Datos indican que los argentinos nos alimentamos mal por eso padecemos más enfermedades

En Argentina los datos sobre el estado nutricional de la población son realmente alarmantes. Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el 66,1% de los argentinos tiene exceso de peso, sólo un 6% consume la cantidad recomendada de frutas y verduras a diario, la mayoría (83%) utiliza sal durante la cocción de los alimentos, creció el sedentarismo, junto a enfermedades como hipertensión arterial y diabetes.

Estos datos son sumamente importantes en materia de salud, debido a que estas enfermedadesque no tienen cura cambian rotundamente la calidad de vida de quienes las padecen y son prevenibles mediante una alimentación que sea más saludable que la que actualmente nos caracteriza.

En general, lo más común en las mesas argentinas son alimentos poco variados, comemos mucho en una sola comida, como almuerzo y cena, el desayuno es incompleto o, directamente, no lo hacemos, consumimos poca cantidad de frutas y verduras, hacemos poca actividad física y elegimos más gaseosas y bebidas alcohólicas que agua.

Esta problemática no surge ahora, por el contrario, tiene una carga cultural de muchos años en los cuales, entre otros aspectos, ha sucedido una “pérdida” de la mesa familiar, ha crecido el hábito, por parte de los niños y adolescentes,de comer mientras juegan videojuegos, la computadora o utilizan el celular, el uso de los locales de comida rápida como lugar de reunión de jóvenes y adultos, las dietas “mágicas” que se ponen de moda, la ausencia de la comida casera, y la falta de la cultura de leer la información nutricional al elegir nuestros alimentos,son claros ejemplos de factores que contribuyen con una alimentación poco saludable y la aparición de enfermedades metabólicas.

Las enfermedades relacionadas a la alimentación más frecuentes en nuestro país son la obesidad, la hipertensión, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, aumento de colesterol “malo” con disminución del colesterol “bueno”, lo cual predispone a enfermedades cardiovasculares con sus comorbilidades e incluso la muerte, problemas hepáticos como el hígado graso no alcohólico, patologías digestivas como gastritis, constipación, e incluso, muchos estudios demuestran la relación entre la mala alimentación con la aparición de distintos tipos de cáncer, principalmente de colon, enfermedades por déficit de vitaminas y minerales , lo cual junto al estrés cotidiano, bajan nuestras defensas y contraemos mayores enfermedades virales, entre tantos otros.

Sin dudas, la alimentación es un pilar fundamental en el cuidado de la salud, y estos datos a nivel nacional no están diciendo que todavía nos falta mucho en materia de nutrición adecuada y saludable, en todas las etapas de la vida. Tomemos conciencia de que es un factor modificable, y depende, principalmente, de nosotros.

Lic. Romina Krauss-Nutricionista

M.P. n° 147

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