Para el director de la carrera de Ciencias de la Educación de la UCaMI, Pablo Narvaja, tiene que haber una revalorización de la tarea docente

A la situación docente como actividad a la que se debe revalorizar, las expectativas de una mejora en el sistema educativo y el trabajo del docente en un contexto de nuevas tecnologías en un año electoral se refirió el director de la Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Misiones, Pablo Narvaja, quien además enfatizó que hay que trabajar en que el tiempo ocioso de los alumnos tiene que ser productivo y un trabajo conjunto del docente con los padres.

Pablo Narvaja- Radio Libertad

 

Respecto al año electoral, en diálogo con Radio Libertad,  Narvaja dijo que “permite hacer un balance de estos años de la política educativa, sobre todo a nivel nacional y también nos abre a una expectativa de cuáles son las líneas a recorrer, las aspiraciones y las necesidades del sistema para los próximos años”.

 

Destacó que la situación de los docentes es una situación compleja, “de deterioro, des jerarquización de la función lamentablemente, no por la sociedad, sino por un conjunto de temas que hacen a las condiciones de trabajo, salario, etcétera. Entonces, por supuesto que miramos con expectativas de que haya una revalorización de la tarea docente, que las tecnologías en el fondo también son a la vez un elemento una herramienta que jamás van a poder reemplazar a los docentes y la jerarquización del docente tiene que ver fundamentalmente con delinear un rol que debe ser el principal. Un docente que transmita, que enseñe, que ponga el pensamiento como foco de la enseñanza y utilizar las herramientas para que todo el caudal de información que los alumnos tienen que construir lo construyan en base a su propia actividad y el docente pasa ahí a ser una guía un orientador, un modelador de ese pensamiento”.

 

Tuvo, además un reconocimiento hacia las políticas educativas que implemente el Gobierno de Misiones, remarcando que le parece muy importante “los esfuerzos que hace la provincia con el aula invertida y con otras incorporaciones tecnológicas que intentan no reemplazar al docente sino brindarle los elementos tecnológicos que le permitan cumplir mejor esta función tan importante que no la puede cumplir la computadora, la tiene que hacer solo la persona en esa relación tan importante que es la relación entre el docente y sus alumnos”.

 

Consultado sobre la postura que dice que en Argentina hay una educación del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI, Narvaja dijo que “cuando hablamos de siglo XIX estamos hablando del origen, de la creación del sistema educativo, antes teníamos escuelas, después tuvimos un sistema y de alguna manera ese sistema sigue presente y los docentes tienen que desarrollar su práctica profesional en el marco de un sistema en el que no es tan fácil desarrollar la práctica de acuerdo a lo que los docentes creen que tiene que hacerlo y sus posibilidades reales. Hay docentes que se quejan, dicen sé cómo hacer que los chicos aprendan matemáticas, pero cuando entro al aula tengo que ser el docente de siempre, el mismo docente estructurado porque hay restricciones, hay reglas, hay obligaciones impuestas por el sistema que no los libera”.

 

Agregó que “no diría que los docente son del siglo XX pero que trabajan en condiciones del siglo XIX-XX y también están en condiciones de utilizar y de potenciar el uso de la tecnología por parte de los alumnos, pero tampoco me parece que tengamos que endiosar a la tecnología, es una herramienta que puede ayudar al bien común, al desarrollo de las personas, siempre y cuando tengamos el correcto uso, tanto intelectual como desde el punto de vista de los valores para que esté al servicio del hombre, no con la subordinación porque también vemos el efecto que los chicos del siglo XXI muchas veces están inmersos en redes que paradójicamente se llaman sociales los aíslan del mundo social porque quedan encerrados en esa mediatización de los social que representan las redes. Se tiene que dar a los chicos esos criterios de uso tanto intelectuales, afectivos, sociales, de valores y eso no lo hace la tecnología, lo hacen los maestros, los padres, los que educan en el contacto personal y permitir que los docentes desarrollen esta tarea irremplazable implica también generar las condiciones para que se puedan hacer lo que saben que tienen que hacer y podrían hacer en otras condiciones”.

 

“Sin caer en el concepto de que la escuela es como la guardería para que los padres puedan hacer otras cosas, hay un tiempo ocioso que es necesario trabajar”, precisó el docente universitario al referirse a las actividades de los alumnos cuando no están en las escuelas, “el teléfono celular está bastante difundido, no todos los chicos tienen acceso a esa tecnología, pero debemos tener en cuenta que es parte de una educación del siglo XXI como ordenar el tiempo libre de los chicos, no para que haga deberes escolares sino para que se forme en otros espacios, en otros ámbitos y tal vez la escuela pueda jugar un rol en eso, que los chicos hagan una práctica deportiva, cursos, que aprenda un oficio no para ejercerlo sino para realizar trabajos manuales fuera de la escuela pero también usar ese tiempo productivamente con cierta supervisión escolar, que el tiempo libre de los chicos sea divertido en términos sanos”.

 

EP/E.J.

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