Con un renunciamiento a medias Cristina sacudió la escena política nacional

Cristina volvió a dejar el off side a todos sus exégetas. A una semana de su multitudinaria reaparición pública en la Feria del Libro, a días de su irrupción en la casa del PJ para hablar de “un frente electoral amplio”, cuando todo parecía indicar que finalmente iba a formalizar su candidatura, se terminó bajando, pero sólo un peldaño. A través de un video publicado en Twitter sorprendió a propios y extraños al anunciar que integraría una fórmula presidencial encabezada por Alberto Fernández, quien ni siquiera estaba presente al momento del anuncio.

 

La inesperada jugada de la expresidente terminó copando la atención en una semana signada por forcejeos internos dentro de Cambiemos, alianza que no consigue consolidar la candidatura de Macri, negociaciones a tres y cuatro bandas dentro de la oposición, las habituales malas noticias que deja la economía y una confusa intervención de la Corte Suprema que por un momento amenazó el inicio del juicio oral de la causa de “la obra pública”.

 

Todo lo antedicho quedó en segundo plano el sábado. De un plumazo, la jefa de la oposición puso en carrera a un candidato que no estaba en los planes de nadie, ni siquiera de las encuestadoras, provocó la deserción de dos aspirantes menores a ocupar el sillón de Rivadavia  –Rossi y Solá- y puso a todos los demás a recalcular sus estrategias.

 

Con su renunciamiento a medias, Cristina demostró que mantiene intacta su capacidad de sorprender y de incomodar a sus opositores, sin embargo sólo con eso no se ganan elecciones.

 

La primera lectura es que la expresidente busca abrir caminos de negociación al poner al frente de la fórmula a un hombre al que todos ven como un conciliador que no reniega de los mercados –supo compartir boleta con Domingo Cavallo- y que tiene abiertos muchos canales que están cerrados para la propia senadora. La opción por el peronismo unificado ya demostró su efectividad en las elecciones provinciales que se sucedieron este año y Fernández es mucho más potable que Cristina para ejecutar esa receta.

 

En el plano estrictamente electoral es un intento por sumar al votante que está desencantado con Macri pero no siente afinidad con el kirchnerismo duro, sabiendo de antemano que el voto K está garantizado aunque el candidato no guste demasiado.

 

Otro efecto buscado al ungir a un dirigente que durante más de diez años fue crítico de la gestión de Cristina, es mostrar una cuota de autocrítica sin necesidad de verbalizarla y presentar una opción electoral con algún grado de novedad, algo que no sea interpretado como “más de lo mismo”.  La dificultad que encuentra esta estrategia es que, por su propio peso específico, la presencia de Cristina ya sea como compañera de fórmula o como concejal suplente de La Matanza, es un foco de atención tan grande que amenaza con convertir en una figura decorativa al candidato presidencial, lo que volvería inútil toda la jugada.

 

A menos de tres meses de las PASO, el éxito de esta estrategia dependerá en gran medida de cuánto pueda consolidar su candidatura Alberto Fernández. La tarea no es menor teniendo en cuenta que hasta ayer nadie lo tenía en cuenta como posible presidente. Desde Cambiemos ya hablan de un “candidato títere”, idea que se afianzará mientras el exministro de Néstor no consiga convencer de que está a la altura del desafío de conducir al país.

 

Si bien el anuncio de la fórmula Fernández – Fernández provocó sorpresa en las filas del macrismo, hasta ahora no parece haber cambios en la estrategia de confrontar contra Cristina independientemente del lugar que ocupe en la boleta. Lo dejó en claro el propio presidente quien planteó “volver al pasado sería autodestruirnos” y Alejandro Finocchiaro, ministro de Educación y candidato a Intendente de la Matanza que consideró que “si Cristina está en la fórmula, es la candidata”.

 

Algunos de los tantos exégetas de Cristina advierten que la expresidente podría incluso bajarse de su candidatura de segundo plano y ofrecerla como prenda de cambio en alguna negociación con otro espacio –todos apuntan a Massa que hasta ahora se mantiene firme en su propia candidatura- lo que terminaría de desarticular la estrategia de campaña de Cambiemos. “Puede darse ese lujo, le quedan cuatro años de banca en el Senado”, remarcan.

 

Cualquiera sea el caso, el renovado protagonismo de la viuda de Kirchner fue recibido como maná del cielo por la alianza gobernante, enfrascada en su propio laberinto interno y con notorias dificultades para llevar adelante la gestión.

 

La debilidad del presidente no es solo aprovechada por la oposición, sino también por sus socios radicales que insisten con sus reclamos a pesar de las rotundas negativas que Marcos Peña se empeña en repetir. Mientras el “círculo rojo” del PRO pretende mantener el status quo, los radicales tienen ideas propias. Algunos como Alfonsín quieren soltarle la mano a Macri y colgarse de las pantuflas de Lavagna, otros exigen competir en internas con un candidato propio; los más temerosos de perder en octubre piden “ampliar la alianza” con la esperanza de sumar votos y -finalmente- también hay radicales que están cómodos al calor del poder pero aprovechan el momento de debilidad del presidente para negociar una mayor porción de la torta de los cargos.

