Reflexionando en voz alta: Años y años de ilusiones y frustraciones

Quienes tengan mi edad, que son 70 años, no me dejarán mentir: En todo este tiempo, salvo pequeños intervalos de felicidad vinculados con las expectativas de crecimiento colectivo, en general, los ciudadanos argentinos vivimos decepciones tras decepciones.-

En efecto, hubo breves períodos que nos generaron satisfacciones por uno u otro motivo, y con esto me refiero a logros del tipo cultural, deportivo, político  y económico.- En estos dos últimos ámbitos, si bien ya había quedado atrás la historia de las barras de oro que no permitían andar por los pasillos del Banco Central, el país ha empujado espasmódicamente y a ese ritmo se movió su sufrida población, en una secuencia interminable de ilusión-desilusión.- Sin detenerme demasiado a enumerar los hechos y acontecimientos que refuerzan de manera efectiva esta afirmación, ya que no es ese el sentido de la presente reflexión,  cada uno de ustedes sabe perfectamente de qué estoy hablando, no importa la edad que tenga.- Cuando nos entusiasmamos y nos pusimos a volar con distintos proyectos, políticos y economistas se encargaron de tirarnos abajo hasta la más pequeña de las iniciativas.- Pero de alguna forma, los otros ámbitos, es decir, científicos, artísticos y deportivos se siguieron dando con bastante asiduidad y energía, y nosotros, cándidamente, nos fuimos aferrando a esos logros para generar la falsa imagen “que todo anda bastante bien”, cuando en realidad año tras año todo se nos vino para atrás de una manera brutal,  a punto tal que hoy miramos casi con asombro la magnitud del deterioro.- El estropicio se evidencia de manera grosera cuando nos muestran los números de evolución no ya de los países del primer mundo, sino los de nuestros  vecinos de los que siempre fuimos referentes, y que si bien realmente dimos una mano a todos y cada uno de ellos, siempre tuvimos una cierta mirada sobradora sobre ellos, típica de quienes ya han logrado saltar un par de escalones hacia arriba en la escalera del crecimiento y desarrollo.- Con el tiempo, el deterioro básico que se generó desde la política y la economía también afectó a otros grupos de interés, tales como la justicia y la educación, a lo que siguió el desmadre de la seguridad, la corrupción, el narcotráfico y hasta el mismísimo deporte, especialmente el  fútbol.- Nada se salvó de la “cuesta abajo en la rodada” como bien dice la letra del famoso tango.- Como ya lo adelanté,  pequeñas burbujas de logros y satisfacciones se fueron sucediendo y fueron los responsables de que no advirtiéramos la gravedad del progresivo detrimento: En un rápido raconto se pueden mencionar: La industrialización del país en la primera presidencia de Perón, la Revolución Libertadora que aparecía como un volver a la buena senda de las deformaciones ocurridas, la apuesta  desarrolladora de Frondizi, La transparencia y buena gestión de Íllia, la ilusión del regreso de Perón, la formidable propuesta de país de Alfonsín, una pequeña primera etapa de Menem,  el período de Néstor Kirchner, la propuesta de Cambiemos.- En el medio, tres premios Nobel,  galardones cinematográficos y artísticos y algunos logros deportivos relevantes.- No mucho más que eso.- Son quince a veinte hechos, eventos o períodos que nos fueron dando la falsa idea de que la Argentina potencia se seguía perfilando.- Porque en realidad, lenta pero inexorablemente, todo se siguió cayendo, deteriorando, desmejorando, en tanto la población seguía de fiesta, autoengañandose y permitiendo ser engañada por esta lacra nacional conformada por el grupo identificado como “dirigente”.- Que dicho sea de paso, crecieron de tal manera que ellos también concurrieron a la formación de esta  mentirosa imagen de que “todo debe andar bien”, porque este grupete no solamente creció y creció, sino que lo hizo de manera descaradamente ostentosa, generando la impresión de que al conjunto de la población le fue bien, porque es bueno recordarlo, crecieron de manera exponencial y desmesurada.- Insisto en esto, crecieron de manera alevosa, convirtiéndose en modelos de referencia para todos los jóvenes y adultos que solo atinaron a mirar con admiración a este verdadero azote nacional.-

