Alumnos chinos usan dispositivos en sus cabezas que miden cuánta atención prestan en clase

 

En una primaria ya prueban equipos que registran la actividad neuronal de los estudiantes en tiempo real.

La foto es elocuente y pronto se viralizó en las redes sociales chinas. Se ve a unos 30 alumnos alineados en sus pupitres, con brazos cruzados y la mirada al frente. Y un detalle: un dispositivo negro, similar a una vincha, rodea cada una de sus cabezas y mide su actividad neuronal.

La escena de produjo en una de las escuelas más caras de Hangzhou, en la provincia china de Zhejiang. Las bandas negras que tienen en su cabeza están diseñadas para leer sus ondas cerebrales y, de ese modo, detectar cuán atentos están a lo que les dicen sus maestros.

Según informa el portal SupChina, BrainCo, una empresa que cuenta con el respaldo de la universidad estadounidense Harvard, es la encargada de producir los dispositivos. Los equipos tienen dos patas: por un lado, la vincha misma, el Focus 1, uno de los productos insignia de la compañía, que cuantifica los niveles de atención de los estudiantes. Por otro lado, ese equipo está conectado a un portal llamado Focus Edu, que permite que los docentes evalúen en tiempo real la performance de sus alumnos y la efectividad de sus métodos de enseñanza.

Las imágenes del portal muestran el propósito subyacente: establecer una competencia entre los alumnos. Como si fuera una carrera, las naves avanzan a medida que se eleva la actividad neuronal y, una vez que termina la clase, la pantalla arroja a los tres «ganadores», a los estudiantes con los puntajes más altos

El testeo, que tuvo lugar en la Escuela Experimental de Jiangnan, no es el único en China. De hecho, a principios de año, otra escuela primaria de la provincia de Zheijangintrodujo productos similares que se iluminaban con distintos colores de acuerdo al nivel de atención que dedicaban los chicos en clase.

Por ahora, los negocios de BrainCo parecen estar centrados en China. En 2017, la compañía recibió una inversión de fondos de riesgo chinos por USD 15 millones, que aceleró la optimización de sus productos.

Algunos países asiáticos, por su idiosincrasia ligada a la disciplina y al esfuerzo, podrían parecer los más proclives a recibir dispositivos que parecen más propios de una película distópica. Pero incluso allí se reproducen comentarios como: «Esto no me parece diferente a una escena de una película de terror» o «No veo felicidad en esas caras. Son seres humanos, no robots».

La noticia reinstala el debate sobre el transhumanismo en la educación, es decir, la incorporación de la máquina para potenciar el cerebro. Se plantea si es ético o no. Se discute también si viene a acortar desigualdades o a profundizarlas. El debate se creía que versaba sobre un futuro lejano, pero, como se ve, ese futuro se acerca a paso acelerado.

 

(Infobae)

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