Análisis semanal: luces y sombras de un acuerdo llamado a transformar las economías del Mercosur

Los gobiernos del Mercosur y de la Unión Europea dieron el viernes un paso significativo en un camino que podría cambiar de cuajo las condiciones en que se desarrollan las economías en los países miembro de ambos bloques, no solamente a escala macro sino también en los universos mínimos en los que se desenvuelven las economías regionales y en el microcosmos de los pequeños emprendimientos.

 

Luego de 20 años de idas y vueltas, finalmente se firmó de un Acuerdo de Asociación Estratégica entre los bloques sudamericano y europeo. Para tener idea de la dimensión que tiene este tratado, desde Cancillería argentina indicaron implica la integración de la región con un mercado de 800 millones de habitantes, que representan casi una cuarta parte del PBI mundial y más de 100.000 millones de dólares comercio bilateral de bienes y servicios. Como era previsible, la noticia disparó un encendido debate entre libremercadistas y proteccionistas que seguramente escalará cuando se conozcan más detalles de lo firmado.

 

El acuerdo todavía está lejos de generar algún efecto concreto ya que deberá ser aprobado por los poderes ejecutivos de todos los países del Mercosur y de la UE y luego refrendado por los parlamentos de los mismos países, trámite que no se vislumbra sencillo ya que de uno y otro lado del Atlántico hay actores importantes que se consideran perjudicados.

 

De lo poco que se conoce hasta ahora de la letra chica y tomando en cuenta cuáles son los sectores más competitivos de los países firmantes, todo indica que de avanzar el tratado los principales ganadores serían la producción primaria y la agroindustria del Mercosur y la industria de productos elaborados de Europa. Esto llevó a los detractores a señalar que el acuerdo hará que la economía Argentina se vuelva más primarizada y todavía más dependiente de la industrialización de los productos del campo.

 

El acuerdo establece además que los prestadores de servicios de la UE y del Mercosur podrán acceder al mercado de la contraparte en las mismas condiciones que los nacionales, lo que abriría un enorme terreno de oportunidades en el marco de una competencia muy exigente en un pie de relativa igualdad.

 

Hay opiniones divididas en relación a cómo podría incidir el acuerdo en las inversiones. Los defensores del libre comercio anticipan una catarata de inversiones extranjeras que aprovecharían la posibilidad de producir en Argentina y vender a Europa sin aranceles. En la vereda opuesta también anticipan una catarata, pero de importaciones que terminaría destruyendo lo que queda de la industria nacional.

 

Ganadores y perdedores

 

Desde la consultora Abeceb, fundada por Dante Sica, señalaron que “los sectores que más chances tienen de aprovechar el acuerdo son aquellos en los que Argentina se muestra competitivo actualmente. Así, en el corto plazo, las mayores oportunidades se le presentan al sector agroindustrial y pesca. Argentina tiene posibilidades de incrementar las ventas de productos agrícolas, productos de molienda y carne bovina. También se abre una importante oportunidad para diversas economías regionales, entre ellos frutas, miel, pesca y algunas variedades de vinos”.

 

Entre los perdedores, Abeceb apunta a los productos industriales. “En particular, los relacionados a la metalmecánica, como ser la industria automotriz, los autopartistas, las empresas productoras de bienes de capital y productos metálicos”. Y también pone luces amarillas para algunos productos químicos y los medicamentos.

 

El sector servicios y el del biodiesel merecen una mención especial. En el primer caso, en el que Argentina se destaca como exportador en muchos segmentos, entre ellos software y servicios profesionales, el acuerdo no implica una baja del arancel, pero el sector podría verse favorecido por una mayor interacción entre ambas economías, tanto en materia de comercio como de inversiones. En cuanto al biodiesel, el tratado no implica el levantamiento de la cuota establecida (dado que el mismo se dio en el marco de una investigación antidumping) pero es dable pensar que con el correr del tiempo se logre un mejor acceso”, resume la consultora.

 

Mientras en Argentina comienzan a oírse protestas de sectores relacionados a la industria, en Europa son los productores agropecuarios los que pusieron el grito en el cielo. La poderosa Copa Cogeca, principal sindicato agrícola de la UE, habló de “una política comercial con doble estándar y doble vara”, que aumenta “la brecha entre lo que se le pide a los agricultores europeos y lo que se tolera a los productores de Mercosur”, en referencia a normas sanitarias y medioambientales que son mucho más estrictas en Europa. La Deutscher Bauernverband, el principal gremio de productores de Alemania y sus pares franceses del FNSEA hablaron en los mismos términos.

 

La reticencia de los industriales sudamericanos y los productores agropecuarios europeos, grupos con reconocido poder de lobby en sus países, será un duro escollo a superar durante el tratamiento legislativo del acuerdo.

