El polvo del desierto del Sahara llega a México por la Península de Yucatán

Se trata de una capa de aire seco y polvo que se forma sobre el desierto y se mueve hacia el Atlántico, viajando en la parte media de la atmósfera. La cantidad del polvo que ingresa al país azteca depende de la intensidad del viento y concentración de este sobre África.

Una nube de polvo del Sahara comenzó a llegar a la Península de Yucatán. En el transcurso de este fin de semana estará llegando al Sureste mexicano un extenso cúmulo de arena de este desierto, mismo que propicia ambiente brumoso y amaneceres y atardeceres pintados con colores naranjas y rojizos.

Pese a las grandes cantidades de polvo provenientes del Sahara que normalmente llegan a México, éste no representan un riesgo alto para la población.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), dependiente de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), informó que la nube de polvo se encuentra sobre el océano Atlántico, mar Caribe y en pocas cantidades en el golfo de México, cerca de la Península de Yucatán, de acuerdo con la imagen del satélite GOES 16, publicada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Las tormentas de arena y polvo constituyen fenómenos meteorológicos comunes en las regiones áridas y semiáridas. Las principales fuentes de estos polvos minerales son las regiones áridas de África septentrional, la península arábiga, Asia central y China.

La cantidad del polvo que ingresa al país azteca depende de la intensidad del viento y concentración de este sobre África; además, se ha observado que se incrementa por el fenómeno de «El Niño»; actualmente hay una fase débil del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur).

El fenómeno meteorológico conocido como Polvo del Sahara puede inhibir la formación de tormentas y huracanes en el Océano Atlántico, destacó el subgerente de pronóstico meteorológico de la Conagua, Miguel Ángel Gallegos Benítez.

El meteorólogo indicó que se trata de una capa de aire seco y polvo que se forma sobre el desierto y se mueve hacia el Atlántico, viajando en la parte media de la atmósfera, a una altura de entre unos 2.000 a 5.000 metros, donde hay humedad, la cual favorece la formación de ciclones tropicales.

«Si tenemos una capa de polvo seco en una buena parte del espesor de la atmósfera, eso calienta la atmósfera al tener partículas de polvo y genera una serie de inversiones térmicas que en realidad favorecen que las tormentas no se realicen, así como va en contra de que la lluvia pueda ocurrir», explicó.

El Polvo del Sahara puede tener así un efecto negativo sobre la formación de los ciclones, ya que el aire seco suprimiría las corrientes de aire ascendente y los vientos horizontales que transportan el polvo cambian significativamente la velocidad y la dirección del aire en la tormenta.

La vertiente Oriental y Sureste del país es donde comúnmente ingresa de forma directa el polvo, siendo la Sierra Madre Oriental una barrera natural para que atraviese al centro del territorio, por lo que sólo pequeñas concentraciones logran llegar. Una de las principales características o indicios del polvo africano es que el día se torna grisáceo, los atardeceres rojizos y hay escasa nubosidad.

La CNPC recomendó a la población acciones para minimizar los efectos de altas concentraciones de polvo en la salud, tales como evitar exponerse a las altas concentraciones de polvo, tomar resguardo durante estos eventos y cerrar todas las entradas de aire a los cuartos durante las tormentas.

Fuente Infobae

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