 

El que más ruido hizo esta semana fue el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, que no solo cometió la afrenta de pedir internas sino que también puso en duda la candidatura presidencial de Macri. “No hay que descartar que Macri no sea candidato, creo que tenemos que estar abiertos a todas las posibilidades”, dijo. Sectores del empresariado que no ven con buenos ojos el crecimiento de Cristina en las encuestas siguen presionando para que la candidata sea Eugenia Vidal, que mide mejor que el presidente en todas las encuestas.

 

El panorama para los radicales debería aclararse el 27 de mayo, cuando se realice la convención nacional de ese partido que deberá ratificar la pertenencia a Cambiemos o salir de  la alianza. Todo parece indicar que los rebeldes como Alfonsín y Storani no tienen los votos suficientes para romper. Lo más probable es que la convención termine confirmando la alianza pero también emitiendo un comunicado más o menos crítico. Muchos radicales de la vieja guardia creen ver detrás de la asonada radical la mano del histórico “monje gris” Ernesto “Coti” Nosiglia. “Lo conocemos bien, alienta el quilombo para después sentarse a negociar la paz”, comentó un viejo dirigente de la Lista Verde.

 

En Alternativa Federal, el triunfante gobernador de Córdoba y gran armador de ese espacio, Juan Schiaretti, convocó a los presidenciables Massa, Urtubey y Pichetto, al socialista santafesino Miguel Lifschitz y a Margarita Stolbizer con el objetivo de ampliar la base de sustentación de ese frente, con la expectativa de sumar más adelante a los radicales desencantados.

 

La convocatoria también está abierta para Roberto Lavagna, pero ya le dejaron en claro que si pretende ser candidato dentro de ese espacio deberá ganarse ese derecho a fuerza de votos en las PASO, trámite que el exministro de economía pretende eludir.

 

Inflación para rato

 

El INDEC dio a conocer esta semana que la inflación de abril fue de 3,4% respecto a marzo y de 55,8% en los últimos 12 meses. El número anual de Argentina multiplica por 15 al promedio de la región y es superado solamente por Venezuela. El número de abril muestra una mejora respecto al de marzo, lo que llevó a los economistas de cabecera del Gobierno (Sica, Dujovne y Sandleris) a pronosticar una reducción progresiva del índice.

 

Analistas independientes no concuerdan con el optimismo oficial y advierten que nada permite avizorar una baja significativa de la inflación y por el contrario, lo más probable es que el dólar dé un nuevo salto y eso impacte en los precios.

 

En declaraciones a medios porteños, el analista financiero Christian Buteler consideró prematuro hablar de un cambio de tendencia inflacionaria. “Algunos ya sostienen que está bajando en forma generalizada y me parece un error que ha cometido muchas veces el Gobierno. Si uno mira los últimos dos años, esto ocurrió muchas veces, pero después retomó la suba”, dijo.

 

El economista Agustín DAttellis señaló que la baja en la inflación podría mantenerse en el corto plazo, pero advirtió que el dólar mantiene una tendencia alcista que tarde o temprano hará subir los precios.

 

Un informe de la consultora Economía & Regiones difundido la semana pasada coincide con el análisis de DAttellis. Sostiene que la inflación podrá seguir bajando “un poco” durante “un par de meses” pero “más adelante en el tiempo, el dólar volverá a saltar y (más tarde) la inflación se acelerará nuevamente”, señala el reporte.

 

Desde esa consultora anticipan que el aumento del IPC de este año será todavía mayor que el del año pasado. “Es prácticamente imposible que la inflación baje a 2,5% mensual y se quede ahí hasta fin de año, que es lo que se necesita para que la inflación de 2019 pueda ser más baja que la de 2018”, sostiene.

 

Los analistas de E&R consideran que el tipo de cambio está contenido artificialmente con venta de dólares y advierten que esa política será insostenible cuando las divisas comiencen a faltar. “Cuantos más dólares se pierdan para mantener más tiempo artificialmente el dólar estable, más fuerte será el salto posterior, con lo cual lo que pueda bajar la inflación en el corto plazo, quedará más que compensado con un salto mayor más adelante (primero) del dólar y (luego) de la inflación más adelante en el tiempo”, dijo.

 

Oasis para las inversiones

 

A pesar del entorno inhóspito que presenta el contexto económico argentino para los inversores que pretendan hacer algo distinto a especular, en Misiones el sector privado sigue concretando proyectos que en muchos casos involucran desembolsos millonarios. El turismo es uno de los sectores que sigue demostrando capacidad para traccionar a la economía, en buena medida gracias al enorme potencial que se abrió para el destino Cataratas a partir de su elección como maravilla natural del mundo.