 

Oportunidades para Misiones

 

Una rápida lectura de la lista de productos del Mercosur que mejorarían sus condiciones de acceso a Europa deja en evidencia que el Gobierno nacional puso especial énfasis en abrir mercados para productos del campo de la zona Centro del país, especialmente soja, aceites y carne bovina, y los que provienen del sector pesquero. Sin embargo también figuran productos de economías regionales, como frutas, arroz, vinos y miel.

 

En el listado que se difundió aparecen tres producciones tradicionales de Misiones, yerba mate, té y cítricos. De todas ellas, la que está en mejores condiciones de aprovechar el tratado es la de cítricos, principalmente porque hay una industria –la Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones- que produce con la calidad y los requisitos fitosanitarios que exige Europa. Hoy los países del Viejo Continente cobran un arancel de 16% a los cítricos, gravamen que se reduciría progresivamente hasta desaparecer en un plazo que iría de 4 a 10 años.

 

La tealera es otra de las producciones que saldría beneficiada, pero en los últimos años Misiones dejó de exportar té a mercados de Europa principalmente por deficiencias en la calidad del producto y no por políticas arancelarias.

 

En lo que respecta a la yerba mate tampoco deberían esperarse grandes cambios, ya que el principal escollo allí es la escasa demanda, aspecto que no cambiaría en lo más mínimo con un acuerdo de libre comercio.

 

Golpe de gestión

 

En el plano político, el Acuerdo de Asociación Estratégica firmado el viernes le permitió al gobierno de Macri sacudir la escena con un logro de gestión, algo que no ocurría hace bastante tiempo. Aunque el avance en el tratado con Europa genere reacciones contrapuestas, lo que nadie podrá negar es que se trata de un avance significativo en la dirección que el presidente siempre sostuvo que llevaría al país: mayor integración al mundo y libertad comercial.

 

A diferencia de los distintos equipos que se hicieron cargo de conducir la economía, que no lograron prácticamente ninguna de las metas que se propusieron en los últimos tres años y medio, el área de relaciones exteriores encabezada por el canciller Jorge Faurie sí puede mostrar resultados concretos de relevancia, aunque muchos opinen que esos resultados no serían beneficiosos para el país.

 

Como si fuera poco, tanto los socios del Mercosur cuanto los países que integran la UE reconocen en la firme decisión de Macri de abrir la economía y en el trabajo incesante de su Cancillería, dos de los motivos principales que permitieron arribar a tan postergado como trascendental acuerdo entre ambos bloques.

 

Una de las más previsibles voces críticas fue la del candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, quien consideró que “no hay nada que festejar” tras el acuerdo y opinó que “no quedan claros los beneficios, pero sí los perjuicios” que provocará a la “industria y al trabajo de los argentinos”.

 

La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (Ccscs), que comprende a las 20 principales centrales sindicales de Argentina (CGT, CTA), Brasil (CUT), Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay (PIT-CNT) y Venezuela emitió un comunicado a través del cual advierte que el acuerdo “es la sentencia de muerte de nuestras industrias y de gran parte de nuestro trabajo decente y empleo de calidad”. “Alertamos a nuestros pueblos sobre el funesto impacto que este acuerdo tendrá para el sistema productivo de la región en general, y para ciertas ramas de producción estratégicas en particular”, rezó el documento suscrito por el organismo.

 

En sentido opuesto se manifestó el Foro de Convergencia Empresarial, que agrupa a muchas de las principales compañías del país, que anticipó que el pacto tendrá “un impacto positivo en la generación de empleo genuino en el sector formal de la economía”, y le pidió a la dirigencia política “deje de lado sus diferencias coyunturales para arribar a los acuerdos básicos que permitan transformaciones estructurales”.

 

“Es un paso muy importante de integración de Argentina con el mundo y abre a nuestros productos y servicios un mercado de más de 700 millones de consumidores como así también, como contrapartida, la posibilidad de que nuestros consumidores tengan acceso a productos de excelente calidad a precios accesibles”, detalló el FCE en un comunicado.

 

La Cámara de la Mediana Empresa (CAME) también se manifestó a favor del acuerdo. Su presidente Gerardo Díaz Beltrán,  consideró que “el Mercosur, con este nuevo impulso, debe focalizarse en las pequeñas y medianas empresas, que sin ninguna duda deben ser las protagonistas porque somos los principales productores de materia prima para alimentos del mundo”, destacó Díaz Beltrán y pidió que el sector tenga participación en las decisiones. “Tenemos que trabajar en las coincidencias de la región para poder enfrentar al mundo, porque por primera vez las pymes del Mercosur tenemos una oportunidad histórica”, dijo.