Así  llegamos a estos días, donde por más que busquemos, no aparecen los indicadores que tanto deseamos y que tienen que ver con la excelencia en todas sus manifestaciones.- Porque eso es lo que conocimos los más viejos, también los de mediana edad y también nuestros jóvenes a través de todas las historias hermosas que les contamos, de un pasado glorioso, fantástico, con sólidas escalas de valores.- Pero lamentablemente hoy todo está mal, por donde lo miremos, el panorama es desolador; y por tal motivo, es difícil elegir por dónde empezar  el intento de mejorar.- Lo que salta a la vista es que el panorama económico está verdaderamente calamitoso: no tenemos, seguimos gastando como si tuviéramos, ya no hay nadie que esté dispuesto a prestarnos y la fiesta aún está pendiente de ser cancelada.- Pero algo habrá que hacer.- Tal vez se nos ocurra algo…

 

De pocos y buenos, a muchos y malos

Ya dije que la situación es calamitosa en todos los órdenes, que es difícil imaginar soluciones porque la maraña de intereses es muy intrincada y las corporaciones se defienden a capa y espada, asumiendo que hay que hacer algo, pero siempre y cuando no le toque a ese sector hacer el esfuerzo.- La posición es la de aceptar que estamos tan mal que algo hay que hacer, menos tocar lo mío.- Manga de vivos, así cualquiera.-

El planteo sería el siguiente: Si no generamos fondos suficientes para pagar nuestros gastos y nadie nos quiere prestar, ¿cómo hacemos para juntar unos pesos que nos permitan salir de este maldito círculo vicioso y frustrante?- Para empezar podemos intentar algo de claridad conceptual si vamos por el camino de la “demostración por el absurdo”, un clásico de las matemáticas del colegio secundario.- Primer y último intento: trate Ud. de tocar cualquier sector de la administración pública y haga la propuesta de que se achique a la mitad.- Si lo ve como factible, me avisa.- Todos reconocen que está absolutamente sobredimensionada, generando  gastos tremendos con relativa eficiencia.- Las comparaciones con otros países no resisten el menor análisis.- Pero no veo, en primera instancia, como entrarle a este problema.- Ni pensar en tocar la seguridad social, la salud, la educación, la justicia y  la seguridad cotidiana.-

Pero yo asumí que los principales responsables de la debacle en  la que estamos inmersos se la atribuyo básicamente al dúo de políticos y economistas.- Porque si los políticos fueran menos en cantidad y los economistas más eficientes, se podrían ahorrar grandes sumas de dinero por un lado, y aplicarlos a generar verdadero trabajo por otro.- Parece elemental, pero de a poco podremos ir desmenuzando la propuesta.- Es más que evidente que la inmensa mayoría de los males que nos aquejan, son producto directo de acciones y/u omisiones de la denominada “clase política”.- En otra oportunidad podríamos discutir la responsabilidad colectiva de la “clase dirigente”, que como bien puede deducirse, es mucho más amplia y también tiene responsabilidad en el estado de situación en el que estamos.- Pero volviendo a la clase política,  siempre imagino que en sus comienzos  fue conformada por un grupo de ciudadanos ilustres, comprometidos, que sacando tiempo a sus obligaciones cotidianas, destinaba sus esfuerzos en beneficio de la comunidad, tratando de ordenarla, guiarla, generando normas de convivencia y algún archivo de respaldo a los acuerdos logrados.- Con el tiempo, seguramente este solidario grupo de ciudadanos fue descuidando sus propios intereses, ya que la tarea de administrar la comunidad era verdaderamente inmensa, a tal punto que el resto de la población recurrió a armar “una baquita” para darles una mano y evitar su definitivo derrumbe patrimonial y financiero.- Así las cosas, en algún momento la comunidad decidió que determinados vecinos, orgánicamente, se tenían que hacer responsables a tiempo completo, lo que implicaba abandonar totalmente sus gestiones personales; y por esta dedicación full time debían recibir una remuneración.- Por lo descripto, se trataría de un reducido y sacrificado grupo de personas con marcada vocación por la función pública, al que la comunidad agradecía porque le sacaba un gran problema del medio, ya que mayoritariamente nadie quería ocuparse de esto por el descuido a sus intereses que significaba, en tanto que era muchísimo más redituable dedicarle el 100% de sus esfuerzos a su crecimiento personal.- Y así comenzó la historia.- Una persona al inicio, luego 10, luego 100, luego, miles, miles y miles!.- A tal punto  que hoy por hoy debe ser la clase más numerosa, más acaudalada, con más poder de toda índole y con más pretendientes a lograr el ingreso a ella.- Hoy esa clase es el máximo objeto del deseo de la mayoría de la población, ni que decir de las aspiraciones de nuestros jóvenes, que sin titubear responden “¡político!” en cuanta encuesta sobre su porvenir profesional ande circulando.-

