmo de ir proyectando relatos en que el público local se sintiera reflejado.

 

Ubicado en el previo de los que hoy es el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez funcionaba una pista de baile llamada “El Parque Japonés”, lugar que fue por muchos años refugio de los jóvenes posadeños que salían a divertirse.

 

La Murga a través de la obra que llevaba el nombre de la pista de baile, contaba historias que  transcurrían en ese emblemático lugar, que contaba con cuatro pistas que estaban divididas por clases sociales: Puloy, Palmolive, saldos y retazos y la caté.

 

Así también recrearon la escena que tuvo lugar en el Parque Japonés donde por primera vez se les “enseño” a votar a las mujeres que accedieron a ese derecho en 1951. Además buscaron mostrar la lucha de los ciudadanos que buscaban ser reconocidos como una provincia.

 

“Con la excusa del baile en esa pista se busca contar hitos importantes de la ciudad y el mundo”, afirmó Silvia.

 

Un lugar para el teatro comunitario

En 2004, después de varios años de estar en el galpón de la vieja estación, La Murga tuvo que dejar su lugar de origen ya que volvieron a poner en funcionamiento el tren y comenzaron las obras de lo que hoy es la Costanera de Posadas.

 

“Buscamos un lugar y encontramos un galpón abandonado que era un depósito de madera, ubicado en Lavalle y Gobernador Barreyro, insistimos y el dueño accedió a alquilarnos. Tuvimos que hacer los baños y recuperamos el lugar para que pueda funcionar como sala”, comentó.

 

Por más que lograron establecerse unos años y hacer los arreglos del galpón, el dueño les subió el alquiler y como el costo era muy elevado, decidieron retomar la búsqueda de nuevo espacio, y fue así como en 2008 llegan al galpón que funciona actualmente en Pedro Méndez 2260.

Integrantes de La Murga, poniendo en condiciones su actual galpon ubicado sobre la calle Pedro Méndez 

 

“Todo era grasa y paloma”, recuerdan divertidas Silvia y Sara cuando cuentan el trabajo que les llevó poner en condiciones el lugar en el que se encuentran hoy en día y en el que antes funcionaba una refinadora de motores.

 

Hoy en día La Murga se sustenta con “la gorra”, el dinero que juntan en cada espectáculo con un subsidio del Instituto Nacional del Teatro. Aun así sueñan con tener un espacio propio, en donde puedan seguir transmitiendo toda la magia del teatro.

 

 

 

 

CM

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