 

Más desigualdad, pobreza e informalidad

 

Mientras los analistas debaten en torno a la incidencia que, de aprobarse, tendría en las próximas décadas el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, la estadística muestra un presente de marcado deterioro social impulsado no solamente por la recesión sino también por una creciente desigualdad en el reparto. Los números indican que en Argentina la torta es cada vez más pequeña y se reparte de un modo más desigual.

 

El último informe de distribución de la riqueza difundido la semana pasada por el INDEC le pone números a una sensación que por estos días resulta obvia: los sectores más pobres cargan con los mayores costos de la crisis.

 

La brecha de ingresos entre el decil más rico y el más pobre de la población se amplió de 20 a 21 veces del primer trimestre del año pasado a igual período de 2019. En base a este informe y a otros datos oficiales, dos mediciones privadas calcularon que la pobreza se disparó al 35% en el semestre que va de octubre de 2018 a marzo de 2019, lo que implica que en un año hubo casi 4 millones de nuevos pobres, la cifra más alta desde 2008.

 

El trabajo del INDEC señala que en la comparación interanual del primer trimestre el 10% más rico perdió 14,9% en términos reales y el más pobre cedió 18,6%.

 

De esta manera, el ingreso per cápita familiar del decil más pobre representó apenas el 1,5% del total, mientras que el 10% más rico se quedó con 32,8% del ingreso total. El correlato fue una suba del coeficiente de Gini de 0,440 a 0,447 en sólo un año. En este indicador, 0 equivale a la igualdad absoluta y 1 representa la desigualdad absoluta.

 

Tomando en cuenta los datos del INDEC en materia de evolución de los ingresos y de la canasta básica total y alimentaria, analistas de la Universidad Torcuato Di Tella calcularon una tasa de pobreza del 34,8% y los del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), una pobreza de 35,2% en el período que comprende el cuarto trimestre de 2018 y el primero de 2019.

 

Otro informe técnico, esta vez a cargo de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que 49,3% de la población activa del país trabaja en el sector micro-informal de la estructura productiva es decir en actividades laborales autónomas no profesionales o llevadas a cabo en pequeñas unidades productivas de baja productividad, alta rotación y baja o nula vinculación con el mercado formal. Dentro de ese grupo, el 81,7% tiene un empleo de baja calidad, 75,9% carece de aportes del sistema de seguridad social y en promedio recibe salarios de 10.283 pesos mensuales.

 

Empresarios misioneros sorprenden al país

 

Siete pymes de la forestoindustria misionera nucleadas en la Apicofom sacaron pecho frente a la crisis e invirtieron alrededor de 10 millones de dólares para montar en el Parque Industrial de Posadas la fábrica de casas de madera más moderna y más grande de Latinoamérica que se inauguró el viernes. Lo sorprendente del caso es que lo hicieron en un contexto nacional en el todos los días cierran fábricas y casi nunca abre ninguna nueva.

 

 

La concreción de tan anhelado proyecto brinda a todos los más de 700 aserraderos que componen la cuenca forestoindustrial de la región, la posibilidad de llegar al punto más alto posible en la agregación de valor de la producción de madera y además hacerlo con un alto grado de eficiencia.

 

La planta dará empleo de manera directa a cien personas, pero tiene la capacidad para generar más de 2.500 puestos de trabajo a lo largo de la cadena que comienza con la forestación y termina en la industria. “Queremos demostrar lo que da la asociatividad. El trabajo asociado entre pymes y micropymes. Somos siete empresas que aportamos el capital con el respaldo del Gobierno de Misiones que nos asignó el trabajo a partir del cual generamos los recursos para ir solventando esto”, señaló Guillermo Fachinello, presidente de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes de la Forestoindustria de Misiones y Norte de Corrientes (Apicofom), cámara que nuclea a los empresarios responsables por la inversión.

 

La fábrica está equipada con tecnología alemana de la marca Weinmann, montada en una impresionante nave de  7.500 metros cuadrados construida íntegramente por firmas misioneras y cuenta con sistemas de aislación, un enorme puente grúa de fabricación nacional y un novedoso sistema de aire comprimido para preservar la limpieza en el predio.

 

“Es una máquina que permite fabricar paneles, partes de casas con precisión milimétrica. Podés hacer miles y salen todas iguales”, explicó Pedro López Vinader, expresidente de la Apicofom y uno de los más entusiastas impulsores del proyecto.

 

La planta tiene capacidad para elaborar más de 5.000 viviendas al año, pero para que ello ocurriera sería necesaria una demanda que lo justificara. La inversión fue pensada principalmente para atender pedidos provenientes de los planes de viviendas financiados por la Nación, pero el virtual retiro del Gobierno nacional de este tipo de inversiones generó una gran incertidumbre en el sector.

