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Sofía Guterman no cree en la justicia por la causa AMIA y apuesta «a la memoria»

La madre de Andrea, una de las víctimas del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) dijo que no cree en la justicia, que ya llevan casi 25 años de “injusticia” y que “la memoria” es la mejor herramienta para derrotar la impunidad que sufren. “No creemos en la justicia y no hubo respuesta para el atentado contra la Embajada Israelí (17 marzo 1992) ni para la AMIA (18 de julio de 1994)”, afirmó.

Sofía consideró tibio el apoyo recibido de la Iglesia Católica en Argentina. Recordó que al Papa Jorge Bergoglio lo conoció cuando era cardenal para pedirle “un cura” que rezara un responso por las víctimas católicas en cada aniversario de AMIA.

Eso ocurrió una vez en el 20º aniversario, en un acto interreligioso y al otro día en el acto central, pero después ninguno. “Decir que no estuvieron cerca nuestro: no,  porque fuimos y tratados con cordialidad y solidaridad; decir que se ocuparon mucho del tema nuestro: no, tampoco”.

Sobre el pacto con Irán, dijo: “Sentimos que estaban negociando nuestros muertos. Irán manejaba así la justicia argentina y solo quería que levantaran las alertas rojas internacionales”.

“Nos han mentido, hay un encubrimiento tan grande que lleva a una impunidad de 25 años, los ideólogos fueron funcionarios iraníes, la conexión local tuvo que haber, porque tenía que haber gente que abone el terreno que ellos venían a invadir”, reflexionó sobre la justicia.

Sofía Guterman, la mamá de Andrea, acompañada por su esposo Alberto, camina el país para que nadie olvide a las víctimas ni a los atentados. Y visita escuelas para hablar con los chicos y contarles que la tragedia es de todos los argentinos.

La iniciativa, cuenta, es hacer de la memoria una “especie” de justicia ya que “desde hace 25 años vivimos una verdadera injusticia”. En su paso por Misiones, el Gobernador Hugo Passalacqua la recibió en su despacho de Casa de Gobierno y la felicitó por promover la paz.

Hasta la fecha continúa impune este genocidio antisemita, uno de los más graves desde la Segunda Guerra Mundial, pero Guterman afirma saber quiénes fueron los responsables. “Mi trabajo, en realidad, es más por la memoria que por la justicia. Por eso voy a las escuelas”, señaló. “Es muy triste cuando a uno se le terminan las esperanzas. Creo que al no haber justicia, nosotros tenemos que utilizar la memoria como una forma de justicia. Ni el atentado ni las víctimas deben ser olvidadas”, añadió.

En sus charlas, especificó, le comunica a los presentes sobre la tragedia en sí y las experiencias de los familiares afectados. “En modalidad de cuentos, les explico lo que pasó y hago foco en las víctimas. En ese momento cargo sobre mi espalda a 85 personas y les demuestro a los chicos que eran personas como ellos, de carne y hueso, con sueños y que querían un futuro donde se concrete todo aquellos a lo que aspiraban”, contó. Se apunta inicialmente a “crearles una responsabilidad social” para que tengan un “futuro seguro poniéndose en el lugar del otro”.

Como resultado de este terrible acto de violencia hay identificadas 85 víctimas, entre las que se encuentra Andrea, hija de Sofía y quien se desempeñaba como docente al igual que su madre. Sin embargo, también hay restos que aún no han podido ser identificados. En 2016 se dio con el paradero de otro fallecido quien era un varón de 22 años. Fue reconocido por los forenses como Augusto Daniel Jesús, miembro de la mutual y que asistía en compañía de su madre a un curso para el cuidado de personas enfermas.

“Andrea es la que me da las fuerzas para seguir luchando. Esto nos tocó a todos, pero fue puntualmente un atropello a la soberanía argentina. Nuestro país no es solo la ciudad de Buenos Aires ni ese tramo de la calle Pasteur donde sucedió la tragedia, sino que la Argentina somos todos”, manifestó. En ese sentido, agregó que a la pérdida de vidas argentinas se les sumaron también bolivianos y chilenos quienes fueron debidamente entregados a sus familiares. Respecto a los motivos del ataque, la mujer no descartó la propagación de “brotes antisemitas” y afirma también que “el antisemitismo no se terminó”.

