Lydia Galbally, de 41 años, sobrevivió después de estar 11 días en coma. El error en el diagnóstico dilató su tratamiento y sufrió gangrena en sus extremidades. Su familia está recaudando fondos para comprarle prótesis.
Por un error en el diagnóstico médico, la vida de Lydia Galbally dio un giro de 180 grados. Los profesionales habían pensado que la mujer, de 41 años, tenía un cuadro asmático. Pero, en realidad, tenía una septicemia generalizada. Al dilatar su tratamiento, la infección se expandió por sus extremidades y tuvieron que amputarle sus piernas, su mano derecha y los dedos de la izquierda.
Según relató el medio local The Sun, los primeros síntomas que tuvo la paciente fueron tos y dificultades para respirar. Las personas que la atendieron sospechaban que era complicación pulmonar leve.
El marido de Lydia está recaudando fondos para sus prótesis. Crédito: GoFundMe de Lydia Galbally
Sin embargo, su cuadro empeoró drásticamente: la mujer tenía sepsis, tuberculosis pulmonar y neumonía aguda. De urgencia, la tuvieron que trasladar a un hospital. Ya era demasiado tarde. Al extenderse la infección por su cuerpo, Lydia tenía gangrena en las manos, los pies y la punta de la nariz.
Contra todo pronóstico, la mujer -que tiene dos hijos junto a su marido Dan- logró sobrevivir después de estar 11 días en coma. Aunque los cirujanos se vieron obligados a amputarle las extremidades afectadas.
Tras estar ocho semanas aislada en el hospital Royal Papworth, en Cambridge, volvió a su casa. Ahora deberá comenzar su tratamiento de rehabilitación para acostumbrarse a su nueva vida.
Su esposo compartió su caso en Internet para recaudar fondos para sus prótesis. «A pesar de los eventos traumáticos y devastadores, para mí es importante poder decirles que Lydia fue increíblemente valiente y extraordinariamente fuerte ante todo», escribió emocionado ante la catarata de mensajes de apoyo.
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