Si el impacto por bajar la hora ya había llamado la atención en 2018, esta edición podría ser considerada como la Media Maratón más rápida de la historia en Buenos Aires: cuatro corredores llegaron por debajo de la hora, en la consagración del keniata Bedan Karoki, con una marca de 59 minutos y 7 segundos. El primer argentino en cruzar la meta fue Joaquín Arbe, de Esquel.
«Es una de las carreras más importantes de Sudamérica y fue clave mantener el ritmo, con parciales más rápidos, me arriesgué a salir con el pelotón de punta y se me dio», señaló Arbe, de 29 años, que llegó con un tiempo de una hora y 12 minutos y quedó octavo en la clasificación general.
El año pasado, la carrera estuvo en manos del etíope Mosinet Geremew, con 59m48s, y segundo había quedado Karoki, con 59m50s. Un podio que se había convertido en récord, y con las mujeres bajando la hora y 9 minutos. Pero esta vez pulverizaron las marcas en ambos sexos: Karoki hizo lo suyo entre los hombres y la etíope Abadel Brihane, con 1h7m48s, se encargó de dejar la nueva marca femenina.
(LaNación)