En 20 años, Misiones logró reducir sustancialmente la tasa de mortalidad infantil

Según un reciente informe dado a conocer de los índices de mortalidad infantil en el país, Misiones es ejemplo en sostener en los últimos años un registro con disminución progresiva de atención a esta problemática. El último dato indica que en 2018, en la provincia se registró una tasa de 6.7 por cada mil niños nacidos vivos, lo que implicaría en promedio 160 niños en el año. En tanto, en 2017 el índice registrado fue de 7.9 por cada mil niños nacidos vivos. “Es un dato más que alentador, una merma sustancial muy importante y debe ser tomado con mucho orgullo por todos los misioneros, ya que es el resultado de las políticas públicas aplicadas para ello en estas últimas dos décadas”, dijo al respecto el ministro de Salud Pública, Walter Villalba.

 

Su parámetro, está basado en datos estadísticos, que en resumen indican que a fines de los 90 y principios de 2000, en Misiones los datos indicaban que se registraban 32 muertes por cada mil nacidos vivos, lo que en promedio implicaría cerca de 850 a 900 niños nacidos vivos que fallecían. “Hoy la reducción es sustancial, esta brecha fue disminuyendo y es el camino a seguir”, dijo el funcionario en la entrevista con Misiones Online. “En tres años y medio mantuvimos el índice de reducción de la mortalidad infantil en 3,5. Una mortalidad infantil récord, ya que lograr en 2018 el número de 6.7 por cada mil nacidos vivos nos pone en la vanguardia nacional y estamos muy por debajo de la media nacional y la mejor de todo el norte del país”, sostuvo.

 

Villalba, de profesión Médico Clínico, Médico Internista y Epidemiólogo, se desempeño varios años al servicio de la salud pública y fue parte del proceso de cambio de ambos lados del mostrador en lo que respecta a la planificación de las políticas de Estado del sistema de salud de la provincia. En la entrevista, se refirió a la exitosa evolución que presenta la niña Yarden Milagros Olivera, que nació con pretérmino a las 23 semanas de gestación y 550 gramos de pesos. Este es un caso que, a su criterio, es un claro reflejo y reconocimiento del profesionalismo, calidad de servicio y vocación que demuestran en conjunto el equipo de profesionales y personal del sector de Neonatología del hospital público en Posadas, principal centro de atención de alta complejidad en Misiones, y que forma parte de un gran engranaje que permiten algunos indicadores alentadores respecto a la reducción de la mortalidad infantil en la provincia, por ejemplo.

 

 

“Nosotros, como Ministerio de Salud Pública de Misiones, estamos muy orgullosos de lo que se ha logrado en el tiempo, y somos conscientes que nos falta aún mucho camino por recorrer, que tenemos debilidades en lo que respecta al fortalecimiento del Recurso Humano frente a la demanda que enfrentamos, pero estamos en la línea correcta y comprometidos en atacar ese aspecto también, en forma integral, como lo venimos haciendo. Misiones es una provincia que ha hecho muchísimo por mejorar su servicio de salud, y esta cifra que se dio a conocer recientemente de la disminución de la mortalidad infantil, en la que se registra un 6.7 por cada mil niños nacidos vivos en nuestra provincia en 2018 es más que alentador, ya que es el resultado de las políticas públicas aplicadas para ello. Es otro nivel, pasamos al primer mundo, aunque sostener ese registro no es una tarea sencilla, pero se puede y es un logro para celebrar entre todos los misioneros, porque el número va disminuyendo en forma progresiva desde hace varios años”, explicó.

En comparación con Buenos Aires, que probablemente es la provincia más rica del país, el informe reciente indicaba que en 2018 registraron la mortalidad infantil más baja de su historia, y es de 9.9 por cada mil niños nacidos vivos, lo que permite dimensionar la problemática en la gestión de la salud pública.

A fines de los años 90´ y principios de 2000, en Misiones se registraban 32 muertes por cada mil chicos que nacían vivos. “Eran alrededor de 880 a 900 chicos que morían por año. Por primera vez, y después de muchos años, logramos en la provincia reducir la tasa de mortalidad infantil, y apuntamos a fortalecer el trabajo para lograr disminuir la tasa de natalidad, principalmente de embarazos no deseados. El dato reciente nos indica que han fallecido en 2018, el número de 6.7 chicos por cada mil nacidos vivos, lo que implicaría que 160 chicos aún se mueren. Pero se logró que, de una mortalidad infantil de casi 900 niños por año hace 20 años atrás, hoy se redujera la brecha a 160 chicos”, analizó el ministro.

“Esto marca una mejora para una cantidad de familias misioneras que pueden cerrar un círculo virtuoso, de trascender como familia, y no estar lamentando la muerte de un chico, una situación que cuando se atraviesa es algo doloroso, que nunca más se va en la vida de las personas”, reflexionó Villalba.

