¿Sabías que en las Cataratas del Iguazú hay un “pájaro-murciélago”?

Los vencejos de cascada, que hace varias décadas se convirtieron en una de las imágenes del Parque Nacional Iguazú (PN Iguazú) junto con las Cataratas, son de las aves más espectaculares del planeta. Los guaraníes, que bautizaron a la selva de manera bien descriptiva, los llamaron guyra-mbopí, es decir, el ave o pájaro murciélago.

A través de una alianza con Aves Argentinas, la centenaria organización ambientalista que impulsa su Programa Bosque Atlántico, estaremos compartiendo semanalmente secretos sobre la biodiversidad de las especies en nuestra Maravilla Natural. Exclusivo de Misiones On Line.

Hoy te contamos de los vencejos de cascada. Si bien son aves diurnas, a diferencia de los murciélagos o quirópteros, que son mamíferos y nocturnos, su vuelo un tanto quebrado como haciendo zigzag en el aire en busca de insectos (muchas especies de murciélagos también son insectívoras) sea probablemente el motivo de su nombre guaraní. También, como vemos en una de las fotos, cuando están posados de lejos parecieran un grupo de murciélagos descansando.

Son aves relativamente grandes, llegando a 18 centímetros y de color pardo con la cara gris. Sus ojos son bien grandes y tienen las alas que terminan en una punta bien aguda, como si fueran pequeñas guadañas y que facilitan sus vuelos frenéticos.

Cuando se visitan los saltos, se podrán observar sus bandadas enormes volando en procura de insectos, que se refugian detrás de los saltos. Por la mañana se dispersan en sus vuelos que parecen erráticos, pero siempre regresan al atardecer, sobrevolando los saltos como si fueran enjambres que, antes de la última luz, caen en picada como una lluvia de astillas para refugiarse tras la cortina de los saltos. Allí se guarecen, aferrados a los saltos con sus fuertes uñas que tienen una disposición especial y también apoyando su cola que tiene las puntas de las plumas bien duras.

En las repisas húmedas que forman las barrancas donde se posa, construye su sencillo nido que parece una pequeña taza armada de barro, musgos y piedras pequeñas Allí ponen sus dos huevos blancos. Si bien es un refugio de lo más seguro, alguna vez se han visto lagartijas entrando en las grietas de las barrancas para aprovechar sus huevos y/o pichones. Los halcones peregrinos, frecuentes en las Cataratas, también atraviesan las bandadas de vencejos en su imparable vuelo para capturarlos con una velocidad increíble.

Es un residente anual del Parque Nacional Iguazú, es decir que todos los días del año duerme en las cascadas. Es la colonia de reproducción de vencejos de cascada más grande del mundo: censos de años atrás indicaban más de 5.000 individuos.

Sería fantástico actualizar la información sobre sus poblaciones e incluso promover estudios con transmisores que nos permitan conocer dónde se dispersan durante el día.

En el siglo XX se extinguió otra de las colonias de la región, la que vivía en el Salto Sete Quedas, hoy tapado por la represa de Itaipú. Asimismo, sabemos de pequeños grupos en el Salto Yasy y avistajes de individuos aislados en uno de los ríos próximos a la Reserva Natural Estricta San Antonio.

 

 

Por Andrés Bosso , con la colaboración de Laura Dodyk

Fotos:  Alec Earnshaw

 

 

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