El origen de la tormenta de Santa Rosa: una historia de piratas y milagros

 

¿Cómo nació la leyenda que explica la llegada de lluvias a fines del mes de agosto?

 

Termina el octavo mes del año y comienzan a circular los comentarios que refieren a la llegada de la tormenta de Santa Rosa. Sin importar cuántas veces se corrobore este pronóstico pagano, la predicción se repite y pasa de generación en generación.

 

A pesar de que es común encontrar estos comentarios en el Río de la Plata, la leyenda no nació por estos lares.

 

Para saber dónde se inició, es necesario viajar en el tiempo y en el espacio. Más precisamente, se debe volver al año 1561, frente a las costas peruanas de El Callao.

 

Ese año, en ese lugar, se dio un particular milagro que impidió que fuera saqueado el Virreinato del Perú.

 

Según una de sus versiones, la leyenda cruza la vida de Isabel Flores de Oliva, quien pasaría a la historia como Santa Rosa de Lima, con la del corsario holandés Joris van Spilbergen.

 

El pirata, que profesaba el calvinismo, viajaba al mando de un grupo de navíos con destino a tierras del Virreinato cuando los rumores de su cercanía a las costas comenzó a circular en tierra. Inmediatamente, los habitantes de Lima se prepararon para recibirlo y evitar el saqueo de la ciudad.

 

Entre los habitantes que se aprestaron a la defensa se contaba Santa Rosa. La joven, que en ese tiempo tenía 29 años, reunió a las mujeres de la ciudad y las convocó a reunirse en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario para orar por la salvación de Lima.

 

Cuando Spilbergen llegó a puerto de El Callao, las mujeres comenzaron sus rezos. Santa Rosa, por su parte, subió al altar, cortó sus vestidos, y le suplicó a la Virgen del Rosario que protegiera la tierra del Virreinato.

 

Al tiempo que los barcos corsarios se acercaban a la costa y los rezos se multiplicaban en la Iglesia, una poderosa tormenta comenzó a formarse sobre la ciudad.

 

 

 

Muchos vecinos decidieron escapar previendo que la victoria sería de los corsarios. Pero justo a último momento, los fuertes vientos golpearon los barcos de Spilbergen y evitaron que el pirata pudiera alcanzar la costa.

 

En Lima, todos atribuyeron el milagro a Santa Rosa y su logro comenzó a esparcirse entre los comentarios de los católicos.

 

Tal fue el alcance de los rumores que el particular suceso de El Callao terminó siendo uno de los milagros que avalaron la canonización de Santa Rosa en 1671 por parte de Clemente X.

 

Además, le habría valido a la Santa ser representada con un ancla en las imágenes que la conmemoran.

 

En cuanto a Joris van Spilbergen, circunnavegó la tierra y regresó a los Países Bajos en 1617. Tres años más tarde, murió en la pobreza.

 

 

La Leyenda en los comentarios populares de Argentina y Uruguay

Aunque el relato no es más que una leyenda, en las ciudades cercanas al Río de la Plata se convirtió en la escusa para hablar de tormentas en las fechas inmediatas al 30 de agosto, día en que se celebra a Santa Rosa.

 

De todas maneras, el clima no parece corroborar el relato. Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, desde 1906 hubo apenas nueve tormentas desatadas en Buenos Aires el día 30 de agosto. De hecho, la leyenda tampoco se cumple si se toman los 5 días que siguen, y que anteceden, a esa fecha.

 

Así todo, las lluvias en este momento del año pueden darse y esto se debe a una serie de vientos que llevan humedad del océano atlántico al Amazonas y que luego bajan al sur.

 

 

Fuente: Radio Mitre

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