¿Queda claro entonces, cual es la clase social que más creció en nuestra comuna, nuestra provincia y en nuestro país?- Nos faltan Ingenieros, profesionales de las ciencias duras, profesionales en todas las ciencias, técnicos de todo tipo y color, laburantes con oficios de toda índole…Pero probemos de abrir carreras en cuyos planes de estudio se incorpore en el perfil profesional algo así como “tendrá aptitud y capacidad para ser político”.- Amigos, tendrán la oportunidad de ver colas de gente sólo comparables con las que hemos visto para ir al Paraguay, padres que acompañarán a sus hijos para asegurarse un lugar en  la inscripción, grupos de jóvenes en carpas como cuando hay que hacer cola para ir a un recital o ver un buen partido de futbol.- Así están las cosas.- De ser un puñadito de personas, a ser miles, de tener un pequeño ingreso, a hacerse de muchísimo dinero, de ser una clase de segunda a ser de primera privilegiada.- Estoy tratando de hilvanar ideas para lograr los consensos necesarios que requiere una propuesta que puede generar muchísimos pesos, absolutamente innovadora, que no requiere despidos, que no generará juicios, que no habrá que pagar indemnizaciones, y por si fuera poco, dará lugar a enormes manifestaciones de apoyo popular.-

 

Arreglen, pero sin tocar lo mío

Avanzo con la propuesta y digo: Si hace 70 años nos iba muy bien y la clase política era reducida; y ahora nos va muy mal y la clase política es inmensa.-  ¿No les parece que debe haber una relación al respecto?- ¿No les da la sensación de que en virtud del tan declamado y glorificado ejercicio de la democracia, se nos llenó la dirigencia de gente que no está preparada, que no tiene verdadera vocación por la política, que es incapaz, que sólo está allí para satisfacer sus propias necesidades?.- ¿No se encontraron preguntándose “y este, o esta, qué entiende y sabe para estar donde está?”.- ¿Cuáles son sus méritos, sus conocimientos, sus experiencias, sus estudios, sus investigaciones, para haber llegado hasta donde llegó?.- ¿Nunca comentaron con amigos y conocidos sobre personajes que están en el candelero político algo así?: “¡Cómo va a estar donde está, si este toda su vida fue un bueno para nada!”.- Sigo con la saga de afirmaciones al respecto.-  “Está allí gracias a los favores que le hizo a fulano”.- “Está donde está porque es primo del dueño de la pelota”.- “Siempre fue un advenedizo, o un acomodado o un aprovechador”.- “No tiene idea de nada pero tiene los votos que le caen  porque es cuñado del tesorero”.-  No me digan que esto sólo me pasa a mí…

Conclusión, nos llenamos de gente inapropiada, con una terrible falta de valores, con tremendos deseos de pasar al frente de manera importante y en poco tiempo, dispuesta a vender a la madre con tal de ascender por la escalera rápida de la política mal entendida.- Y así estamos.- Semejante licuado de ingredientes amargos, no puede generar un líquido dulce y atrapante.- Tiene que ser una porquería, por definición.- Lo increíble es que todos estamos sabiendo cual es la raíz del mal: tenemos demasiada gente en el grupo “dirigente”, sabemos que hay que reducir esta pesada carga, pero mejor que se empiece por algo que esté lejos de mí.- Con esto quiero decir que no queremos que nos toquen un solo conocido, un solo amigo, un solo pariente, un solo vecino, y menos que menos a nosotros mismos.- Y entonces caemos en el remanido esquema de “la gata flora”, que no necesita de mayores explicaciones.-

