“A Maduro lo vi con muchas dudas de poder llegar a elecciones libres”, dijo el viceministro de relaciones exteriores de Italia

El aire de esperanza que hubo durante la última semana y que auspiciaba un acuerdo que permitiera convocar a elecciones libres en Venezuela se volvió a enturbiar. Ricardo Merlo, viceministro de relaciones exteriores de Italia, integró una misión europea en Caracas donde se reunió con Nicolás Maduro. El líder chavista les habló de lo bien que está el país.

Una misión del Grupo de Contacto internacional respaldado por la Unión Europea se reunió este jueves y viernes con los más altos dirigentes del chavismo y de la oposición para sondear esta posibilidad. El resultado fue adverso, particularmente por la rígida posición de Nicolás Maduro y de la cúpula de gobierno.

“A Juan Guaidó, a Henrique Capriles y a otros dirigentes de la oposición los vi dispuestos a encarar una apertura democrática, inclusive aceptando la renovación del Parlamento. Pero a Maduro lo vi con muchas dudas de poder llegar a elecciones libres”, dijo Ricardo Merlo a Clarín, uno de los integrantes de la delegación.

El grupo de contacto está conformado por España, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, Suecia, el Reino Unido, Costa Rica, Uruguay, Ecuador y Bolivia. Si bien es crítico de las políticas aplicadas por Maduro, busca facilitar un acuerdo negociado para permitir elecciones lo antes posible.

De hecho, por su posición mediadora, tiene acceso a todos los sectores relevantes de Venezuela. Se los considera mucho más moderados que el Grupo de Lima, e insisten en una “solución pacífica y democrática en manos de los venezolanos”. Pese a esta postura complaciente, la misión de esta semana no fue como se esperaba y el grupo se sintió desanimado. Emitieron un comunicado conjunto diplomático a través del cual intentaron quedar bien con ambos bandos.

“Todos los interlocutores expresaron su aprecio por los esfuerzos del grupo de contacto y animaron a que continuara su compromiso”, dice el comunicado, sin explicar nada.

Maduro, en lo que fueron los 30 minutos de reunión, empezó calificando de “fascista” al dirigente opositor Leopoldo López, quien se encontraba detenido y fue liberado por el jefe de los servicios de Inteligencia (SEBIN) que se rebeló contra la cúpula de gobierno. Luego calificó a Gauidó como “un neofascista”. Pero lo que más sorpresa le causó a la misión diplomática fue que se definió a sí mismo como “centro moderado”.

El monólogo de Maduro continuó con una optima descripción de Venezuela, elogiando al país y a los logros “de la revolución”, para finalizar advirtiendo que Estados Unidos estaba preparando una invasión y que el chavismo iba a resistir. Sobre los enviados europeos, en tanto, sostuvo que el gobierno cuenta con dos millones de milicianos armados para defenderse.

Fuente: Clarín

 

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