A 10 años del incendio de una guardería en México, los padres de los 49 niños muertos siguen pidiendo justicia

 

Este miércoles se cumple una década del incendio en la guardería «ABC» de la ciudad mexicana de Hermosillo, en el que murieron 49 niños y un centenar resultaron heridos, muchos de ellos con graves quemaduras.

 

«En la cuestión emocional sigue siendo muy cansado, muy pesado. Sigue doliendo mucho y eso no va a cambiar. Es un dolor para toda la vida, solo que aprendes a sobrellevarlo», expresa a BBC Mundo Duarte, quien perdió en la tragedia a su hijo único, Andrés Alonso. «Era un niño muy feliz, muy inteligente, muy amado. Lo sigue siendo», dice sobre su pequeño.

 

«Nuestra vida era para él, todo era para él. Y de repente te quedas con los brazos vacíos. Eso a nosotros como matrimonios nos llevó a tener muchos problemas emocionales, en la salud emocional y física. Todavía seguimos con secuelas respecto a esto», añade.

 

Para los padres de las víctimas, la llegada de López Obrador al gobierno ha significado una posibilidad de que puedan obtener la justicia que piden, pero Duarte dice que hasta ahora no ha habido respuestas.

 

«Están callados, no hay nada que nos digan. Lo que hemos sentido es que le están restando importancia al caso de la guardería ABC», señala.

 

BBC Mundo contactó a la Secretaría de Gobernación para buscar un comentario, pero no hubo respuesta este martes.

 

Duarte enfatiza que el reclamo de justicia sigue siendo «que paguen los responsables», que haya «garantía de no repetición» de un caso así; la aplicación de la ley «5 de junio» sobre regulación de guarderías y estancias infantiles, y la «reparación integral del daño» a las víctimas.

 

«Se terminaron los sueños de mi hijo y los sueños de nosotros con él. Es algo que jamás jamás se va a poder reparar. Y eso es lo que debería tener muy claro el gobierno», dice Duarte.

 

Sin sentencia definitiva

 

En los diez años transcurridos la justicia mexicana no ha dictado una sentencia definitiva en contra de los responsables de la tragedia. Todos los involucrados en procesos judiciales, tanto los responsables del centro como los funcionarios públicos vinculados al caso, se encuentran en libertad.

 

«En cuestión de justicia, es demasiado tiempo. Son 10 años. Seguimos todavía empujando como padres para que llegue la justicia. Las autoridades todavía siguen siendo indiferentes, omisas, no resuelven», dice Duarte.

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene en su lista de pendientes una resolución sobre las sentencias emitidas por jueces y tribunales inferiores.

 

El 5 de junio de 2009 en la guardería «ABC» de Hermosillo, la capital de Sonora (norte de México), había decenas de menores de entre 5 meses y 5 años de edad. El centro infantil privado, financiado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del gobierno federal, tenía una matrícula de 176 menores que estaban a cargo de una plantilla de 41 empleados. El edificio estaba habilitado en una de varias naves industriales ubicadas en el sur de la ciudad.

 

A un costado de la guardería, literalmente pared contra pared, había una bodega de archivos de la Secretaría de Hacienda del gobierno de Sonora. Eran poco antes de las 3 de la tarde cuando se desató un incendio en esa bodega, el cual se alimentó de las toneladas de papel almacenado, así como de materiales inflamables y tóxicos (como un aislamiento de espuma de poliuretano), según una investigación de la Suprema Corte llevada a cabo en 2009.

 

La guardería y la bodega estaban conectadas en el techo, lo que llevó rápidamente el fuego y el humo tóxico hacia las distintas áreas en donde estaban los niños.

 

«El incendio progresó en condiciones de combustión súbita generalizada (flashover), con lo cual se vinieron abajo tanto las losetas del cielo raso de las salas, como el toldo plástico que había comenzado a arder —lo que fue descrito por los testigos como una lluvia de fuego—, de manera que en poco tiempo las instalaciones se llenaron de calor y de humo denso y tóxico», describe el informe de la SCJN.

 

Cuando se inició el incendio, los niños se encontraban en la hora de la siesta.

 

Una parte del personal de cuidados había concluido su horario a las 2:45 de la tarde, mientras que otros estaban en su hora de comida. Las investigaciones determinaron que en elmomento en el que se inició la emergencia solo había 14 empleados a cargo del cuidado de los niños.

 

Hubo un llamado de alerta para que los empleados que estaban en su descanso ayudaran en la evacuación, pero había entre 8 y 10 niños por cada adulto, según la SCJN.

 

«Las maestras jamás habían realizado un simulacroa la hora en que los niños dormían, de manera que no estaban capacitadas para enfrentar una situación de la magnitud que se vivía», dice la investigación.

 

Los bomberos llegaron 9 minutos después de la primera llamada. Los vecinos y personas en que se encontraban en los alrededores del centro empezaron a abrir boquetes en las paredes -incluso con vehículos- ya que no había salidas de emergencia suficientes, y las que había estaban inhabilitadas.

 

La investigación indica que la evacuación de los niños se prolongó a lo largo de 30 minutos. El «caos» marcó las labores de rescate y las autoridades se vieron «rebasadas» por la emergencia

 

Fuente: BBC Mundo

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