 

La planta tiene un primer pedido asegurado: un proyecto de 870 viviendas que se construirá en Itaembé Guazú con financiamiento conjunto de la Provincia y la Nación, pero solamente con eso no será suficiente.

 

Los forestales apuntan también a atender la demanda privada, pero las altas tasas de interés conspiran contra esa posibilidad. “Cuando empezamos este proyecto habíamos hablado con desarrolladores privados y con el Banco Nación para trabajar con los planes del Procrear, pero  el tema es financiero se convirtió en un obstáculo por altas tasas, es imposible financiar”, dijo.

 

Boleta corta, autonomía larga

 

La estrategia del Frente Renovador de no colgar su lista de candidatos a diputados nacionales a ninguna fórmula permite al Gobierno provincial plantear sus reclamos a las fuerzas nacionales desde un lugar de autoridad que solamente lo brinda la independencia de cualquier expresión extraprovincial.

 

El viernes visitó la provincia el candidato a presidente del Frente de Todos, Aníbal Fernández, quien, entre otras actividades, se reunión con el conductor del espacio, Carlos Rovira, el gobernador Hugo Passalacqua y el gobernador electo, Oscar Herrera. El jefe de Gabinete de Néstor Kirchner elogió el proyecto misionerista y buscó tender puentes con la fuerza que el 2 de junio acaparó casi tres cuartas partes del total de los votos en Misiones.

 

 

Desde la renovación se comprometieron a colaborar para dejar atrás la grieta y el propio candidato a presidente reconoció que el clima de tranquilidad política que se vive en Misiones es un buen indicativo del camino a seguir.

 

Los dirigentes provinciales le aclararon a Fernández que mantendrían su perfil provincialista sea cual fuera el resultado en octubre y le plantearon la necesidad de compensar a Misiones por décadas de injusto reparto de los fondos coparticipables.

 

Rovira había anticipado en una conferencia de prensa que brindó el miércoles que la primera acción que le pedirá al próximo Gobierno que surja de las elecciones de octubre es “una compensación extraordinaria” que salde “la deuda económica y social” que la Nación tiene con Misiones. “La provincia envía a las arcas nacionales más del doble de lo que recibe de la coparticipación”, se lamentó.

 

Anticipó que ya no resultará suficiente una promesa de que en algún momento se vaya a impulsar una nueva ley de coparticipación. “Antes, a todos los candidatos le vamos a exigir que Misiones tenga una compensación de equilibrio, extraordinaria, que se dé desde el primer día en los hechos”, afirmó.

 

En dicha conferencia el conductor de la renovación fundamentó la estrategia de boleta corta que adoptó ese espacio. Argumentó que al haber obtenido casi tres cuartas del total de los votos en las provinciales de junio, la renovación contó con el respaldo de los votantes de todos los espacios que se disputarán la presidencia en octubre. “Nos han votado el 99% de los que expresan favoritismo por la dupla de los Fernández, la mitad de los que prefieren a Macri y casi la totalidad de los que se expresan a favor de Lavagna”, estimó.

 

Teniendo en cuenta la composición variada de ese voto, Rovira consideró que la boleta corta “es el sagrado respeto a lo que votó la gente ese 2 de junio. Si lo analizamos desde la parcialidad de la dirigencia luce imprudente reducirse y pretender forzadamente imponer lo que uno piensa cuando queda claro que nos debemos a todos los votantes”, expresó.

 

Destacó que el hecho de no “colgar” la boleta de la renovación a la de ninguna fórmula nacional habla del compromiso de ese espacio con la idea de generar las mejores condiciones para avanzar en un “consenso tranquilo” que sea superador de la idea de la grieta.

 

La coherencia con el proyecto de corte provincialista es otro de los motivos esgrimidos por Rovira para ir con boleta corta, en ese sentido resaltó que las expresiones políticas que representan intereses regionales o acciones directas de los ciudadanos están ganando espacio en todo el mundo frente a los grandes partidos. “Hoy los grandes partidos de Argentina están disociados de esa realidad, para un ciudadano es más fácil, rápido genuino y honesto sentirse comprendido por un candidato a diputado o concejal de una provincia”, consideró.

 

“En la boleta corta está la autoridad de no ir corriendo obediente a un partido o a una candidatura sino obedecer al pueblo. Hay realidades que no se resuelven con las viejas herramientas aunque es más fácil colgarse de una boleta e ir atrás de un candidato, pero lo fácil está bastante lejos de la resolución de los problemas que tenemos”, enfatizó.

 

Finalmente el conductor pidió el voto para la lista de legisladores nacionales de la renovación porque “estamos preparados para llevar representantes que van a defender el interés del pueblo de misiones y no la verticalidad partidaria que hasta acá ha demostrado ser contrario a los intereses y a la voluntad de los misioneros”.

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