La macabra saña que envolvió hace 16 años el asesinato del abogado Guillermo Valdez

La noche del 19 de junio de 2003, fue fatal para el abogado Guillermo José Valdez cuando fue citado a la oficina de su ex esposa la escribana Adriana García, ubicada en pleno centro de Posadas, para terminar con el trámite de reparto de bienes y fijar la cuota alimentaria de los tres hijos, antes de iniciar el divorcio.

Esa cita fue una trampa armada por su la mujer y su joven novio, más un empleado de este último para asesinarlo. Una vez que la víctima ingresó al lugar, luego de una breve charla con Adriana García, fue atacado por Bertoldo Neuman y Jorge Alberto Ramírez, con un cuchillo con el que le produjeron varias heridas para luego rematarlo con cinco balazos de una pistola calibre 11.25 con silenciador, propiedad de Neuman.

Posteriormente trasladaron arrastrando el cadáver de Valdez, un hombre corpulento de más de cien kilos, al baño del lugar donde, en una muestra inexplicable de odio y saña le arrancaron la piel del rostro y, de acuerdo a las investigaciones policiales, arrojaron al inodoro para que se perdiera en la inescrutable red cloacal, donde los investigadores posteriormente hallaron restos.

Finalizada la macabra tarea de despellejar a la víctima, subieron el cuerpo a su propia camioneta Nissan y lo arrojaron a un costado de la avenida Cabo de Hornos de la capital provincial donde fue hallado la mañana del 20 de junio por unos transeúntes que avisaron a la policía. Los asesinos abandonaron la Nissan en proximidades del Hospital Madariaga.

Cuando avanzó la investigación, la esposa de la víctima Adriana García, una conocida escribana posadeña y su supuesto amante Bertoldo Neuman se convirtieron en los principales sospechosos que, al profundizarse la pesquisa las evidencias halladas no dejaron dudas de que fueron, con la complicidad del empleado de Neuman, los autores del horrible crimen.

Por la contundencia de las pruebas reunidas por los policías los tres fueron condenados a prisión perpetua. En el juicio se presentaron pruebas testimoniales pero también los incriminaron las pericias de rastros y el hallazgo de pertenencias de la víctima.

Según reveló la autopsia, Valdez recibió cinco balazos calibre 11.25 y trece heridas de arma blanca en el interior de la oficina de su ex mujer. Los asesinos no se conformaron con matarlo, luego del primer ataque a puñaladas y rematarlo a tiros arrastraron el cuerpo hasta el baño del estudio donde le arrancaron la piel del rostro y cuero cabelludo finalizaron su tarea para luego abandonar el cuerpo en una avenida, lejos del centro donde perpetraron el asesinato.

 

Si bien cuando allanaron la escribanía no se encontró nada anormal, cuando los peritos avanzaron con la búsqueda de elementos que dieran alguna pista, al aplicar el luminol (sustancia que detecta donde hubo sangre) encontraron huellas de sangre en el piso y paredes por donde habrían arrastrado en cuerpo hasta el baño donde había rastros de mucha sangre en las paredes y los artefactos sanitarios.

Esta acción de haber limpiado minuciosamente la escena del crimen antes que volvieran los empleados de la escribanía es otro de los elementos que llamó la atención de los investigadores, dado que se realizó un trabajo minucioso que los desorientó en un primer momento.

Para los jueces Martín Errecaborde, Juan Enrique Calvo y Roque Martín González, la escribana Adriana María Inés García (48); su novio, Bertoldo Roberto Neumann Rojas (26) y Jorge Alberto Ramírez (28) actuaron con «premeditación, alevosía y ensañamiento».

Esta fue la segunda condena a perpetua que recibió Bertoldo Neumann, ya había recibido una condena anterior por el homicidio del sereno del Instituto de Previsión Social de Misiones, de donde el 28 de febrero de 2003 robó seis computadoras y un equipo de fax junto a un cómplice.

Por esta condena y antes del segundo juicio Neuman, estaba alojado en un sector de máxima seguridad en el Penal de Eldorado, donde en marzo de 2005 intentó quitarse la vida colgándose del techo con una sábana, pero fue auxiliado oportunamente por un guardia que lo rescató de ésa situación. Luego de unas horas en el Hospital SAMIC de Eldorado donde los médicos dijeron que solo tenía marcas leves en el cuello, fue trasladado nuevamente al penal donde paso la noche en la enfermería.

Aunque en el juicio se ventilaron muchos detalles de la vida de la pareja de la víctima con su esposa Adriana García quedaron muchas dudas sobre cuál fue el verdadero móvil del crimen y la saña puesta en el posterior despellejamiento del rostro antes de deshacerse del cadáver a bordo de su propia camioneta.

En la actualidad, a 16 años del aberrante hecho, vuelve a salir a la superficie porque Adriana García ya goza de salidas transitorias y Neuman, a través de su abogado está solicitando lo mismo, a pesar de contar en su haber con dos condenas a prisión perpetua por sendos asesinatos.

EP/E.J.

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