Córdoba: le prestará el vientre a su hermano para que pueda ser papá

Romina Mondragón tiene 31 años y es madre de cuatro hijos. Gracias a un fallo judicial, podrá gestar a su sobrino. El «acto de amor supremo» que revolucionó a la pequeña localidad de Tanti.

En una primera escena están Julián Mondragón y Andrea Verino, una pareja que quiere formar una familia. Pero ella no puede tener hijos. Después de someterse a varias quimioterapias por un cáncer muy avanzado, el tratamiento afectó la calidad de sus óvulos. En una segunda escena, está Romina Mondragón, una joven de 31 años, que quiere ayudar a su hermano y a su cuñada.

El final de la película fue una decisión de “amor supremo”, como lo calificó la Justicia: ella les prestará el vientre para que cumplan su sueño.

Romina está casada y tiene cuatro hijos de 10, 7, 4 y 2 años. Vive en la pequeña localidad de Tanti, en Córdoba. Poner el cuerpo no es una novedad para ella. Desde el 2015, trabaja como doula. Es decir, que acompaña a las embarazadas durante la gestación, el parto y el posparto. Las escucha, las contiene, es un sostén emocional.

En diálogo con TN.com.ar, explicó cómo decidió convertirse en el puente para que su hermano y su cuñada pudieran tener su propio hijo. “En septiembre del año pasado, vi en un canal de televisión un caso de vientre subrogado en la Argentina. Me llamó la atención y le avisé a Andrea”, detalló a este medio.

Romina estaba segura. Ella quería ser la encargada de gestar a su sobrino.»Lo empezamos a charlar, les dije que estaría bueno averiguar. Que yo estaba disponible para ellos”, remarcó.

Andrea Verino, Romina Mondragón y su esposo tras el bautismo de su hija. Crédito: Facebook
Andrea Verino, Romina Mondragón y su esposo tras el bautismo de su hija. Crédito: Facebook

Ese gesto cambiaría por completo la película de Andrea y Julián. En 2003, a ella le habían diagnosticado un carcinoma ductal infiltrante de 3° encapsulado. Un cáncer muy avanzado que casi la mata. Sobrevivió. Pero la quimioterapia y los rayos habían dejado su marca.

Sin poder gestar a partir de sus propios óvulos, con su pareja pensaron en la ovodonación. Sin embargo, los médicos descartaron esta opción. Por el antecedente de su enfermedad, era contraproducente un embarazo.

Siguieron considerando otras alternativas. Adopción. Alquilar un vientre en otro país. Pero los costos y los trámites burocráticos se interponían. Cuando ya pensaban en rendirse, el llamado de Romina los animó. “Andrea pensaba que era mentira. Estaba muy emocionada. Mi hermano no lo podría creer. ‘Estás segura negra?’, me decía”, recordó consultada por TN.com.ar.

 Julián Mondragón y Andrea Verino en el bautismo de su sobrina. Crédito: Facebook
Julián Mondragón y Andrea Verino en el bautismo de su sobrina. Crédito: Facebook

La pareja de Romina tampoco lo dudó. “Vamos para adelante”, le respondió cuando se lo planteó. Faltaba decírselo a sus cuatro hijos. Pero tampoco fue un problema. Los chicos se emocionaron. Desde un primer momento, entendieron que el bebé que iba a gestar su mamá no sería el quinto hermano, sino su primo.

Con el visto bueno de la familia, faltaba el de la Justicia. Después de contactarse con el abogado Nicolás Gigena, presentaron el caso ante la jueza Mónica Parello en marzo. “Pensábamos que iba a ser un camino largo”, reconoció Romina sorprendida por la velocidad de la resolución del expediente. La magistrada no solo falló a favor de la «gestación por sustitución», sino que ponderó la perspectiva de género en su sentencia.

Para la jueza se trataba de un “acto de amor supremo” y destacó que la actitud de Romina era la de “un deseo genuino y desinteresado” de ayudar a su cuñada y a su hermano para que puedan ser padres.

Romina Mondragón junto con su hermano Julián y su hija en Córdoba. Crédito: Facebook
Romina Mondragón junto con su hermano Julián y su hija en Córdoba. Crédito: Facebook

En la sentencia, Parello indicó que utilizarían la técnica llamada ICSi, con los espermatozoides de Julián y los óvulos de una donante anónima. Todavía no hay una fecha programada para comenzar con el tratamiento, pero estiman iniciarlo este año.

Ya con una respuesta firme de la Justicia, los protagonistas de esta historia se animaron a contarlo al resto de sus familiares. “Mis papás están chochos. Teníamos miedo de decirles, pero nos dijeron que si estábamos de acuerdo los cuatro, ellos nos acompañaban”, expresó aliviada Romina.

Al estar tan familiarizada con la maternidad, ya sea propia y hasta ajena, sostuvo que no tiene miedo del proceso. Y recalcó que tiene muy en claro que ella gestará a su tan esperado sobrino. “Aunque debo admitir que estoy muy ansiosa”, concluyó emocionada.

(TN)

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