Iguazú en Concierto: la prensa nacional destaca el valor cultural que tiene uno de los festivales musicales más importantes del mundo

 

En épocas de Copa América, a orillas del río Iguazú hay un «Mundial», pero sin rondas eliminatorias ni perdedores. Sobran los Messi, genios en miniatura cuyos instrumentos -en muchos casos- pesan más que ellos. Desde hace 10 años aterrizan «selecciones», orquestas de niños y adolescentes que se presentan a cielo abierto para conmover a los misioneros. En la noche del jueves, en el Anfiteatro Ramón Ayala, casi tres mil personas aplaudieron a los «mini» embajadores de Brasil, Trinidad y Tobago y Paraguay. La ternura fue importada desde los Estados Unidos: un cuarteto de hermanos de California que apenas pasaba el metro de altura y conmovió con su madurez escénica.

 

Stars Aligned String Quartet. Bajo ese nombren se presentan los cuatro bajitos de entre 7 y 11 años que brillaron en el Iguazú en concierto. La familia ya es vitalicia del festival. Tercera vez que tocan aquí. Pasaron de trío a cuarteto en esta edición, cuando incorporaron al pequeño Colin. El talento en el ADN.

La jornada arrancó con un conjunto paraguayo de arpas. Recuerdos de Ypacaraí, Tren lechero y otras melodías traían postales de la república vecina gracias a esta agrupación (Arpas Encarnacenas), integrada por unos 20 músicos.

 

Entre termos, mates, perros y puestos de chipá, la intensidad fue subiendo y la desestructura, también. La alegría llegó de la mano de la orquesta de Trinidad y Tobago (Exodus Youth Steelband) formada por niños y jóvenes de entre 12 a 18 años. Tambores metálicos que generan un ritmo festivo que va paseando por temas de Bruno Mars y Adele.

 

Después, avanzó la alegría brasileña, que llevaba la firma de la Orquestra de Cordas Instituto GPA. Su Director Daniel Misiuk, fue protagonista de 300 presentaciones en su país, Brasil, América Latina, los Estados Unidos y Europa.

 

Tras una divertida puesta en escena casi escolar que incluyó varios acting con Freddie Mercury y Michael Jackson como iconos, los miembros de esta conjunto reivindicaron el Método Jaffé, que lleva el nombre de su creador.  Consiste en que los niños aprendan a tocar directamente en la orquesta y a través de clases y ensayos colectivos. Cada uno opta por un instrumento y desde la primera nota lo hacen en conjunto.

 

Maxi Trusso cerró la jornada y el pequeño mundo presente en Iguazú se fue agitado con su electrónica.

 

Iguazú en concierto finaliza hoy. Restan desfilar más camisetas y más prodigios. Los contingentes llegan al festival después de un proceso de selección y no defraudan. Lo mejor del talento infanto-juvenil, sin reality de por medio y con el anzuelo de las Cataratas.

 

 

 

Fuente: Clarín

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