Día de San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo al que acuden cada año los argentinos

 

Todos los 7 de agosto, devotos presentan su acción de gracias al santo católico.

 

Cada 7 de agosto cientos de fieles se acercan a honrar a San Cayetano y a presentarle su acción de gracias y sus ruegos para que el Patrono del pan y el trabajo interceda por los necesitados. Pero, ¿quién era y porque este día se honra a este patrono?

 

Cayetano nació en Vicenza (Venecia) en el año 1480 en el seno de una familia noble. Estudió Teología y Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Padua y luego se trasladó a Roma donde fue nombrado secretario privado del Papa Julio II, quien muere en 1513. A partir de este hecho Cayetano decide abandonar el cargo y estudiar durante 3 años para ser sacerdote.

 

Debido al momento histórico que el pueblo cristiano estaba atravesando, caracterizado por la corrupción en el seno de la Iglesia y la posterior aparición del protestantismo y la Reforma de Lutero, Cayetano se dirige a Roma y funda una orden de clérigos regulares llamada Congregación de los Teatinos que tenía como finalidad principal la renovación del clero, la predicación del Evangelio de Jesucristo, el cuidado de los enfermos y la promoción de la vida sacramental frecuente.

 

Luego de mucho esfuerzo y trabajo, Cayetano cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, a lo que él responde: «Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues, morir también sobre un madero».

 

Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547. Fue canonizado en 1671 después que la comisión encargada terminara de examinar rigurosamente los numerosos milagros.

 

La historia de Cayetano cuenta que debido a su afán de dar siempre comida a los pobres llegó el momento en que en su casa no había quedado para comer. Entendiendo la necesidad de su madre, se dirigió al altar en la puerta del Sagrario donde estaban las hostias y dijo: «Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer». Al rato llegaron unas mulas con gran cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.

 

Fueron la dedicación al servicio, su bondad y el amor de sus seguidores los hechos más relevantes que lo convirtieron en beato para honrar su vida.

 

Ya consagrado santo, Cayetano siguió haciendo milagros: cuentan que en épocas de sequía, un campesino le pidió que interceda por la falta de agua y, a modo de agradecimiento, le dejó una espiga de trigo a los pies de su imagen. Tres días después, llovió tanto que la ciudad se inundó.

 

Cuatro décadas después, en plena crisis económica de 1930, un sacerdote se comunicó con algunos fieles para aconsejarles que rezaran al Santo de la Providencia para cambiar su suerte. Los que lo hicieron mejoraron su situación.

 

La fe por el santo de los humildes fue trasmitida de boca en boca y el noble, que en rechazo a la relación entre la corrupción y el poder vivió con total austeridad y ayudando a los más necesitados, se convirtió en el más amado.

 

Fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X. Desde entonces, la Iglesia Católica lo reconoce como San Cayetano, el santo de la Providencia, Patrono del pan y del trabajo.

 

 

Fuente: Infobae

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