Más allá de la nacionalidad de los fallecidos, Guterman hizo hincapié en que a pesar de haber sido una masacre de la comunidad judía también afectó a practicantes de otros credos religiosos. Sin embargo los años han transcurrido y aseguró que no han obtenido respuestas por parte de ninguna autoridad competente para realzar el pedido de justicia y esclarecimiento por todas estas muertes. “Hay jueces que trabajan bien y otros que se hacen los desentendidos. A los familiares nos han puesto todo el tiempo letreros equivocados para que nos confundamos de camino. Es un encubrimiento tan grande que conduce a una impunidad total”, aseveró.

Sobre los ideólogos de esta matanza especificó que engloban a funcionarios iraníes, aunque dicho país niega rotundamente su participación, y también a funcionarios locales que permitieron una conexión. “Fue gente que abonó el terreno para aquellos que venían a invadir”, manifestó Guterman. Sobre esa línea contó que, en primera instancia, la culpa recayó sobre policías de la bonaerense que luego fueron sobreseídos, aunque sí quedó procesada la persona que entregó la camioneta utilizada en el ataque.

“Se cree que esa conexión local fue la Embajada Iraní en la Argentina. Cuando se firmó el acuerdo fui de los familiares que se opusieron terminantemente. Era un pacto monstruoso. La justicia Argentina quedaría relegada a disposición de lo que determinara Irán”, expresó. Dicho acuerdo se firmó en 2013 bajo las órdenes del gobierno entonces de Cristina Fernández. Se trataba del Memorándum de Entendimiento Argentina-Irán y contemplaba la creación de una comisión con el objetivo de “avanzar en la investigación”.

Como lo aseguró Guterman, tanto integrantes de la AMIA como de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) se opusieron a este consenso y así fue como se elevó el caso a tribunales solicitando un amparo. Finalmente, dicho memorándum fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal de Apelaciones. “Fue nefasto y nosotros, los que nos oponíamos, sentimos que negociaban con nuestros muertos y a espaldas nuestras”, manifestó. Estos puntos de partida, indicó, fueron también los causantes de los enfrentamientos con Héctor Timerman, quien en ese entonces fuera Canciller.

El peso de las investigaciones recaerían, luego, sobre el ex fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman, quien fue encontrado muerto en su departamento un día antes de presentarse ante el Congreso a ratificar su denuncia contra la ex mandataria Cristina Kirchner. En su acusación la culpa por “decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa AMIA con el propósito de fabricar la inocencia de Irán” junto a otros funcionarios del Estado. Guterman, en concordancia con las investigaciones sobre el fallecimiento del fiscal, asegura firmemente que fue asesinado. “Lo tenían entre ceja y ceja. Él tenía grandes denuncias para hacer y había investigado mucho. Nisman nos había convocado en una oportunidad para mostrarnos las fotos de todos los ideólogos y partícipes del atentado”, mencionó.

La tragedia no dejó solamente víctimas judeocristianas sino que también hubo católicos. Cada mes luego de la explosión se realizaban actos conmemorativos en el lugar de los hechos. “Después fue pasando el tiempo. La gente dejó de venir y la prensa dejó de cubrir. Pero nuestro problema era que no podíamos hacer que se acerque ningún sacerdote a realizar una oración, a diferencia de los Rabinos que sí lo hacían por las víctimas judías”, indicó.

Por este motivo fue que se contactaron con Jorge Bergoglio, cuando aún no había sido electo Papa, y él se comprometió con la causa. “Realmente colaboraron y nos trataron con solidaridad. Lo que no podemos decir es que se ocuparon del tema”, aseveró en cuanto a si podrían haber recibido beneficios en el plano internacional para la búsqueda de justicia.

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