Antes de realizar sus compras, argentinos frecuentan entre tres y cuatro canales

Comprar en Argentina es una tarea  titánica y de a tiempo completo. Según dos estudios recientes, cada vez son más los canales que los argentinos frecuentan —entre tres y cuatro en promedio— para hacer sus compras de rutina.
Un informe de BBC Mundo sostuvo que aunque la diversificación de la compra es una tendencia global, las constantes crisis económicas en Argentina ha llevado la práctica a niveles que no se suelen ver en otros países.

Según expertos el formato de la promoción, por ejemplo, existe en todas partes, pero acá se lleva a otro nivel: te dan cupones, te asignan días, te regalan tarjetas de afiliación, te entregan un folleto del tamaño de un periódico. Y prometen: 2×1, cuotas sin interés, 70% de descuento en el segundo producto.
El 90% de los argentinos, según encuestas, aseguran que usan los mecanismos de promociones ofrecidos por los comercios. El doble de lo que ocurre en EE.UU., país pionero en estos esquemas.

Debido a que Argentina ha tenido una alta inflación casi todo el tiempo desde los años 30, las tácticas de la gente para comprar al precio más bajo han desarrollado una arraigada cultura del rebusque. Y en tiempos de crisis como ahora, con una inflación que supera el 50% , según cifras oficiales, esa cultura toma vuelo y se instala en la psiquis de cada argentino.

¿Realmente existe la compra inteligente?

El 95% de los argentinos dijo recientemente que va a regular sus compras por la crisis, según Trendsity, un centro de estudios de tendencias y mercados. Su directora, la psicóloga Mariela Mociulsky, asegura que «al tener la necesidad de regular los consumos, se genera la ilusión de la compra inteligente».
«Dedicarle tiempo y esfuerzo a encontrar el mejor precio ya es una fuente importante de angustia«, le explica Mociulsky a BBC Mundo. Los precios cambian tanto que el mismo producto se puede encontrar a costos muy disímiles según el lugar.
«Pero imaginate lo que es cuando el comprador se da cuenta, después de hacer la compra, que se metió en una promoción engañosa o que podía conseguir la leche a mejor precio en otro lugar», añade.
Mociulsky indica que la mayoría de los argentinos, según sus estudios, se califican a sí mismos como de clase media, no importa si son de alta o de baja. «Eso hace que sus estándares de consumo sean relativamente altos», asegura.
Y aunque Argentina llegó a tener una amplia clase media en la primera mitad del siglo XX, la pobreza y la desigualdad han aumentado durante las últimas cuatro décadas, dominadas por la inflación, las devaluaciones y la incertidumbre económica.

La ilusión de ser de clase media, sin embargo, se mantiene. Y con ello la voluntad de no perder ciertas costumbres que se intentan mantener a través del rebusque.
Pero esa idea de oportunismo a veces genera una ilusión de que se esta comprando al mejor precio: «Una de compra inteligente», en palabras de Mociulsky.

 

Fuente: BBC Mundo

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