Julián Coutada trabajó con efectos visuales en la industria audiovisual internacional y hoy vuelve a emprender en el territorio misionero

Julián Coutada es un joven de 33 años, criado en Posadas y formado académicamente en Buenos Aires. Fue participe de producciones audiovisuales nacionales e internacionales, como ser la película “El Hobbit” en Nueva Zelanda,  y hace un tiempo regresó a Misiones para emprender con los efectos visuales, una labor que le apasiona realizar.

 

Hoy en día trabaja con efectos visuales, se mudó de Posadas a Buenos Aires a los 17 años y allí comenzó a estudiar diseño de imagen y sonido en la UBA: “A mediados de cursada me di cuenta de que no me gustaba la carrera, estaba muy orientada a la realización audiovisual, y yo buscaba algo más visual, gráfico, que tenga que ver con los efectos”, expuso Julián en una entrevista a Misiones OnLine. Es por ello que al tiempo se mudó de institución académica y culminó sus estudios, en 2013, en la Universidad de Palermo. Allí se dictaba la misma carrera, pero más orientada a la postproducción.

 

Fue el 2010 un año clave en su destino profesional. En una charla realizada por el equipo productor de la película “El secreto de sus ojos” explicaron cómo se realizó una de las escenas de la película: «cuando vi esta toma en el cine me impactó, y no tenía ni la menor idea de cómo había sido hecha”. La escena fue explicada paso a paso y ese fue el puntapié inicial que llevó a que el joven tome la decisión de especializarse en la disciplina de los efectos visuales.

 

Fue así que Coutada comenzó a especializarse en la disciplina que lo enamoró. Trabajó en Buenos Aires, mayormente en campañas publicitarias y para postproducciones de empresas como “UFA ! post” y “Malito mause”. Fueron experiencias relativamente cortas pero en las cuales -especialmente en la última-  aprendió lo básico e indispensable de su actual trabajo.

 

Fue después de estas experiencias mencionadas, y por razones de índole personal, que consigue en el año 2014 una Visa y viaja a Nueva Zelanda. Allí decide comenzar a estudiar inglés –ya que el que administraba era muy básico- y a buscar trabajo.

 

En ese momento logra ingresar a una productora pequeña y trabaja allí durante un mes y medio, mientras duró el proyecto. Después de un tiempo consigue ingresar a trabajar en la empresa “Park Road Post”, que en ese momento estaba realizando la postproducción de  la película“El Hobbit”, la historia que precedió a la trilogía de “El Señor de los Anillos”.

 

Primero es contratado por dos semanas, y luego el contrato se extendió a dos meses: “Fue una experiencia increíble, la más linda que tuve en mi profesión. Fue el año más difícil pero gratificante que tuve en mi vida”, afirmó.

 

Vivió en Nueva Zelanda durante 9 meses y regreso a Buenos Aires. Después de pasar por esas experiencias y de vivir de manera “saturada” en la Capital argentina, es que este año  decidió regresar a la tierra colorada, con el objetivo de emprender, mejorar su calidad de vida y expandir la industria de los efectos visuales, que cada vez son más utilizados en las producciones audiovisuales. Es así que se lanzó como emprendedor, hoy trabaja de manera independiente, desde una computadora, en el lugar y horario en el que le sea más conveniente y cómodo.

 

“Cuando llegué a Misiones me encontré con un escenario que me sorprendió. Me encontré con el Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAVIM) y el Registro Provincial Audiovisual REPA; institutos que no conocía y que surgieron aparentemente hace poco, con gente que está teniendo iniciativa para que en la Provincia se incentive la producción audiovisual. Ese escenario no existía cuando me fui y me sorprendió gratamente”, comentó Julián.

 

En Misiones hay gente con muchas ganas y el terreno es muy fértil, expresó, por lo que confía en el crecimiento futuro del sector, ya que se encuentra encaminado: “hay gente con muchas ganas y pueden salir cosas muy buenas”.

 

Su desafío hoy está en generar una cartera de clientes que confié en él, para cuidarla y hacerla crecer. “El cambio que hice me gusto, puedo manejar mis horarios. Me dio una libertad de tiempo que me encanta y, por más de que hayan meses económicamente flojos, lo que gane en calidad de vida y tiempo es muy positivo”.

 

«Quiero agradecer especialmente a mis padres Guido y Rosa ya que sin su ayuda y apoyo incondicional no solo no hubiera podido llegar a Nueva Zelanda, sino que difícilmente haya logrado mucho de lo que logré en mi vida. Agradezco a mis padres y a mi madrina Flora por haberme transmitido los valores más importantes para la vida a través de su ejemplo, hoy soy quien soy gracias a ellos.»

 

FS

 

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