Alejandro Mirochnik, positiva experiencia de vida de un sobreviviente del atentado a la AMIA

En el mes que se recuerda el atentado a la sede de la AMIA en Buenos Aires, ocurrido el 18 de julio de 1994, a 25 años del mayor atentado terrorista perpetrado en la Argentina el profesor de Educación Física y víctima que quedó atrapado entre los escombros por más de seis horas hasta que puso ser rescatado, Alejandro Mirochnik está en Posadas para brindar una charla sobre su experiencia y como logro superarla, además, como un adelanto de su charla pública visitó los estudios de Misiones On Line TV donde en una extensa charla compartió parte de su historia de vida.

 

Mirochnik dijo que siente la necesidad de poder contar sus vivencias, “en los primeros años me escondí un poco de esto, pero ahora con el correr de los años y cuando me invita Cultura de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), como docente siento la necesidad de contarle a los jóvenes de 24-25 años que no vivieron esto, un día histórico catastrófico en Buenos Aires pero que repercutió en todos lados, más allá de una institución judía fue un atentado a la humanidad”.

 

Sobre la charla específica adelantó que va a contar que paso ese día, hay que recordar “los que estamos vivos que nos pasó ése día, hacer memoria y además un homenaje a mi tío que estaba entre los 83 fallecidos, (Buby Naum de 63 años próximo a jubilarse). Hacer memoria y contarle a nuestra juventud que pasan estas cosas, que hay desafíos que hay que saberlos afrontar y la suerte que tuve o el privilegio que a través del deporte, de la familia, que me acompañó siempre, de mi voluntad y hoy estoy orgullosos de estar sano, estar bien y poder contarlo”.

 

Relató los hechos del día de atentado en que recordó que trabajaba en AMIA y esa mañana “como todas las mañanas me toco buscar unos diarios, subía por el ascensor y cuando me di cuenta me encontré con que el ascensor estaba entre los escombros, tuve la suerte de estar en la caja de ascensor. Después de cinco o seis horas, a eso de las 15:00, esto paso a las 09:53 y a las 15:00 tuve por primera vez contacto con un bombero, me fui escapando del ascensor entre los escombros y a dos o tres metros observaba a un bombero y le grite y ese bombero, con un grupo de gente pudo, a eso de las 19, rescatarme con vida. Mi pierna derecha está prácticamente demolida, fracturada en mil pedazos, se reconstruyó toda, pero la vida la salve”.

 

Desde su perspectiva aquel día tremendo un Alejandro falleció y nació otro más potenciado, “con más rabia, con más bronca, pero con más ganas de vivir, mayor tenacidad, mayor ganas de lograr el objetivo, luchar mucho continuar mis estudios. En ese momento era profesor de Educación Física pero trabajaba en DAIA, después me fui por razones lógicas entonces me dedique a trabajar de profesor de Educación Física y seguí siempre estudiando, me dedique a preparar chicos con capacidades distintas, especiales y el año pasado me jubile. Estoy jubilado pero tengo una escuela de guardavidas en La Matanza”.

 

Agregó que en aquel momento era campeón argentino de Triatlón y “mi sueño era poder correr una instancia superior que se llama Iron Man (natación, bicicleta, maratón) y ahora en marzo corrí mi 13° Iron Man y me preparo para el 14° en Santiago del Estero.

 

Retomando el relato del día del atentado y su experiencia personal Alejandro relató que, “cuando cae el ascensor, solo siento que cae y me duele mucho la pierna, lo primero que pensé fue que se cayó el ascensor, nunca escuche el ruido de lo que significó para la gente de afuera seis pisos de derrumbe que se escucharon a muchos kilómetros. Cuando veo al bombero lo reto porque como no se dieron cuenta que se cayó el ascensor, él me dice que se derrumbó el edificio, me cuenta lo que había pasado.Eestuve ahí sentado seis horas sin tomar conciencia de la magnitud” para relatar como sacaron los escombros ara rescatarlo porque había dos vigas grandes que tuvieron que cortar con sierras de mano, para liego tirar una soga “me ataron la cintura y me sacaron, cuando salí y vi como habían quedado los edificio de enfrente por calle Pasteur se me vino el mundo abajo”.

 

Cuando se le pregunto cómo se definiría, se consideró como un “privilegiado, dios me ilumino, no era mi momento” y contó que en el año 2000 nació Joaquín, su hijo, “la vida continua tengo muchas energías, en diciembre me recibo de Psicólogo Social, seguí estudiando, tengo muchos proyectos, hay mucho por hacer”.

 

Sobre la investigación y reclamos de la comunidad por la falta de esclarecimiento del atentado Mirochnik dijo que “no me incline por la política, mi caso fue más personal, me incline más por el deporte, contarle a la gente que se puede caminar, correr, no fue político, no fue buscar justicia” y reitero sus experiencias deportivas para enfatizar que se debe tener en cuenta que la vida es una sola y poder disfrutarla.

 

EP/E.J.

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