El caso Carrasco: el asesinato que derivó en el fin del Servicio Militar Obligatorio en Argentina

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich junto a varios funcionarios del Gobierno de Mauricio Macri anunció hoy la puesta en vigencia del “Servicio Cívico Voluntario” a cargo de Gendarmería, para jóvenes de 16 a 20 años.  Indudablemente la noticia recordó a los argentinos lo que en otros tiempos se conoció como el Servicio Militar Obligatorio y lo que  ocurrió para que en 1994, el entonces presidente de los argentinos, Carlos Memen, lo aboliera.

 

Omar Carrasco (21)  recibió una golpiza al ingresar al Servicio Militar Obligatorio, en una especie de ritual de iniciación cruento que denominaban “baile”, luego de agonizar y por negligencia de los médicos militares, murió. Su violento asesinato fue encubierto y varios militares fueron condenados.

 

Omar Carrasco tenía 21 años cuando falleció en marzo de 1994 mientras prestaba su Servicio Militar Obligatorio en Zapala, Neuquén. Su asesinato fue encubierto por el aparato militar de aquel entonces y tras haber agitado la opinión pública en torno a la “Colimba”, llevó a que el presidente Menem, ese mismo año, le pusiera fin.

 

Carrasco no fue el único que murió en un cuartel.

 

Tras salir sorteado para realizar el servicio militar obligatorio, Carrasco se incorporó el 3 de marzo de 1994 al Grupo de Artillería 161 del Ejército Argentino, en la localidad de Zapala. Era oriundo de Cutral-co.

 

Tres días después de su incorporación fue reportado como desaparecido, y considerado desertor. Poco después sus padres lo fueron a visitar en su primer franco interno y se les comunicó del hecho de la supuesta desaparición.

 

Lugar en el que Carrasco fue asesinado.

 

Sus padres desconfiaron de la versión oficial pues conocían el carácter de Omar, quien sería relativamente sumiso: jamás haría eso. Ninguna instancia militar les dio respuestas. Los padres lo buscaban con desesperación. La justicia Federal de Zapala demoraba imprudentemente la investigación. La opinión pública comenzó a movilizarse y ejercer presión. Un mes después fue encontrado el cuerpo sin vida de Omar, en el fondo del cuartel.

 

Una semana después de la aparición del cadáver, en los círculos políticos ya se hablaba de la derogación del Servicio Militar Obligatorio y tiempo después fue suspendido, mediante un decreto firmado por el entonces Presidente de la Nación Argentina, Carlos Saúl Menem el 31 de agosto de 1994 y la implementación de un sistema de voluntariado rentado.

 

El Juicio

 

La entomóloga forense, investigadora del CONICET y doctora en Ciencias Biológicas, Adriana Oliva, participó en la segunda autopsia. Sus aportes permitieron establecer que el cuerpo del joven, que fue hallado en medio del campo, en realidad había estado escondido en el cuartel más de 20 días y luego fue trasladado, justo antes de reportar su aparición. Esta información fue fundamental en el esclarecimiento del hecho.

 

Ignacio Canevaro fue uno de los tres condenados por el crimen.

 

La Justicia Federal no investigó y con ello permitió que el Ejército se adueñara de su investigación. En esa investigación clandestina, fueron señalados sin pruebas los responsables de la compañía de Omar a la fecha de su desaparición y la Justicia Federal la asumió como propia, arrastrando con ello el vicio de origen.

 

Un año y medio después de que terminara ese controvertido y sospechado proceso los condenaron en un juicio oral que profundizó el ya creciente escepticismo entre la opinión pública, pues en él se ventilaron numerosas irregularidades en la obtención de los indicios que se usaron para llegar a las condenas, pues allí tampoco se encontraron pruebas.

 

Canevaro en la actualidad

 

 

Las condenas al subteniente Canevaro a 15 años de prisión y dos soldados, Suárez y Salazar, a 10 años calmaron el clamor popular que exigía juicio y castigo a los culpables, pero dejaron un sabor amargo porque no se pudieron corroborar efectivamente las acusaciones.

 

 

En junio de 2005, la Justicia Federal de Neuquén sobreseyó a siete militares que estaban procesados por encubrir la muerte del soldado Carrasco, debido a la prescripción de la causa.

 

En agosto de 2007, la Sala II de la Cámara de Casación Penal, revocó el fallo anterior pero en los hechos no tuvo ninguna gravitación. El Caso Carrasco estaba oficialmente cerrado.

 

En febrero de 2009, el último de los acusados terminó de cumplir su condena, y hasta el día de hoy los tres siguen insistiendo en su inocencia.

 

DL

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