Preocupación en España por una invasión de cotorras argentinas

Más de 15 mil aves transformaron en los últimos meses el tradicional paisaje urbano de Madrid. En Sevilla son más de 5 mil y van en aumento. Las autoridades españolas analizan cómo poner en marcha un plan para erradicarlas.

Desde colocar jaulas trampas hasta capacitar a francotiradores. Esas son algunas de las medidas que contemplan las autoridades de España para contener una plaga de cotorras argentinas. Se calcula que implicaría un desembolso de 162 mil euros solo en Sevilla, la ciudad más poblada de la región de Andalucía, ubicada a 534 km de Madrid.

Los españoles de un día para el otro se tuvieron que acostumbrar a las ruidosas cotorras argentinas y de Krámer. Hace algunos años estas aves comenzaron a reproducirse de forma exponencial, sin depredadores a la vista, con alimento abundante a disposición y sin tapujos para expandirse a cada vez más regiones.

La cotorra argentina es una especie de ave originaria de Sudamérica. Es un ejemplar muy común y abundante. Al ser un ave popular de jaula se expandió a todo el mundo, y así colonizó lugares tan alejados como los países europeos, entre ellos España, donde sus cifras de reproducción se dispararon de manera alarmante.

Más allá de sus llamativos colores, las complicaciones que generan estas aves invasoras son múltiples. La de Krámer ocupa agujeros, y si en el camino se encuentra con otras especies las picotea hasta matarlas, tal como sucede con los nóctulos o murciélagos gigantes y con los falco naumanni o cernícalo primilla, una especie de halcón pequeño. Esto ha generado una baja significativa en la cantidad de familias de aves autóctonas.

En Sevilla, las medidas se aplicarán a partir de septiembre: se colocarán jaulas trampa, y cajas nido para los cernícalos, nóctulos e insectívoras equipadas con un sistema «anti expulsión». A su vez se concientizará a los ciudadanos sobre el peligro de las especias invasoras y se potenciará la población de aves autóctonas.

El método que se eligió para contener la plaga prevé la «captura en vivo» de las cotorras, para evitar alterar el bienestar animal. ¿Cómo lo harán? Por ejemplo, a través de redes de captura. Una vez que cuentan con un gran número de cotorras, siguiendo un protocolo legal específico para la «disposición final de los animales» y con un veterinario presente, se las sacrifica.

Según un informe de la delegación territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Sevilla, estas aves pueden ser un vector de enfermedades; alterar la estructura de la vegetación; deteriorar aquellos troncos de árboles de gran porte que ocupan; causar molestias por ruidos y ser agresivas con otras especies de aves con quienes además compiten y cuyos huevos les sirven de alimento.

El programa integral contra las cotorras argentinas cuenta con cuatro pilares. La primera consiste en divulgar y concientizar a la ciudadanía en general y a los niños en las instituciones educativas. Cómo segundo aspecto, se colocarán 15 cajas jaulas en suelos, terrazas de edificios municipales y en árboles del Parque de María Luis, Sevilla. En paralelo colocarán también redes de captura y esterilizarán los huevos de las cotorras para que no puedan reproducirse a los niveles actuales.

Como tercera medida se instalarán al menos 30 cajas nidos específicas para el murciélago nóctulo mayor, y otras 15 para aves insectívoras que ven amenazada su existencia por la «plaga argentina». Por último, se creará un servicio externo de asesoramiento, que contará como mínimo con un catedrático por cada área (biología, ciencias ambientales y veterinarios con al menos diez años de experiencia con temas relacionados) para seguir de cerca la evolución de la plaga que causa estragos en España.

Otra de las alternativas estudiadas al principio, pero descartada finalmente, fue la utilización de francotiradores expertos previamente capacitados que, con carabinas de aire comprimido calibre 4,5 mm a 5,5 mm con trípode y mira telescópica matarían a las cotorras. Las áreas permitidas para efectuar los disparos contemplados eran parques y zonas arboladas que habrían sido acordonadas y cerradas temporalmente a los visitantes para llevar adelante el «operativo anti cotorras».

Fuente: Infobae/El País

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