Por otra parte, este registro es importante frente a organizaciones de nivel internacional que miden la calidad de atención del sistema sanitario del Estado provincial. “Esto es para nosotros otro gran orgullo”, expresó el ministro de Salud.

Si bien el funcionario admitió que es una cifra difícil de mantener, dijo que “la curva viene en descenso y seguramente podremos mejorar fortaleciendo las políticas de prevención que se llevan adelante, a partir de la incorporación de más recurso humano que es fundamental, y en educación sexual integral, de manera que los jóvenes de las nuevas generaciones entiendan esto. Y que también se movilicen en una elección que los lleva a formarse como futuros profesionales de la Salud, en las nuevas especialidades médicas como Neonatología, Pediatría, Obstetricia y Ginecología que tanta falta hace en la provincia, y hoy no son especialidades que no abundan en recursos humanos”, convocó el funcionario.

Otro factor que consideró favorece este índice es la mejora en la atención de alta complejidad que se logró en el sistema de salud, frente a las complicaciones que habitualmente puede tener un chico pretérmino y la mamá con un embarazo de alto riesgo; la implementación del sistema de programación por regionalización de los nacimientos, una gestión que costó mucho, pero que hace que en la actualidad existan 8 maternidades seguras en la provincia. “Esto en parte hace que otros municipios, que no tienen este nivel de hospital se enojen porque deben derivar sus nacimientos a los hospitales con maternidades seguras, pero por el momento es la única forma de asistir con calidad y pericia médica a la mamá o su bebé, ya que si ocurriera alguna complicación, tienen la garantía del servicio de salud y de están en un lugar en condiciones de ser atendidas para la situación que se presente”, precisó el ministro.

“Tanto el parto como el embarazo son partes de la vida, pero tienen enfermedades asociadas y hay un pequeño porcentaje de complicación. Por ejemplo, si uno está en la localidad de San Antonio, y tiene una hemorragia postparto, no tiene tiempo de llegar a Eldorado en una situación de emergencia. Una hora es la vida de la mamá. No hay tiempo. Con la programación de los nacimientos en forma regionalizada por Hospitales de zona, se evitaron muchas complicaciones y reciben una atención adecuada, de primer nivel”, aseveró Villalba.

Atención clínica y humanizada

Otro proceso que hace al diferencial de la atención de salud en el caso de embarazos con nacimientos prematuros, es un protocolo más humanizado que aplican en Neonatología, en línea con el parto humanizado y paternidad segura, en que permiten desde el año 2010 el ingreso y contacto de los padres con su bebé en la Terapia Intensiva.

En general, se estila que las visitas a un paciente en terapia intensiva en los hospitales sean de 30 minutos, dos veces en el día, pero en Misiones en el sector de Neonatología se abrió las puertas para que la mamá y el papá tengan acceso todo el día para estimular el desarrollo de su bebé prematuro internado. “Si puede dormir allí, mejor. Se les enseña a cambiar y alimentar a su bebé con la leche materna, más allá que sea por sonda, recibe la leche de la mamá. El vínculo familiar en este proceso es igual de importante como la medicina y la atención pediátrica”, remarcó Villalba.

También, en este contexto, valoró la vocación de servicio del personal de área, que «muchas veces ante la imposibilidad de la presencia de un familiar hacen de «mamá sustituta», la verdad que hay todo un esfuerzo personal detrás de todo esto, donde el equipo de salud sufre con las familias, se encariñan con esos chicos que pasan varios meses en incubadora, o cuidados intensivos, y también le dedican más horas de las que se les reconoce, por su propio compromiso y vocación», sostuvo el ministro.

De esta forma, remarcó la importancia de la mamá o el papá en estas circunstancias. “Cuando uno se apoya en la panza de una mujer embarazada, lo que se escucha es el latido del corazón de esa mamá. Por lo tanto, cuando nace en neonato pretérmino, sufre un estrés muy importante. Sale de un ámbito de 37 grados estable, lindo, calentito, de protección absoluta, y pasa abruptamente a un terreno hostil. Por ello, la forma más parecida a estar en un lugar similar al vientre de la madre es mantenerse el mayor tiempo posible pegado al pecho de la madre. Eso es insustituible, irreemplazable. No hay manera de reemplazar eso, la evolución de un chico prematuro dependen de muchos factores, es una atención especializada pero también integral, donde la familia tiene un rol muy importante”, concluyó el ministro.

En el sistema de salud de la provincia rige Ley de Seguimiento del Niño o Niña en Riesgo, que protege a los bebes nacidos pretérmino con la asistencia de especialistas que se requiera en el proceso de evolución de su desarrollo neurológico y cognitivo, y un seguimiento específico hasta el año de vida, con un monitoreo hasta los 6 años de edad. Todo bajo la supervisión del trabajo clínico del equipo de Neonatología del Parque de la Salud.

 

 

 

 

 

Por Patricia Escobar 

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