 

Esta semana se inauguró en la ciudad del norte misionero el hotel O2, un cuatro estrellas con 88 habitaciones construido por la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Propiedad Horizontal (FATERYH), de acuerdo a los estándares internacionales más exigentes en materia de cuidado del medio ambiente.

 

A las inversiones en hotelería que son moneda corriente en Iguazú se suman otras en industria, un sector que a escala nacional atraviesa un período de salvaje contracción, como las que llegaron el año pasado al Parque Industrial de Posadas o la más reciente de la Cooperativa de Citricultores de Misiones que amplió su línea de producción de jugos para abastecer a Coca Cola y además proyecta una planta de generación de energía a partir del aprovechamiento de la biomasa.

 

Calma política

 

La relativa situación de normalidad que supo conservar Misiones en el plano de la economía ante un contexto nacional en pleno derrumbe es uno de los factores que redujo a casi nada la incertidumbre política de cara a las elecciones provinciales del 2 de junio.

 

Ni las peleas internas de Cambiemos, ni las sorpresas que pueda aportar Cristina, ni las marchas y contramarchas dentro de la oposición no K mueven las aguas de la política provincial.

 

A dos semanas de las elecciones, hasta los opositores al Gobierno provincial reconocen por lo bajo que en Misiones no hay condiciones para que la continuidad del Frente Renovador en la conducción de la provincia se vea amenazada. Desde Cambiemos admiten que la suerte de esa alianza en la provincia estaba atada a los resultados de la gestión de Macri a escala nacional, que estuvieron lejos de ser buenos.

 

A la vista de los resultados de la gestión presidencial, no es extraño que los números que manejan las encuestadoras anticipen un triunfo del oficialismo por amplio margen. Algunos dentro de la renovación se animan a pronosticar que la oposición se repartirá menos de un tercio de los votos.

 

Con las elecciones provinciales prácticamente resueltas a favor de la fórmula compuesta por Oscar Herrera Ahuad y Carlos Arce, la incertidumbre electoral se reduce a lo que pueda pasar en algunos municipios en los que Cambiemos o el Frente Pays hicieron buenas elecciones en 2017.

 

El espacio que lidera Héctor “Cacho” Bárbaro apuesta todas sus fichas a los municipios del Alto Uruguay con alta incidencia del sector tabacalero, donde ese espacio supo construir su capital político. San Vicente y Pozo Azul son dos de los municipios a los que apunta el Pays.

 

Por el lado de Juntos por el Cambio (Cambiemos más Puerta) las expectativas están puestas en Puerto Iguazú, Eldorado y Posadas. Los resultados en esos municipios en las últimas elecciones justifican una lectura optimista por parte de esta fuerza política, sin embargo el deterioro que sufrió la imagen del presidente y la marca Cambiemos en los dos años que pasaron de aquella elección, sin dudas se hará sentir en las urnas también en esos lugares.

 

En el caso puntual de Posadas, la alianza con Puerta es otro factor que podría incidir negativamente, especialmente en el electorado que se identifica con el radicalismo y no conserva un buen recuerdo del paso del apostoleño por la gobernación.

 

En ese espacio ya hay preocupación por la negociación de las candidaturas de cara a las elecciones de octubre, cuando en Misiones se elegirán diputados nacionales. Fuera de competencia por la gobernación, la cabeza de la lista de legisladores nacionales es el lugar más atractivo al que puede aspirar un candidato de Juntos por el Cambio en todas las elecciones que se realizarán este año. De hecho, todo indica que quien ocupe ese lugar será el único candidato de Juntos por el Cambio con aspiraciones reales a quedarse con una banca nacional.

 

Un lugar para repartir entre tres socios es presagio de conflicto. Desde el PRO impulsan la candidatura del exdiputado y coordinador del Ministerio del Interior, Alfredo Schiavoni, quien puede acreditar a su favor ser uno de los pocos dirigentes de ese espacio político que recorre la provincia haya o no haya campaña. Por el lado de los radicales, satisfechos con el armado de la lista de diputados provinciales, a priori no habría mayores objeciones, pero eso podría cambiar si no consiguieran los resultados que esperan en junio, cuando una mala elección podría avivar internas.

 

Desde algunos sectores del PRO misionero miran de costado al puertismo. Temen que Ramón se valga de su bien conocida cercanía con el presidente Macri para hacerle un lugar a su hijo Pedro en la lista de octubre y que ese lugar sea justamente al que todos aspiran, el primero. “Hay que ver cómo juega Pedrito, Ramón estará un poco más viejo, pero seguro que no perdió las mañas”, advertía un dirigente amarillo mientras mateaba en la sede de la calle Troazzi.

 

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