También hay que convencerse de algo.- Desde afuera del poder, tal cual somos la mayoría de los ciudadanos llamados “de a pié”,  no vamos a lograr los cambios que tanta falta nos hacen.- No tenemos fuerza para generar un “que se vayan todos” y que esto tenga un resultado positivo.- Podemos reunirnos, despotricar, reclamar, incluso exigir.- Y los destinatarios de nuestras broncas nos observarán como los gatos miran a los perros que se desgañitan ladrando, desde un par de metros de altura.- La solución debe venir de quienes detentan efectivamente el poder.- Debe venir de la mano de una toma de conciencia y un verdadero asumir de que ésta situación nos está llevando al precipicio.- Deben reconocer que su función primordial es que se salve la mayoría del pueblo, si es posible la totalidad, y no un puñado de privilegiados.- Deben hacer el gesto patriótico de achicar la clase política.- Y para ello, bien puede buscarse en los antecedentes de nuestra creación, en la composición de las estructuras de gobierno de cuando andábamos bien.- Podemos mirar la Constitución provincial original, que contemplaba Comisiones de Fomento.- Señores de la clase política dirigente, deben tomar la iniciativa de achicar  la representación del pueblo en los Consejos Deliberantes y en el Poder legislativo.- Es obvio que a esta propuesta la pueden tildar de “antidemocrática” y escapar nuevamente de la desastrosa realidad, que claramente indica que son demasiados, y que los resultados evidentemente son malos.- Lo que se dice una pésima relación costo- beneficio, que en términos vulgares significa que el pueblo mantiene demasiada cantidad de gente que no genera bienestar en la misma proporción de lo que le cuesta mantenerlos, y por el contrario, hace que todo vaya “para atrás” tal cual lo demuestran los números de nivel municipal, provincial y nacional en los últimos 70 años.-

Estamos próximos a nuevas elecciones.- Sería muy bueno que los noveles candidatos propongan cosas verdaderamente revolucionarias e innovadoras, no las acostumbradas y huecas de siempre, tales como una consulta popular tendiente a disponer que los Municipios de hasta 50.000 habitantes sólo eligen Intendente, Secretario, y Defensor del Pueblo.- Si el municipio tiene más de 50.000 habitantes, a lo anterior se le agregan 3 concejales.- Y no más que eso.- Como se trataría de gente que aún no entró en funciones, a nadie habría que despedir y en consecuencia no habrá enojos, mal-disposiciones ni pichaduras, y lo que es más importante aún, no habrá que pagar indemnizaciones!.- ¿Suena disparatado? Tal vez entre la privilegiada clase dirigente, pero…pregunten al pueblo ¿qué opina de un cambio de este tipo?  Sería la oportunidad histórica que tendrá la clase dirigente de congraciarse verdaderamente con el electorado.- Sería la manera sublime de aprovechar los resultados de una consulta popular vinculante.- Habrá multitudes aplaudiendo y agradeciendo que de una buena vez se haya escuchado la famosa “vos del pueblo”.- Como ya lo dije antes, se trata de un gesto patriótico.-

 

Concluyendo: ¡Hagan algo!!!

No me afecta que piensen que la propuesta es un disparate, que daña a la democracia que tanto costó reconstruir, que no es el tiempo, que  patatín y patatán, que “veru-veru”, “bla-bla”, etc, etc.- No permitamos que los “vivillos” de siempre nos desvíen la atención del tema principal, porque el desafío no es ese, sino que  es otro: propongan otra cosa, pero que sea nueva, innovadora, ingeniosa, sin grandes costos, con resultados comprobables.-

