Los Ferrys posadeños a un paso de convertirse en patrimonio histórico nacional

La Cámara de Diputados de la Nación le dió media sanción al proyecto de Ley, presentado por el diputado nacional Luis Pastori, para declarar como patrimonio histórico, cultural y fluvial a los Ferrobarcos “Ezequiel Ramos Mejía” y “Roque Sáenz Peña” que se encuentran actualmente amarrado en el puerto de Posadas.

CABA / Misiones. Este miércoles se llevó a cabo una sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, donde se trataron una amplia gama de proyectos, entre los que se destacó la media sanción de un Régimen Profesional para Obstetricias, que jerarquiza y amplia las oportunidades de las parteras, y del Régimen de Promoción para la Economía del Conocimiento, que establece reducciones e incentivos fiscales para las empresas del software, robótica, informática, y todos los servicios profesionales que tengan por objeto la exportación.

Entre los proyectos con medida sanción, también se destacó, por su importancia para el patrimonio nacional en general y el de Posadas en particular, el Proyecto de Ley  presentado por el diputado nacional Luis Pastori (Cambiemos), para declarar como “Patrimonio histórico, cultural y fluvial a los Ferrobarcos “Ezequiel Ramos Mejía” y “Roque Sáenz Peña” propiedad del Estado Nacional, ADIFSE (Administración de Infraestructura Ferroviaria), que se encuentran en aguas del Paraná, en la ciudad de Posadas, Misiones”.

En dialogó con la prensa, Pastori recordó que “si bien fueron construidas en Glasgow en el Reino Unido en el año 1911, desde que llegaron a Posadas fueron adoptadas por la población, y con el paso del tiempo podemos decir que son ferrys posadeños. Desde que llegaron al país, prestaron servicios para unir Posadas con Encarnación, trasladando el ferrocarril que unía Asunción con Buenos Aires”. “Tras la inauguración del Puente Internacional Posadas Encarnación en 1990, ambos ferrys dejaron de prestar servicios, y con el paso del tiempo, sobre todo después de su traslado al nuevo Puerto de Posadas, pasaron por un derrotero de abandono, que llegaron a momentos de hundimiento, entre otros problemas. Por ese motivo, la declaración como patrimonio, garantizará que autoridades nacionales puedan hacer algo al respecto para mejorar y potenciar a los mismos, y sobre todo, para preservarlos para las futuras generaciones” finalizó Pastori.

Historia de los Ferrobarcos

Los ferrobarcos “Ezequiel Ramos Mejía” y “Roque Sáenz Peña” son dos naves gemelas, que fueron usadas para realizar el cruce entre el puerto que estaba ubicado en lo que era la “Laguna San José” de Posadas (Misiones Argentina) y Pacú Cuá en Encarnación (Paraguay).

Se trata de buques mixtos, únicos en su tipo, que eran propulsados por un motor de combustión externa, esto es con calderas (conocidos como vapor), que eran impulsados por las clásicas ruedas de siete palas a cada lado. De fondo relativamente plano y gran peso –más de 500 toneladas- tenían poca maniobrabilidad, pero podrían navegar en aguas poco profundas. Fueron construidos en 1911, en Glasgow, Inglaterra, especialmente para ser usadas en el río Paraná -en aguas proco profundas- y con el ancho de trocha adecuado al que se operaba en el lugar. Para llegar a ésta zona atravesaron el océano Atlántico a remolque, en lo que constituyó una experiencia particular de estas naves gemelas.

El servicio fue inaugurado el 18 de octubre de 1913 estableciendo la unión internacional ferroviaria entre Buenos Aires y Asunción, trayecto que se efectuaba en 47 horas. De ese modo, entre Posadas y Buenos Aires transcurrían 36 horas de ferrocarril y luego 11 horas más desde Posadas hasta Asunción.

El uso de los ferrobarcos fue la solución para vincular a producción agropecuaria de la Mesopotamia con el puerto de Bs.As. En total operaron 9 ferrobarcos en nuestro país: siete en Entre Ríos y dos en Misiones. Sin dudas, los famosos “ferrys” fueron protagonistas de una época de gran desarrollo económico y social en toda la región, ya que en su época de mayor esplendor en las temporadas de cosecha de soja, llegaron a realizar 24 viajes por día a Encarnación.

Fueron partícipes de varios hechos históricos de la región: como ejemplo se pueden citar sus actuaciones durante el ciclón que azotó Encarnación en 1926, cuando luego de la la tragedia fueron usados como hospital flotante y para trasladar heridos al hospital de Posadas. También tuvieron actividad clave durante la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932-1935), intensificando el tránsito con cargas de alimento, medicina e incluso armamento. En 1966, en una gran crecida del Paraná fueron usadas para evacuar a la población ribereña y en 1983 fueron el Ramos Mejía fue desplazado hasta Formosa y Rosario para cumplir el mismo servicio.

En 1976 el Ezequiel Ramos Mejía realizó un viaje a San Ignacio, y en 1986 tomaron parte en la película “Los Mensú” con Pablo Alarcón, Claudio García Satur y María Demar, elenco al que se sumaron actores locales. El 8 de marzo de 1990, cuando se inauguró el Puente San Roque González de Santa Cruz, dejaron de prestar servicio. Durante los años 1993 y 1994 sus calderas fueron usadas para incinerar droga incautada e incluso billetes falsos.

Las anécdotas abundan y fueron rescatadas por la historiadora María Alejandra Alvarez Pochetti, que para su tesis de grado, y libro en preparación, realizó un arduo trabajo de recopilación, investigación y entrevistas exclusivas como la que formuló al último capitán de esos navíos, Vicente Arzamendia y también a Sixto Colazo, jefe del sector fluvial y del área de mecánica. Éstos y otros relatos testimonian el pasado y forman parte de la historia y memoria de la región.

Cuando se tomó conciencia de su gran valor histórico se logró declararlos de interés municipal en el año 1992, en una histórica sesión del Concejo Deliberante de la ciudad de Posadas que se realizó sobre la cubierta de los mismos. En el año 2003, la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones los declaró “Monumento Histórico Cultural Fluvial” por Ley VI Nº 102 (antes 3.973).

En esa época estaban amarrados en el desaparecido puerto de Posadas y ambas naves aún estaban en condiciones para navegar. Al cuidado de los “ferroaficionados”, albergaban un museo con fotografías y maquetas, y en la cubierta funcionaba un bar. En ese momento sin embargo, la desidia, el abandono y el vandalismo del que fueron objeto posteriormente han deteriorado partes de las valiosas naves.

Una vez desaparecido el antiguo puerto, fueron trasladados al nuevo -ubicado en la zona de “Nemesio Parma”- donde producto del deficiente amarre, sufrieron golpes y roturas, por lo que incluso estuvieron a punto de hundirse, ya que ingresó agua a los mismos y encallaron. Hace poco menos de dos meses fueron reflotados, y reparados en forma superficial para evitar su hundimiento. Actualmente se encuentran a cargo de la provincia por un convenio con el ADIFSE, Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado, que tiene su titularidad.

Las versiones sobre su futuro han sido variadas: algunas noticias daban cuenta que el desguace era el destino asignado a las valiosas piezas, oportunidad en las que la presión social y mediática, así como la vigencia de la ley que las declaró patrimonio histórico provincial, fueron la herramienta para desalentar medidas de éste tipo. Otras, han referido a su restauración y puesta en valor con destino al uso cultural como museo ferroviario; y recreativo como restaurante flotante. Sin embargo, si no se toman medidas urgentes su destino será el de convertirse irremediablemente en chatarra, borrando de ese modo todo vestigio de su antiguo esplendor.

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