Triunfo para Bolsonaro en el Congreso: avanza la reforma jubilatoria

Tras una agotadora sesión que incluyó discursos, tumultos, manifestaciones y concesiones de último momento, la Cámara de Diputados aprobó ayer en primer turno la aguardada reforma previsional impulsada por el equipo económico neoliberal del gobierno de Jair Bolsonaro. Tras ésta se espera que Brasil recupere la confianza de los inversores y vuelva a crecer.

Por tratarse de una enmienda constitucional, el proyecto debe aún ser sometido a una segunda votación en Diputados y a dos más en el Senado; en todos los casos se requiere que sea respaldado por 3/5 de cada cámara, y la aprobación final no se espera sino hasta después del receso legislativo, del 18 de julio al 1º de agosto. Ayer, la iniciativa recibió 379 votos a favor de los 513 diputados, un margen ampliamente superior a los 308 que necesitaba. Fue la primera gran victoria del actual presidente en el Congreso, incluso a pesar de sus interferencias, que generaron un clima de constante enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo.

La propuesta, que puede ser alterada en el Senado, establece una edad mínima general, tanto para empleados estatales como privados, para acceder a la jubilación, hasta ahora inexistente en Brasil: 62 años para las mujeres y 65 para los hombres, con un tiempo mínimo de contribución de 30 y 35 años respectivamente. Con este cambio básico, el gobierno pretender poner freno al creciente déficit fiscal y ahorrar al menos 300.000 millones de dólares en la próxima década.

Del proyecto original diseñado por el equipo del ministro de Economía, Paulo Guedes, fue retirada la incorporación al actual modelo de reparto de un sistema de capitalización individual, como el que existe en Chile. Asimismo, en las últimas horas y por presión de Bolsonaro y su ultraderechista Partido Social Liberal (PSL), se suavizaron las condiciones para los agentes de seguridad, quienes podrán jubilarse a los 52 años en el caso de las mujeres y a los 53 años los hombres, con 25 y 30 años de contribuciones respectivamente.

La maratónica sesión, de más de 12 horas, se dio en un ambiente caldeado, con intentos de obstrucción por parte de las fuerzas de izquierda, encabezados por el Partido de los Trabajadores (PT). Los opositores llevaron calcomanías y carteles que decían «No» y «Fin de la previsión social», mientras que los diputados que apoyaban la iniciativa ondeaban banderitas brasileñas. En varios momentos durante la jornada hubo hostilidades verbales y físicas entre legisladores y simpatizantes en las galerías, que llevaron a la intervención de las fuerzas de seguridad del Congreso para acabar con la confusión.

La expectativa ahora es que con el impulso que de la reforma previsional el gobierno pueda aprobar pronto también cambios en el engorroso sistema tributario, impulsar una serie de privatizaciones y reducir la burocracia en el aparato estatal.

Fuente: La Nación

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