Hay que entender que la clase política se desbordó en todo sentido, y de alguna manera a ésta espiral de crecimiento desmedido hay que frenarla.- Yo estimo que solamente a nivel de Concejales municipales la Provincia de Misiones tiene alrededor de 500 funcionarios.- Si se reduce la carga de sueldos y aportes patronales de ellos y sus colaboradores, es probable que cada Municipio se haga de $1.000.000 por mes, o sea 12 millones al año para cada uno de ellos!!!.- Imaginen todo esto aplicado a obras o a rebaja de impuestos.- ¿Les parece que la propuesta tiene poca representación parlamentaria? Esto también tiene una solución.- Los diecisiete departamentos de la Provincia de Misiones podrían estar representados, cada uno de ellos, por dos diputados provinciales.- De esta manera, quedaría claramente explicitada la gestión de cada uno de los señores Diputados, que dicho sea de paso, deberían trabajar todo el año como cualquier “hijo de vecino”, es decir con 15 días de vacaciones al año, y nada más.- Lo que estoy diciendo, es que hay que “invertir la carga de la prueba”, obligando a la famosa dirigencia a lograr resultados concretos, que quede definitivamente claro quien trabaja y quien se aprovecha del lugar logrado.- Concretamente, si un Departamento progresa, será obra del Intendente y de los dos Diputados provinciales que lo apoyaron.- Si fracasa, también quedará claro, sin medias tintas, y el pueblo prontamente podrá castigar esta incapacidad que tan caro nos cuesta.- Sigo con los aportes: A mi entender no estamos preparados, por decirlo con elegancia, para admitir reelecciones de nada de lo que tenga que ver con la administración del patrimonio público.- Más de un período ya permite suponer que hay un grupo de relaciones que va más allá de los patrióticos intereses que dicen defender.- La solución es fácil: Un período de descanso y luego puede volver a intentar.- Otra: todo funcionario en ejercicio de sus funciones, al momento de las elecciones solamente acumulará votos por la mitad de los electores que lo hayan preferido.- Voy a ser más claro: es demasiada ventaja la que tiene el que ya está en la cumbre del poder respecto al que está en el llano para competir “de igual a igual”.- Esto en el golf se aplica al 100% y sus resultados son extraordinarios: un “maleta” le puede hacer un interesante partido al mejor clasificado del torneo.- En fin, este pequeño recetario tiene por objeto demostrar que puede haber propuestas innovadoras para mejorar  la deteriorada performance de la clase dirigente, y sin generar costos!!.- Sólo es cuestión de que los dirigentes que realmente tienen poder, se dispongan a mirar, con ganas de ver, las necesidades de una comunidad que clama a gritos que alguien haga algo, que nos saque de esta huella sin destino en la que estamos transitando desde hace demasiado tiempo.- Armen tantas “mesas chicas” como sea necesario, discutan con sinceridad, expliquen a los que quieren entrar al conjunto privilegiado, que no podrá ser por lo menos por un buen tiempo, hasta que el bote salga de la situación crítica en que estamos, y se logren un par de centímetros por encima de la línea de flotación.- Caso contrario, se hundirá el barco y entonces no se salva nadie!.- Los que estuvieron y están en funciones nos deben esta respuesta.- Son inteligentes y saben de lo que estoy hablando.-

No hace falta mucho conocimiento para darse cuenta que la economía no da para más: No producimos para pagar nuestros gastos y nadie nos quiere prestar.- La solución, en principio, es gastar menos.- ¿Pero de donde vamos a achicar? Hay sectores que son intocables como salud, educación y seguridad.- Inexorablemente aquí se tiene que aplicar el  conocido eslogan “el que las hace, las paga”.- E insisto en la idea original cuando decía “eran pocos dirigentes y el país andaba a la perfección, y ahora los dirigentes son multitud y el país es un desastre”.- Tomen conciencia que está en sus manos reconocer la gravedad del problema y proponer soluciones factibles.- Puede ocurrir que la presente propuesta parezca ingenua y poco elaborada.- En ese caso, me va a encantar escuchar otras propuestas que logren resultados contundentes en el corto plazo, sin que se generen piquetes al por mayor y que por el contrario la sufrida población no pare de aplaudir a su benemérita clase dirigente.- Pero algo distinto a todo lo conocido tiene que aparecer; no pueden seguir especulando con ganar elecciones “y después vemos”.- No pueden seguir trabajando sobre la sola generación de esperanzas en el pueblo.- Es hora de que aparezcan los estadistas, aquellas personas que buscan por sobre todas las cosas el bien común, pero con los pies bien puestos sobre la tierra, tan bien puestos que claramente nos hacen ver un claro panorama de crecimiento y desarrollo para el corto, mediano y largo plazo, porque nos convencen sus argumentos, que son producto del estudio y la investigación, y porque se manejan generosamente pensando en el interés colectivo y no en el propio.- Tal como dijo Winston Churchill: “El político se convierte en estadista, cuando comienza a pensar en las próximas generaciones, y no en las próximas elecciones”.- Es un buen modelo de referencia, que por supuesto, recomiendo.-

*Lic. Carlos Trevisan

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