Según estudio de la OIT Argentina, sólo 5 de cada 10 mujeres participan del empleo y en promedio ganan un 25 % menos que los varones por la misma tarea

“Un 75% del trabajo doméstico se desarrolla en negro en el país, entre otras diferencias significativas que marcan la brecha entre hombres y mujeres en el mercado laboral, como ser menor remuneración a igual tarea, falta de acceso a cargos ejecutivos, violencia, acoso y empleo en negro”, indicó Pedro Américo Furtado de Oliveira, presidente de la Organización Internacional del Trabajo en el país.

La Organización Internacional del Trabajo ( OIT) convocó esta semana a los representantes del Gobierno, sindicatos y empresarios a buscar soluciones para disminuir las desigualdades laborales entre hombres y mujeres en la Argentina. Según un informe de la oficina en la Argentina,  sólo 5 de cada 10 mujeres participan del empleo y en promedio ganan un 25 % menos que los varones entre otras desigualdades.

El titular de OIT Argentina Pedro Américo Furtado de Oliveira participó de las actividades organizadas en el marco del centenario de la organización internacional, y en esa oportunidad reseñó nuevamente que «en la tierra “del ‘Nunca Más’, en el país del ‘ni una menos’, los argentinos y las argentinas merecen un futuro de trabajo con equidad de derechos y oportunidades”.

En contexto histórico la OIT proclamó que si bien hace cien años se buscaba reglamentar la jornada laboral de 8 horas el presente exige asegurar igualdad en el mundo laboral. De cara a su próximo encuentro mundial, que se celebrará en Ginebra del 10 al 21 de junio, la OIT convocó a enfrentar la violencia y el acoso laboral.

En 1919, apenas se creó la Organización Internacional del Trabajo (OIT)— la única agencia tripartita de la ONU que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 Estados miembros con el fin de establecer las normas del trabajo, formular políticas y elaborar programas— adoptó los primeros convenios sobre las mujeres y el trabajo. Un siglo después el eje de género se volvió un pilar fundamental a la hora de elaborar perspectivas inclusivas que impacten en sus países miembros.

Furtado de Oliveira remarcó “la necesidad de establecer igualdad y protección frente conductas y lenguajes ofensivos sobre género, orientación sexual, raza, religión, discapacidad o salud”.

Para la OIT hubo ya algunos pasos para mejorar, enumeran así que se conformó una comisión tripartita para la igualdad de oportunidades, protocolo de actuación sobre violencia laboral, certificación para la igualdad de género y otras normas.

Furtado de Oliveira reseñó que es necesario aplicar un programa transformador y mensurable “con políticas salariales transparentes e incentivos para que las empresas asuman compromisos”. Cualquier otro rumbo, a consideración de los expertos en materia laboral incrementará grietas históricas y desembocará en un futuro cada vez más incierto.  La especialista de mercado de trabajo inclusivo de la OIT Argentina Elva López Mourelo remarcó que “el imperativo social y económico de la igualdad de género es incuestionable”.

 

Entre las variantes que certifican la falta de equidad laboral aparecen, según la OIT: desigual reparto de las tareas del cuidado; participación en el empleo; segregación ocupacional; brecha salarial, y acceso a puestos jerárquicos. Del total de personas en edad de trabajar 7 de cada 10 varones participan de la fuerza laboral frente a 5 de cada 10 mujeres que lo hacen. Ellas sufren notoria desventaja: hay un 44 % de mujeres ocupadas versus un 64 % de varones.

El agravante que remarcó la OIT es que también las mujeres son quienes llevan a cabo la mayor parte de las tareas de cuidado y hogar, lo cual limita sus chances para obtener empleo e incluso este trabajo del cuidado es realizado por niñas.

El empleo “en negro” también las afecta en mayor medida, si consideramos la tasa de empleo no registrado del 37 % comparada con 32 % para los varones. “Esa no es una pauta común al resto del mundo, es muy propio de este país”, precisó López Mourelo y acotó “el 75 % del millón de trabajadoras domésticas en Argentina son informales. Apostar por el trabajo decente del cuidado es una inversión crucial para avanzar hacia la igualdad de género, pues permitiría mejorar las condiciones de trabajo del 33 % de las mujeres ocupadas en Argentina”.

Por su parte, la oficial en Mercados de Trabajo Inclusivos de la OIT Argentina, dijo: «Antes, en la OIT quizás había una mirada solamente de pensar en cuestiones género referidas simplemente a un desglose en gráficos. Hoy pensamos todo con una perspectiva de género general y transversal”, explicó Mourelo en una entrevista en LATFEM.

 

Robotización y economías de plataformas

Las oportunidades de empleo y la calidad de los puestos de trabajo de las mujeres también se ven afectadas por la revolución tecnológica y digital actual. Por ejemplo: el 73 por ciento de las actividades en el sector hotelero y de la restauración, que emplea a un gran porcentaje de mujeres, son susceptibles de automatización. En cambio, la educación y la salud y el trabajo social, que son sectores considerablemente feminizados, muestran el menor riesgo de automatización debido al componente de interacción personal que conlleva dicho trabajo relacionado con los cuidados.

“Con las nuevas economías de plataformas estamos en el proceso de entender qué herramientas tenemos. Lo que nos preocupa es que en algunas ocasiones se estén vulnerando derechos que son fundamentales. En sí hay que prestar atención a cuáles son las condiciones de trabajo. Existe muchísima heterogeneidad en las economías de plataformas y ver qué tipo de protecciones tienen los trabajadores. En ese sentido para las mujeres es aún más riesgoso trabajar en ciertos trabajos así. Una mujer está mucho más expuesta y tiene muchos más riesgos repartiendo pedidos en una bicicleta que un varón”, dice la especialista Mourelo.

 

Recomendaciones

La OIT es un organismo internacional que tiene la tarea de monitorear y recomendar a gobiernos, empresarios y sindicatos. En ese sentido un futuro del trabajo mejor para las mujeres, lesbianas, travestis, trans sólo puede hacerse realidad poniendo fin a la discriminación y a las desventajas, y superando los estereotipos arraigados en relación con las mujeres en la sociedad, el valor de su trabajo y su posición en el mercado de trabajo. La consecución de este objetivo requiere una acción simultánea en cuatro caminos diferentes que se refuerzan mutuamente:  trabajar para lograr la igualdad en el trabajo; el acceso a la infraestructura, la protección social y los servicios del cuidado; la participación de las mujeres en los procesos de formación laboral y por último, la representación de ellas en las estructuras de gobernanza interna de los sindicatos y de las organizaciones de empleadores.

 

 

 

Fuente: BAE, El Diario, LATFEM

 

 

PE

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas