Habló la joven argentina que se accidentó en Cancún: “El único plan que tengo en mente es reencaminar la vida que tenía antes”

Luego de ser operada en México, Celeste Cevasco manifestó cómo se encuentra actualmente y contó cómo fue el episodio que le produjo la fractura de cadera.

 

Celeste Cevasco, la joven porteña que se cayó de un primer piso en su departamento cerca de Cancún, México, fue operada el último miércoles y estaría regresando a Buenos Aires el jueves 8 de agosto. Mientras se recupera de la fractura de cadera y húmero que sufrió, además de heridas en la cabeza y el rostro, habló por primera vez sobre el accidente.

 

“Desde que dejé el hospital y me mudé a un departamento en Cancún, las cosas parecen ir acomodándose. De a poco voy notando la mejoría y al menos el dolor se redujo. Tomaba dos pastillas y ahora sólo una… Esto será muy paulatino, yo soy la que tiene que cambiar, la que tiene que armarse de paciencia y entender que hoy me toca estar haciendo reposo en la cama”, le contó Celeste a Clarín.

 

La cirugía, provisoria, consistió en la colocación de un clavo para estabilizar la cadera con el objetivo de que pueda viajar a la Argentina y sea operada aquí para reconstruir pelvis y cadera.

 

Sobre lo que será su futuro, la licenciada en turismo y hotelería aseguró: “El único plan que tengo en mente es ponerme lo mejor posible para reencaminar la vida que tenía antes”. Así, la idea que tenía de viajar a Australia quedará para más adelante.

 

Cevasco está siendo asistida a diario por una enfermera, traumatólogo y kinesiólogo en el departamento de dos ambientes que alquila en Cancún, donde la acompañan su mamá Liliana y su hermano Facundo. Respecto a cómo se toma lo que le sucedió, expresó: “Buena onda y la mejor energía, no me queda otra, esto es lo que quiso el destino para mí, ya no puedo contradecirlo. Nada peor para mí y para los que me rodean que ponerme escéptica y negativa en estos momentos”.

 

Qué ocurrió la noche del 13 de julio

“Íbamos a salir con mi amiga Florencia (Losada), con quien vivo en Holbox, y esa noche cuando estaba por salir cerca de las once, se corta la luz en todo el barrio. Como se nos estaba haciendo tarde, yo me fui antes que Flor para encontrarme en la Hot Corner (punto de encuentro de la isla) con otra amiga argentina de la facultad que me estaba esperando, y en el apuro olvidé de agarrar las llaves”, comienza relatando Cevasco.

 

Y continúa contando sobre el accidente: “Me encontré con mi amiga, todo estuvo bárbaro, y cerca de las 2 de la mañana le dije que, como al día siguiente tenía que trabajar temprano (como camarera en una playa), me volvía a mi casa. Cuando llego, advierto que no tenía las llaves y el corte de luz continuaba”.

 

Por su pasado deportivo, la joven se tenía confianza para treparse y poder acceder al departamento. “Tenía fascinación por colgarme aquí, allá, donde sea. Entonces en vez de buscar a mi amiga Flor, decidí treparme a la terraza y bajar al primer piso donde vivo. Cuando visualicé el lugarcito, como un pedal, donde tenía que poner el pie, noté que le pifié porque casi no lo veía. Yo estaba colgada de mis brazos, y tengo el recuerdo claro de que estaba perdiendo la fuerza y me iba a soltar. ‘Ups, me caigo’, me dije”.

 

Qué sucedió tras la caída

Celeste nunca perdió la conciencia y recuerda el golpazo contra el cemento, pero también apareció en su mente una profesora de gimnasia de su club porteño, que alguna vez le aconsejó: Si se caen, esperen unos segundos para intentar levantarse. “Esperé casi un minuto y me di cuenta que no podía levantarme. Me vi lastimada y un dolor muy fuerte sentí a la altura de la cadera y el sacro”, le dijo a Clarín.

 

Inmediatamente después del ruido que provocó su caída desde unos tres metros, se acercaron unos vecinos preocupados. “Estoy bien, no se preocupen. Yo estaba inmóvil, pero hablaba con normalidad. Y justo una argentina, de nombre Paz, que andaba por ahí se comunicó con Flor, que llamó a la ambulancia y ahí empezó el calvario”, agregó.

 

Allí, la llevaron a una salita de primeros auxilios de la isla de Holbox, muy precaria, donde ni siquiera había gasas, hasta que un amigo la pudo trasladar a Cancún, a unas dos horas de distancia en auto y ferry. Luego, la trasladaron al Hospital Quirúrgica del Sur, donde se pudo comprobar a través de una tomografía que la chica sufría fracturas de cadera, pelvis, sacro y húmero.

 

 

Fuente: Radio Mitre

 

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