Día de la Maestra Jardinera: ¿Qué se necesita para educar durante el Nivel Inicial?

Cada 28 de mayo se celebra esta fecha en Argentina, en memoria de Rosario Vera Peñaloza, quien fundó el primer jardín de infantes en el país.

 

Peñaloza fue una mujer inquieta. Nacida el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo riojano de Atiles, estudió dibujo, tejido de telares, corte, confección, artes decorativas y trabajo manual. Cursó sus estudios en San Juan y Paraná, donde se recibió con el título de Superior de Enseñanza en 1894.

 

Fue en 1900 cuando fundó el primer jardín de infantes argentino, como anexo a la Escuela Normal de La Rioja. Después trasladó la misma experiencia a Córdoba, Buenos Aires y Paraná.

 

Desde ese momento comenzó a estudiar planes y desarrolló programas de educación preescolar. Así quedó establecido el primer modelo del jardín que, luego de profundas modificaciones, se extendió hasta nuestros días.

 

Rosario viajó por diferentes provincias argentinas, dando cursos y compartiendo aprendizajes. Sus principales postulados educativos fueron: la actividad creadora, el conocimiento a través del juego y la exploración. También valoró la expresión oral a través de la narración creativa de los niños y, sobre todo, el rol de la literatura infantil.

 

¿Qué se necesita para llevar adelante la enseñanza en los jardines de infantes?

 

Desarrollar esta profesión no es nada sencillo. Requiere mucho esfuerzo, preparación y sobre todo una férrea vocación. Para nadie es un secreto que los niños pueden ser inquietos, rebeldes e impredecibles por lo que muchas veces las competencias profesionales no bastan.

Aún así una maestra infantil debe ser capaz de mantener a los niños en un ambiente seguro y divertido donde se puedan expresar abiertamente de manera creativa, hacer amistades y adaptarse a estar sin sus padres. Por eso es esencial contar con algunas cualidades personales vitales para desempeñar un buen trabajo con niños.

 

Tres cualidades que no deben faltar en una maestra infantil

 

1. Inteligencia emocional

 

Ser una buena maestra jardinera requiere niveles extraordinarios de paciencia, motivación, creatividad y, sobre todo, amor por los niños. Pero también implica entender las necesidades de los niños y la de sus padres, y contar con las herramientas emocionales adecuadas para manejar todo tipo de situaciones.

Una maestra infantil debe conocer, aceptar y comprender que los niños se desarrollan y aprenden a ritmos diferentes, por lo que debe tener un trato especial con cada uno. Por supuesto, también debe tener destrezas comunicativas y ser empática y asertiva, no solo lo necesitará con los niños sino también con los padres.

 

2. Habilidades en el manejo de la clase

 

El manejo de una clase de niños pequeños puede ser un gran desafío para cualquier persona. Una maestra jardinera debe saber cómo hacerlo ganándose el respeto de los niños pero sin asustarlos. Básicamente, debe convertirse en su amiga pero también debe representar la figura de autoridad en ausencia de sus padres.

Debe ser capaz de controlar una clase cuando se desarrollan las actividades educativas y también cuando los niños se divierten. De hecho, tiene que saber cómo mantener la organización, la planificación y la disciplina incluso en los momentos más difíciles. Pero también deberá tener estrategias para crear un ambiente acogedor y motivador en el que los niños puedan aprender divirtiéndose.

 

3. Dedicación, motivación y empeño

 

Para convertirse en una maestra infantil es crucial conocer y tener vocación por esta profesión. También es vital preocuparse por el desarrollo, el aprendizaje y el bienestar de cada niño y de toda la clase en general. De hecho, es un oficio que requiere mucho empeño y motivación ya que enseñar a los pequeños puede llegar a ser agotador y estresante.

Además, implica mucha dedicación y tiempo para trabajar con los pequeños y llegar a conocerlos y educarlos. Pero, sobre todo, es imprescindible esforzarse en cada tarea para dar lo mejor de sí, incluso cuando los ánimos y las fuerzas comienzan a ceder.