Una apuesta por el federalismo en tiempos de polarización nacional

A menos de un mes de las primarias, la política nacional se encamina a una polarización cada vez más profunda que va corriendo de la escena a las fuerzas que proponen alternativas a la grieta. Comienza a desplegarse una campaña de guerrilla en la que kirchneristas y macristas despliegan todo su arsenal con el objetivo prioritario de destruir al rival. El odio y el miedo, antes que la esperanza y las propuestas concretas son los ejes centrales de este combate que ya se está librando en todos los frentes, pero encuentra en las redes sociales el terreno más propicio para desarrollar su costado más sucio.

 

El escenario plantea un desafío superlativo para fuerzas provinciales que desde hace muchos años vienen pregonando un cambio en la forma de hacer política y ya no están dispuestas a esperar que ese cambio “baje” desde algún armado nacional sino que están dispuestas a predicar con el ejemplo.

 

Misiones, Córdoba, Neuquén  son solo algunas de las provincias que supieron desarrollar modelos propios de hacer política, están convencidas de que esos modelos superan a lo que hoy exhiben los armados nacionales y además pueden mostrar resultados que así lo confirman.

 

También lo confirman antecedentes históricos de peso. En su discurso del acto central en conmemoración a la independencia de la patria, el gobernador Hugo Passalacqua recordó que el país nació por voluntad de las provincias y no al revés. En un acto de absoluta justicia histórica remarcó además que un año antes del Congreso de Tucumán, Misiones y otras provincias ya se habían declarado independientes de España en el Congreso de los Pueblos Libres, lo que representó un verdadero hito patriótico que fue prácticamente borrado de la historia oficial por intereses centralistas.

 

Recordó además que la Constitución Nacional fue sancionada en 1853 en Santa Fe por un grupo de provincias entre las que en el que no figuraba Buenos Aires, más atenta a los intereses del puerto que a los de la patria.

 

Ese espíritu provincianista que está en la génesis de lo que primero se llamó Provincias Unidas del Sud y más de cuatro décadas después, Argentina, es el valor central que movimientos como el misionerismo buscan rescatar para superar la dañina antinomia que propone la grieta, construir los consensos necesarios para gobernar mejor los destinos del país y reemplazar el histórico centralismo por un modelo más equitativo de desarrollo.

 

Desde el Frente Renovador entienden que los intereses de la provincia estarán mejor defendidos por un movimiento que adhiera a estos principios provincianistas que por partidos que respondan a una conducción central con sede en Buenos Aires. Siguiendo el mismo razonamiento, argumentan que resultaría mucho más conveniente para Misiones tener en el Congreso la mayor cantidad posible de representantes de una fuerza provincial que alineados a armados de escala nacional cuyas prioridades están en las grandes urbes del centro del país.

 

Así lo hizo saber el gobernador electo Oscar Herrera Ahuad, principal orador de una reunión que se hizo el jueves en el Centro de Convenciones de Posadas y de la que participaron más de dos mil dirigentes de toda la provincia. “Necesito a nuestros cuatro diputados nacionales, tenemos que gobernar con nuestros cuatro diputados, porque ellos van a garantizar que podamos cumplir con lo que dijimos en la campaña y desarrollar nuestro programa de gobierno”, remarcó el actual vicegobernador.

 

Destacó la importancia para Misiones de la elección de diputados nacionales en tanto el Congreso es el ámbito en el que se definen muchas de las cuestiones relacionadas con la defensa de los intereses de los misioneros.

 

Herrera Ahuad consideró que más allá de lo que pudiera sugerir el cálculo electoral, ir con boleta corta es la opción más coherente con los objetivos de superar la grieta y plantear los reclamos históricos de Misiones con independencia.

 

Argumentó que el hecho de no colgar a la lista de diputados nacionales renovadores de ninguna fórmula nacional, representa un gesto de madurez política que facilitará a su propio electorado la posibilidad de elegir sin ningún tipo de atadura a qué candidato a presidente votar.

 

Desde la renovación reconocen que la decisión de salir a competir solos contra fuerzas que cuentan con el respaldo de campañas y candidatos nacionales con fuerte poder de tracción es una jugada no exenta de riesgos, pero entienden que es el precio que hay que pagar para poner en el Congreso a legisladores que puedan actuar con absoluta independencia de intereses ajenos a la provincia. “Otros candidatos podrán ganar votos colgándose de la boleta presidencial, pero después deberán obedecer a esos mandatos nacionales”, advirtió durante la misma reunión el candidato que encabeza la lista de aspirantes a diputados nacionales de la renovación, Diego Sartori.

