“Somos una sociedad hipócrita, reclamamos que el niño sea correcto, pero olvidamos que desde su nacimiento sus derechos ya han sido violentados”

Para la abogada y capacitadora del Poder Judicial, Griselda E. Róbalo, se requiere un cambio fundamental en la percepción que tiene la sociedad sobre los niños y los delitos. Primero desde la conceptualización hasta el compromiso de tomar responsabilidad para lograr una sociedad segura y justa para todos.

La letrada que trabaja desde hace más de 27 años con menores de edad en conflicto con la ley, reconoció que el 99 por ciento de los casos en los que intervino, le mostró niños y niñas de hogares pobres y esto, en relación con el incremento de la demanda de la sociedad por la baja de imputabilidad y endurecimiento de penas revela, según explica, una contradicción e hipocresía en la sociedad.

“La gente pide a gritos que los menores  o niños – como sostiene deberían denominarse- vayan presos , la baja de imputabilidad demuestra que no vemos al niño con un plato vacío y una cuchara en la mano pidiéndonos qué comer, pero sí vemos al niño con un arma en la mano. Lo que se trata aquí es que debemos tomar conciencia de que todos debemos hacernos cargos (…)no debemos pretender el modelo de sociedad premio- castigo”.

Instó a que como personas asumamos que todos somos parte de esta sociedad y que se requiere urgente un cambio de paradigmas, dejando de estigmatizar a los niños y niñas.  “Trabajar con niños es toda una temática y en el contacto con ellos es que uno va descubriendo que la mayoría de los chicos tuvieron vulnerados sus derechos (…) como sociedad somos hipócritas por un lado reclamamos que esta niña sea correcta, consciente del daño a los demás, pero olvidamos o somos indiferentes en que es una persona que vino desde el nacimiento con sus derechos vulnerados y que ha sido olvidado por esta sociedad”.

Sostiene que hay dos situaciones que confluyen en los delitos, que suelen ser estigmatizados: El niño que no tuvo nada en materia de derechos y el otro que lo tuvo todo y afirmó que ambos extremos son malos. “Como sociedad estigmatizamos, denominamos a uno el negrito de la villa y al otro el pibe de papá, pero no nos damos cuenta que todos somos parte de esa sociedad”, explicó.

Róbalo explicó que como miembros de esa sociedad no podemos ser indiferentes “ cómo podemos ser tan descarados en pedir grandes sanciones y penas cuando lo que deberíamos hacernos cargo  y saber hacia dónde apuntamos”.

Justicia restaurativa

Para la especialista se debe dar un salto hacia la justicia restaurativa, que vaya más allá del castigo y que opten por un cambio en estos niños. “Los primeros que están en contacto permanente con los chicos son los psicólogos y los asistentes sociales, ellos conocen el ambiente de donde proceden y los factores de riesgo”.

Recomienda que el niño empiece a trabajar en sus propias capacidades y que pueda tener un cambio de mirada y soñar.

“No podemos enseñar a los niños a ser libres y comportarse en un ambiente de libertad si están encerrados, es una incoherencia. Pensamiento como sanción por sanción no sirven. Decir: Yo te encierro para que seas un ejemplo mientras estas detenido es una incoherencia”.

Afirmó la importancia de restaurar, de tratar de evitar el daño y repararlo”. El objetivo de la justicia restaurativa es que el niño o niña aprenda que cometió un delito y tome conciencia de sus actos para no repetirlos. Muchas veces la persona afectada por estos delitos se conforma con las disculpas y en otros casos es importante que se ele enseñe al niño a restaurar lo que hizo.

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