 

El principal desafío que enfrentará este espacio es instruir correctamente a sus electores que no están acostumbrados a cortar boleta para que no incurran en superposiciones que terminen anulando sus votos. Será fundamental la disponibilidad en los cuartos oscuros de boletas presidenciales ya cortadas, pedido que formuló la renovación a la autoridad electoral y fue aprobado por  resolución la jueza federal con competencia electoral en Misiones, Verónica Skanata.

El nuevo segundo semestre

 

El dólar marca el pulso del humor general en la Argentina como en ningún otro país de Latinoamérica. No se trata de análisis económico sino de memoria colectiva. Como aquel que se había quemado con leche y llora al ver la vaca, las reiteradas devaluaciones quemaron tantas veces los bolsillos argentinos que resulta imposible no relacionarlas con la crisis.

 

Los gobernantes están muy al tanto de eso, de allí que los años electorales tradicionalmente terminen con atraso cambiario. Hasta lo sabe el FMI que en un llamativo gesto de apoyo a la candidatura de Macri rompió sus propias reglas para permitir que el Gobierno utilizara parte de los dólares prestados para contener artificialmente la cotización de la divisa estadounidense.

 

El plan demostró ser efectivo, al punto que prácticamente todas las encuestas muestran que desde abril -cuando el dólar tocó su pico- a la fecha, el presidente recortó a la mitad la ventaja que le llevaba la fórmula Fernández – Fernández en primera vuelta y llevaron a los escenarios de ballotage a situaciones cercanas al empate técnico. El crecimiento del oficialismo se logró a expensas de la avenida del medio capitaneada ahora por Roberto Lavagna a quien muchas encuestas lo muestran superando por poco los 10 puntos en la intención de voto.

 

 

 

 

Amparándose en esta estabilidad cambiaria, aun sin crecimiento de la economía, ni del empleo, ni del consumo, Macri retomó el discurso del sacrificio presente en pos de un mejor futuro que ahora sí estaría a la vuelta de la esquina. Repitiendo la fórmula del “segundo semestre”, el presidente afirmó que “estamos saliendo hacia el crecimiento” luego de pasar “momentos muy difíciles”. En la misma tónica, manifestó que “se sentaron las bases” para una futuro de “crecimiento”, para después llevar el optimismo al paroxismo al anticipar que “estamos frente a la mejor época, tal vez de nuestra historia”.

 

Con similar optimismo se manifestó la vicepresidente Gabriel Michetti en una entrevista realizada en los estudios de Misiones Online. La mandataria consideró que el primer período de Macri dejará sentadas “bases sólidas” para salir de “70 años de fracasos económicos” e iniciar un período de crecimiento sostenido.

 

Más allá de la pax cambiaria, el presente está cada vez más lejos de ese futuro venturoso que los voceros del Gobierno nacional vienen anticipando prácticamente desde el día en que asumieron. Empresas de distintos rubros siguen cerrando y la pobreza aumenta, al menos eso indica el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina que estima que la cantidad de pobres en el país pasó del 32% a fines del año pasado al 35% actualmente.

 

El investigador del mencionado observatorio, Eduardo Donza, atribuyó el incremento en la pobreza a que los precios, especialmente los de los alimentos, vienen aumentando desde hace más de un año en porcentajes bastante superiores a los ingresos de las personas.

 

Problema para las provincias

 

La alicaída actividad económica tiene su correlato negativo en la recaudación y por orden transitivo, en la coparticipación que reciben las provincias. Según indica un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), todas las provincias menos Buenos Aires recibieron en el primer semestre menos coparticipación en términos reales que en igual período del año pasado. La provincia que gobierna Eugenia Vidal tuvo un suculento aumento de casi 10% en los fondos federales que recibió.

 

Según el secretario de Hacienda de la Provincia, Adolfo Safrán, la caída en términos reales de la coparticipación sumada a recortes que aplicó la Nación en programas –especialmente en el área de salud- que se desarrollan en la provincia, llevaron a Misiones a recibir durante el primer semestre de este año 4.000 millones de pesos menos –siempre en términos reales- que en igual período del año pasado.

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